22 de noviembre de 2018

CARRERA POPULAR GERENA 2018

En Sevilla y sus alrededores los días metidos en agua son muy raros. De hecho, en lo que llevamos de 2018 solo cuatro días han caído 20 litros por m² o más. Aparte, yo últimamente estoy yendo a pocas carreras (nueve llevo el presente año). Tengo que tener muy mala suerte, por tanto, para que llueva a mares la mañana en la que estoy apuntado a alguna prueba. Pese a esto, la Ley de Murphy me ha jugado malas pasadas unas cuantas veces y el pasado domingo volvió a hacerme de las suyas en Gerena.

De la Carrera Popular Gerena ya había hablado en este blog. La corrí por última vez hace dos años, cuando dio lugar al correspondiente post, y antes ya había participado en ella en otra ocasión. No es, en principio, una competición que tenga nada de particular, ni me gusta especialmente, pero Gerena queda relativamente cerca de casa y por eso me resulta cómoda. Últimamente no atravieso una etapa en la que pueda apuntarme a muchas carreras, no tengo capacidad mental para estar pendiente de calendarios y fechas de inscripciones, ni tengo demasiado tiempo los domingos, por lo que me estoy centrando solo en participar solo en eventos que considero especiales. Por ello, desde el mes de junio solo había participado en un maratón y en un triatlón, pero últimamente tenía bastantes ganas de disfrutar de alguna prueba de las de toda la vida, sencilla, no muy larga, cercana, barata, popular y compatible con un domingo en el que pudiera hacer luego otras cosas. Con todos esos condicionantes la cosa no estaba fácil, pero vi que la Carrera Popular Gerena cumplía todos los requisitos, por lo que acabé de nuevo con esa cita señalada en rojo en la agenda.


Pese a todo, la mala suerte comentada quiso que el domingo amaneciese lluvioso y frío. Me dio coraje que el día en el que pensaba volver a disfrutar de una carrerita mentalmente relajada se convirtiera en una pequeña aventura solo para runners algo chiflados, pero no ir a Gerena no era una opción, así que tiré para allá sin pensármelo más.

Cuando llegué a Gerena estaba diluviando. A pesar de los malos augurios yo tenía la esperanza de que en el momento de echar a correr la lluvia parase un poco. Antes de eso me encontré con la sorpresa de que el lugar de la salida había cambiado con respecto al de hace dos años. Yo ni siquiera había mirado el recorrido y al llegar adonde creía que empezaba la carrera y no ver a nadie, teniendo en cuenta el día que hacía, pensé realmente que la misma se había suspendido. Afortunadamente, en la actualidad todos llevamos en nuestro móvil un pequeño ordenador portátil y gracias a eso me enteré de que la prueba ya no empezaba junto al polideportivo del pueblo, sino en la Avenida de la Estación, que bordea la Plaza de la Cantina, el sitio que ejerce de eje de la parte más moderna del centro de Gerena. El nuevo lugar me pareció mucho más atractivo, de hecho la meta estuvo ubicada en el centro de dicha plaza, lo que hizo que la recta final fuera más espectacular.

Lo primero que hice tras aparcar fue ir a recoger el dorsal y después me refugié en el coche para esperar pacientemente a que llegara el momento de salir del mismo y empezar a correr. En ese momento ya había asumido que no iba a dejar de llover. Al abandonar el coche el cielo se estaba cayendo, pero ya daba igual, me fui trotando hacia la salida y al llegar me uní al grupo de apenas 80 valientes que daban vueltas intentando evitar la hipotermia. Para ese entonces ya estábamos todos como una auténtica sopa. Trotando por allí vi a Javi Quesada, con el que intercambié unas palabras que me distrajeron un par de minutos. Luego, con paciencia, esperé con el resto de participantes a que dieran la salida, deseando ponerme a dar zancadas a tope para entrar en calor de verdad.


Por fortuna, durante los poco más de 35 minutos que tardé en completar los 8.200 metros de competición fue amainando el temporal, no dejó de caer agua, pero la lluvia solo pegó fuerte de verdad al principio.

Antes de comenzar a correr ya me había puesto al día y había averiguado que no solo había cambiado la ubicación de la salida y de la meta con respecto a la de 2016, sino que el trazado era otro: seguía sin atravesarse la parte más antigua de Gerena, pero se había suprimido también el tramo que llegaba hasta el extremo norte de la población y daba vueltas por una zona residencial de chalets. A cambio, se daban dos vueltas a un circuito que se alejaba menos de la Plaza de la Cantina.

Al darse el pistoletazo inicial yo salí escopetado y tras recorrer 200 metros llanos por la Avenida de la Estación iniciamos una larga subida de 1.400 metros que ya conocía en parte de los otros años. Al empezar a subir la carrera se abrió del todo, éramos pocos, la gente se dispersó y pronto las posiciones se estabilizaron. En mi caso, unos 50 metros por delante quedaron dos chicas y otro corredor a los que mantuve a la misma distancia casi toda la primera vuelta. En la última parte del circuito el suelo pasaba a ser de adoquines durante un rato y en el primer paso por ese tramo les recorté a los tres unos 30 metros. Las dos fotos de abajo corresponden al momento en el que abandonamos el tramo adoquinado y enfilamos de nuevo la Avenida de la Estación para comenzar la segunda vuelta (en la primera imagen aparezco pequeñito a la derecha de la cabeza del chico y en la segunda salgo muy borroso, aún por los adoquines).



En el tramo llano de la Avenida de la Estación recorté algo más de distancia al trío que me precedía. Finalmente, logré alcanzarlo a mitad de la cuesta larga y los pasé a los tres. Las chicas se iban jugando las castañas, marchaban segunda y tercera, nada menos. Les saqué un poco y tiré para adelante, en principio pensé que las posiciones ya no se moverían más, pero a falta de 1.000 metros Javi, al que había pasado muy al principio y al que no había logrado despegar del todo (lo llevé atrás a 50 metros toda la carrera), me volvió a adelantar. Por último, en la recta de meta el chaval que iba con las chicas me pasó como un torpedo. Por detrás mía entró la segunda mujer (Hassania Barrhouss, a tan solo a 4 segundos) y poco después la tercera fémina (Carmen Pérez Muñoz, a 20 segundos).

En definitiva, fue una carrera muy divertida, la media por kilómetro que me salió no fue muy alta (4:18) a pesar de que lo di todo, pero correr bajo la lluvia supongo que se notó en la musculatura y, aparte, la prueba no está exenta de adoquines y de cuestas, pese a que esta vez no pasamos por las rampas asesinas de la zona de casas del norte del pueblo. Acabé el 22 de los 82 corredores que nos atrevimos a desafiar a la climatología.

A pesar de lo duro que es correr chorreando y de lo incómodo que se volvieron, tanto los prolegómenos como los momentos inmediatamente posteriores al fin de la carrera, ir a Gerena me encantó, me moría de ganas de volver a participar en una competición corta y maté el gusanillo por un tiempo. Mi próximo objetivo atlético será la Media Maratón Sevilla-Los Palacios del mes que viene.


Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en GERENA.
En 2015 (año de la primera carrera corrida en Gerena), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 32'3% (hoy día 35'2%).

Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 216.
% del Total de Carreras a completar: 21'5%.