25 de diciembre de 2022

MEDIA MARATÓN SEVILLA-LOS PALACIOS 2022

Por décima vez, enfilé la Avenida de Sevilla de Los Palacios y Villafranca con el corazón a mil por hora, y la recorrí casi entera, intentando ir lo más rápido posible hacia la meta. La diferencia con las nueve ocasiones anteriores fue que, en esta edición de la Media Maratón Sevilla-Los Palacios y Villafranca, la calle no estuvo vallada, de manera que la muchedumbre que se agolpó en ella formó un estrecho y largo pasillo humano. Solo en los últimos metros la gente se tuvo que conformar con ver a los corredores desde la barrera.


En todo caso, como digo, el pasado domingo participé por décima vez en la Media Maratón Sevilla-Los Palacios y Villafranca, que es una de las medias más antiguas de España. Este año se ha celebrado la edición 43. Ahí es nada.


La prueba se disputa, casi por completo, por carreteras interurbanas, pero sus últimos 2.500 metros, aproximadamente, ya sí se corren por las calles palaciegas, y son espectaculares. Cuando uno participa en carreras por los pueblos, es muy habitual que lo haga sin ver un alma en las aceras, sobre todo si son los domingos por la mañana. En Los Palacios y Villafranca, en cambio, los vecinos se vuelcan, y el gentío en el postrero tramo es brutal. Ese apoyo es uno de los puntos fuertes de esa media. Siempre lo ha sido, pero este año, además, resulta que permitieron, por la razón que sea, que en la infinita recta de meta los espectadores se adentraran en la calzada y formaran un multitudinario pasillo. Debido a eso, los corredores vivimos un final de los que ponen los vellos como escarpias.


Cuando corrí por última vez la Media Maratón Sevilla-Los Palacios ya escribía este blog, por lo que no me voy a repetir acerca de las cosas que conté. Solo voy a recalcar, para poner la prueba en contexto para el presente post, que el recorrido de la cita, pese a que empieza y termina en sendas zonas urbanizadas, y que no abandona el asfalto en ningún momento, discurre en su mayoría por terreno rural.


Además, también quiero añadir ahora, que el trazado, a pesar de que parece que es llano, está plagado de toboganes, que provocan que la carrera, sin ser explícitamente dura, sí acabe cascando más de lo normal. En efecto, hay dos datos demostrados, que dicen que la Media Maratón Sevilla-Los Palacios comienza en un lugar que se encuentra a 7 metros sobre nivel del mar, y que termina en otro que está a 6. Eso implica que se sube tanto como se baja. Ahí no hay trampa ni cartón. Sin embargo, al ir corriendo por la Carretera de la Isla y por la SE-9024, uno tiene la impresión de que siempre va cuesta arriba. No es así, pero lo cierto es que se hace frente a un buen puñado de rampas tendidas. Para empezar, en el primer mil se ascienden 10 metros. Se trata de una pendiente del 1%. No es una locura, pero te pilla motivado, y hay que tener cuidado, para no atacar ese desnivel en plan encendido, acelerando el desgaste. Después, la estabilidad es la nota predominante, durante la larga recta de 4 kilómetros que lleva a la SE-9024. Al tomar esta, no obstante, se inician las ondulaciones, que se desmadran en el gran repecho del kilómetro 7. Este es corto, pero es muy empinado. Lo bueno que tiene es que no engaña. Esto significa que, desde abajo, se atisba su punto álgido, que no guarda nuevas subidas detrás de ningún descansillo. De hecho, tras el brusco ascenso, la carretera se llena de árboles en sus márgenes, y tiende a descender. En consecuencia, los kilómetros 8 y 9 son bastante favorables.



Sin embargo, a partir del momento en el que se deja atrás la entrada al Parque Periurbano La Corchuela, en el kilómetro 9'5, empieza lo peor. Desde ahí, lo que queda hasta el kilómetro 17 es una interminable recta, que atraviesa un terreno pelado y ondulado. Es el tramo de los toboganes. En ellos, es donde se consuma el éxito o el fracaso en la prueba.

En el kilómetro 17, se pasa por encima de la N-IV. En ese punto, se asciende la segunda cuesta llamativa de la carrera. Subirla es la traca final al tramo complicado. Efectivamente, tras coronar el pequeño puente, este se baja, y ya no se sufre ninguna otra pendiente. Ni para arriba, ni para abajo. También se empieza a ver gente. Primero se cruza un polígono industrial muy feo, ahí todavía no hay mucha animación, pero, a partir del kilómetro 18, se penetra de lleno en el casco urbano palaciego, y comienza lo bueno. No se callejea demasiado. Los Palacios y Villafranca es un pueblo muy cuadriculado, por lo que se sigue corriendo de frente, doblando alguna esquina de 90 grados, pero poco más. En consecuencia, en el último trecho se puede volar, jaleado por las cientos de personas que salen de sus casas para animar. Es flipante. En la recta de meta, que mide unos mil metros, es donde la cosa se despendola. En ella, se crea el pasillo humano del que hablaba antes, y se avanza en volandas.

Así es la Media Maratón Sevilla-Los Palacios. Yo pienso que tiene tanto éxito, porque hay pocas carreras en las que tengas más sensación de tener que vivir una travesía en el desierto tan explícita, corriendo por un interminable sube y baja, recto y desnudo, para alcanzar una especie de paraíso, en forma de baño de masas. Todo el mundo eso es lo que recuerda. 

Por lo que a mí respecta, después de haber disputado la Media Maratón Sevilla-Los Palacios diez veces, he de decir que no creo que haya llegado mi última participación en esta carrera. El pasado fin de semana volví a disfrutar a saco del trazado, y sé que volveré a tener ganas de repetir, a pesar de que los prolegómenos de esta prueba son un poco incómodos. En efecto, como la misma empieza en un lugar y acaba en otro tan alejado, la logística es algo historiada. Pese a esto, tras más de 40 ediciones, los organizadores saben lo que hacen. Así, el domingo volví a dejar el coche bien aparcado en una calle de Los Palacios, y usé de nuevo el autobús de la modélica organización, para ir a la salida. Allí dejé las cosas en el guardarropa, y en la zona de meta me devolvieron la mochila ipso facto. No tuve ningún problema.

Por otro lado, en relación a la carrera en sí, lo cierto es que quería bajar de 1h35, como siempre, y no lo logré. Me sobraron 7 segundos. En realidad, me temía que iba a andar muy justito, y lo corroboré pronto. A lo largo de la prueba, hice bastantes parciales en torno a 4:29 y 4:30, e incluso tuve 4 kilómetros felices, en los que marqué entre 4:22 y 4:24, pero la verdad es que noté que tendía más a perder segundos, con respecto a la media final de 4:29 que quería hacer, que a ganarlos. De hecho, al acabar, mi promedio fue de 4:30. El último mil lo hice a 4:17, pero no llevaba suficiente margen, y no pude evitar terminar en 1h35:07. 

De todas formas, tengo que decir que parte de la culpa del desfase la tuvo el puñetero globito que ejercía de pacemaker. Los globos, también llamados prácticos, los ponen los organizadores de las competiciones para hacer de liebres, llevando un ritmo determinado. En mi opinión, los mismos sirven, a grandes rasgos, cuando lo ves a lo lejos, pero para afinar marcas no hacen más que estorbar. En este caso, en el kilómetro 6 miré para atrás, y vi que llevaba, a unos 30 metros, al globo que, teóricamente, aseguraba un tiempo final inferior a 1h35. Temí que me iba a adelantar, pero no lo hizo. En el transcurso de la carrera, llegué a mirar a mi espalda en otro par de ocasiones, y lo llevé siempre a una distancia similar. Pensé que esa circunstancia implicaba que estaba en condiciones de bajar de 1h35. Sin embargo, el práctico iba marcando una referencia equivocada. De hecho, como se puede ver en la foto inferior, el que lo llevaba entró a lo suyo. Para eso, se podían haber ahorrado la supuesta ayuda.


El caso es que yo fui controlando los parciales con el reloj, no llevaba la media total en mí cabeza, pero era consciente de que iba justo. Por eso, fue el globo de 1h35 el que me fue indicando que, en teoría, sí iba en disposición de bajar de ese tiempo, dado que lo llevaba detrás. Sin embargo, en realidad, lo que me fue es engañando, porque, cuando alcancé el punto kilométrico 19, vi que el crono marcaba 1h25:57 y eché una cuenta aproximada de lo que iba a señalar en la meta. Ahí me percaté de que no llegaba. Tendría que haber hecho el cálculo en el kilometro 16, a falta de 5, para tener más margen para apretar, pero me confié por culpa de la liebre. Cuando, a falta de 2.097 metros, reparé en que se me escapaba el objetivo, ya era tarde. Apreté, pero no es igual recortar 25 segundos en 5 kilómetros, que en 2. Para haber conseguido acabar en menos de 1h35, tendría que haber corrido los últimos 2.097 metros a 4:18. Logré hacerlo a 4:22, le pegué un bocado de unos segundos a la marca, pero no fueron 25, y resultó insuficiente. En consecuencia, entré en 1h35:07.

En fin, tampoco es tan grave. Acabé en el tiempo en el que acabé, y así son las cosas. En verdad, ese detalle no empaña la buena mañana que pasé. Al llegar, estuve charlando con mi cuñado Luis, que había ido a hacerle el soporte logístico a su sobrino Dani, que se estrenaba en la distancia (terminó en 1h52). A pesar del esfuerzo, me recuperé muy rápido, pude disfrutar del ambiente, vi entrar a algún que otro conocido, y, tras un rato, tiré para casa. Como he dicho arriba, desde que debuté en 2001, he corrido esta carrera diez veces, y la de este 2022 no ha sido la última.

Antes de acabar, quiero poner una foto, que me ha dejado de piedra. Se trata de la imagen que está incluida en el banner principal de la página oficial de la media maratón. Esa página lleva siendo la misma varios años, y la instantánea me sonaba, pero no me había fijado en que en ella... salgo yo.


Es cierto que salgo cortado, soy el que va de amarillo. Estoy en el centro de la imagen, tapado parcialmente por uno que va de verde, que está en primer plano. Solo se me ve una pierna y una mitad del cuerpo. No obstante, soy yo, en la edición de 2013, lo cual no deja de ser simbólico. No en vano, esta es la media en la que debuté en la distancia, y en la que he participado en un mayor número de ocasiones. Para mí, es una carrera muy especial, y esto es como un pequeño premio a la vinculación que me une a ella. En años venideros, más...


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 241.
% del Total de Carreras a completar: 24%.

Reto Atlético 102 MEDIAS
Medias Maratones completadas: 42.
% del Total de Medias Maratones a completar: 41'1%.

Reto MEDIAS DE ESPAÑA Y PORTUGAL
Completado Media Maratón en la PROVINCIA DE SEVILLA.
En 2001 (año de la primera Media corrida en la Provincia de Sevilla), % de Provincias en las que había corrido una Media: 1'8% (hoy día 24'5%).

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA.
En 2001 (año de la primera carrera corrida en Los Palacios y Villafranca), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 2'8% (hoy día 37'1%).

Reto PRINCIPALES CARRERAS DE ESPAÑA
Completada MEDIA MARATÓN SEVILLA LOS PALACIOS.
En 2001 (año de la primera Media Maratón Sevilla-Los Palacios), % de Principales Carreras de España que había corrido: 2'3% (hoy día 27'9%).