10 de abril de 2021

VILLAMANRIQUE DE LA CONDESA 2021

Dos veces había estado antes en Villamanrique de la Condesa y en ambas sudé la gota gorda. La primera estancia quedó reflejada en uno de los primeros posts que escribí en este blog, allá por 2016. Solo hay que leer ese artículo un poco por encima para saber por qué esa visita fue tan esforzada. Con respecto a la segunda, la misma no fue menos intensa desde el punto de vista físico. Lo que sucede es que no dio lugar a un post independiente, porque estuvo enmarcada dentro de un ultramaratón, el Doñana Trail Marathon, en el que participé en 2017. Esa carrera sí originó un relato en En Ole Väsynyt, pero como pasé por Villamanrique como una exhalación (si se me permite la exageración), pues no consideré que aquello fuera merecedor de un artículo independiente.

El caso es que tenía pendiente volver a Villamanrique de la Condesa para darme una vuelta más relajada por sus calles y para ver el Vado del Quema, que aunque está a varios kilómetros de la población, es un lugar que se encuentra indisolublemente unido a ella. El pasado domingo llegó el día de hacerlo. Hay que decir que esta vez no corrí, pero sí nos pegamos un buen lote de andar, ya que lo que hicimos fue una ruta que va desde el casco urbano manriqueño hasta el citado Vado del Quema, y que regresa al pueblo siguiendo el recorrido que hacen las carretas de la Romería de El Rocío.


La mañana amaneció perfecta para la caminata. La Semana Santa ha sido de lo más extraño, no han salido pasos a la calle y, aunque han abierto un poco la mano con las restricciones, la verdad es que aún no se pueden traspasar los límites provinciales. En consecuencia, para ir de excursión tocaba quedarse cerca. Ir a la playa no era una opción, a pesar de que el tiempo invitaba a ello. En este sentido, hay que reconocer que la pandemia está sirviendo para que me haya centrado en la provincia de Sevilla y esté realizando muchas de las visitas a mi entorno que más me apetecen. Ir al Vado del Quema era una de ellas. La Romería de El Rocío no me dice mucho, como ya he comentado otras veces, pero vivo en un entorno muy rociero y, como el roce hace el cariño, me han acabado llamando la atención todos los sitios relacionados con esa festividad religioso-popular tan particular. El paso de las carretas por el Vado del Quema es uno de los momentos álgidos de la peregrinación, y nunca había visto bien ese lugar... hasta ahora.


Yo vivo a una media hora en coche de Villamanrique de la Condesa, por lo que, para motivarnos, de cara a madrugar con la idea de no echar a andar demasiado tarde, decidimos levantarnos temprano e irnos en ayunas, para pegarnos un homenaje previo en el pueblo, en forma de desayuno. El plan salió bien y acabamos sentados a primera hora de la mañana en las mesas que el Café Bar Tomás pone en la Plaza de España.


La Plaza de España es el epicentro de Villamanrique de la Condesa. A ella da el edificio del Ayuntamiento y también uno de los laterales de la Iglesia de Santa María Magdalena




Tras el reposado desayuno tuve ocasión de contemplar por dentro la iglesia. Desde mi posición vi que se encontraba abierta, dado que se estaba oficiando una misa, y al acabar esta no tuve problemas para entrar a ver el templo.


Tras ese calmado inicio de la jornada, llegó el momento de hacer nuestra rutita. El trayecto senderista estaba claro como el agua, era difícil que nos perdiéramos esta vez, pero es evidente que somos incapaces de ir a tiro hecho a nuestros destinos, cuando hacemos rutas. En efecto, en esta ocasión no nos extraviamos tras salir al campo, pero antes ya nos habíamos despistado por el pueblo, buscando el punto desde donde enganchar el camino. Así pues, gracias a mi nefasto sentido de la orientación, tras pasar por la Plaza del Tamborilero cogimos la calle equivocada y, en lugar de acabar en el límite este de la población, desembocamos en su extremo sur. Dadas las vueltas que dimos, se puede decir que la parte sureste de Villamanrique quedó bien explorada.


La Plaza del Tamborilero tiene en su centro el Monumento al Tamborilero, que recuerda que Villamanrique de la Condesa, además de ser la puerta de Doñana, es uno de los pueblos más rocieros que hay. En general, los alrededores de esa plaza me parecieron muy bonitos. Luego, bajando hacia el sur de la población vimos la Barriada Juan XXIII, donde las casas se ordenan alrededor de una amplia plaza, y poco antes de lograr abandonar el casco urbano, tras haber dado ya alguna que otra vuelta, nos cruzamos con el Monumento al Jornalero, que por alguna razón está representado junto a una bici.



Tras dejar atrás la Plaza del Jornalero con su bracero ciclista, salimos del pueblo por el este y enfilamos, al fin, la Ruta Vado del Quema propiamente dicha. A partir de ahí, ya todo fue bien. Mientras fuimos caminando no vimos a demasiada gente, lo que hizo que disfrutara mucho el recorrido por esos bellos parajes de dehesa, aún menos densos en lo que a vegetación se refiere que los que hay al oeste de Villamanrique.


La ruta es casi triangular, de manera que primero anduvimos unos 4 kilómetros en dirección este, luego viramos bruscamente, en el punto mostrado en la foto inferior, y recorrimos un par de kilómetros hacia el norte. Por último, tras ver el Vado del Quema marchamos de vuelta por otro camino de otros 4 kilómetros, que nos devolvió casi al punto de partida.


Con respecto al Vado del Quema, en ese enclave comimos al borde del río. Hay que decir que el Vado del Quema es el punto por el que el camino que lleva de Sevilla a El Rocío vadea el Río Guadiamar. Quema, por lo visto, es el nombre de la finca en la que se halla ese paraje, donde se forma una buena en cada romería rociera, ya que por allí las carretas pasan por el agua de una orilla a otra. Yo vi como un tractor hacía lo propio, aunque en sentido inverso al que se sigue en la peregrinación. 


Ni que decir tiene que lo de vadear el Guadiamar en ese punto es un acto más simbólico y folklórico que necesario, ya que hay un puente a pocos metros, pero no por ello los romeros dejan de mojarse los pies, tal y como yo hice. En mi caso, como no llevaba botos crucé el río a pelo.


De cualquier modo, lo que vi fue un sitio que se encontraba más o menos tranquilo (había gente, pero no era excesivo) y que es bonito.


Junto al puente al que me refería, vimos el Templete de la Virgen del Rocío, donde nos hicimos una foto.


La vuelta, tras habernos comido los bocatas, no se nos hizo dura, y al llegar de nuevo al casco urbano de Villamanrique encontramos sin problema el camino al lugar donde habíamos aparcado el coche, junto a la Plaza de España.




El día fue una gozada y me alegré de haber vencido a la pereza inicial que me produjo el madrugón. Dentro de un mes tengo un examen importante y también me costó dedicar el sábado al ocio, en vez de a estudiar. Sin embargo, al final me oxigené a tope y eso hará, seguro, que el próximo mes rinda mejor, de cara a ese examen de oposición, que me llevará en pocas semanas a Valladolid.


Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado VILLAMANRIQUE DE LA CONDESA.
En 2006 (primera visita), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Sevilla: 61% (hoy día 63'8%).
En 2016 (primera visita), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 18'9% (hoy día 20'7%).