30 de abril de 2019

EL BOSQUE 2019 (VISITA DE ABRIL)

La pasada Semana Santa hemos estado dos días por el interior de la provincia de Cádiz y eso me ha dado la oportunidad de recorrer varios de los pueblos que destacan en esa zona. En los post precedentes ya he hablado de Grazalema, de Benaocaz y de Ubrique, y ahora voy a hacer una breve crónica de la visita que hicimos el Viernes Santo a El Bosque.


El Bosque se encuentra situado justo en el límite oeste del Parque Natural Sierra de Grazalema, de hecho parte de su término municipal está dentro de ese territorio protegido, aunque el núcleo habitado queda fuera. Yo ya hablé de esta población en 2016, ya que pasamos en ella un par de noches durante el mes de diciembre de ese año. En esta ocasión, sin embargo, no hemos pernoctado allí, pero sí hemos comido en un restaurante de primer nivel, que es algo que nos faltó hace dos años y medio. Además, esta vez hemos recorrido precisamente el sector de la localidad adonde no llegamos en 2016, por lo que se puede decir que ambas visitas se complementan a la perfección.

Con respecto al mencionado restaurante, este tiene un nombre más propio del barrio madrileño de Lavapiés que de un pueblo de Cádiz, ya que se llama Restaurante La Divina, pero su propuesta gastronómica no desentona con el lugar en el que está: la misma tiene un toque moderno, pero no es tan exclusiva como para que no guste en un sitio como El Bosque.


El restaurante estaba lleno e incluso me encontré allí a un vecino nuestro que es bosqueño y que estaba pasando las vacaciones de Semana Santa en su patria chica. Esas dos circunstancias me confirmaron que La Divina triunfa también entre los autóctonos. Nosotros comimos platos con nombres tan sugerentes como Canelón de Rabo de Toro con Bechamel de Foie, Arroz con Pollo de Campo Asado al Horno de Leña con Verduritas y Mini Huevos o Pulpo Cocido al Horno de Leña sobre Crema de Patatas y Aceite de Pimentón, que fue lo que pedí yo.



Todo estuvo delicioso, pero, en cualquier caso, el premio gordo para las niñas se lo llevó un postre llamado Chocolate al Cubo, que queda perfectamente descrito solo con su nombre.

El Restaurante La Divina está en la arteria principal del pueblo, la Calle Cádiz, que empieza en la rotonda de acceso al mismo y acaba en la Plaza de la Constitución.


La Calle Cádiz está en cuesta y en 2016 no la bajamos, sino que nos movimos por la zona alta de la población. En esta ocasión, en cambio, aparcamos abajo, por lo que tuve la oportunidad de recorrerla entera, la primera mitad antes de comer.


Tras el almuerzo seguimos subiendo y dimos una vuelta por las callejuelas más pintorescas de El Bosque, que están arriba.


La parte alta del pueblo la recorrimos de una manera más exhaustiva en 2016. El pasado viernes solo anduvimos por el sector oeste de esa zona y luego descendimos por otro lado distinto al de la subida, con la idea de coger el Camino de los Pescadores, que bordea la localidad por el oeste y que comienza junto al Albergue Juvenil de Inturjoven, donde nos alojamos la otra vez.


Junto a ese establecimiento hotelero también empieza el sendero que lleva a Benamahoma, nosotros en 2016 lo hicimos entero, pero el pasado sábado tiramos en dirección opuesta por el citado camino de circunvalación, que nos llevó al Hotel Restaurante Las Truchas.



Hace años estuve en ese restaurante un par de veces, pero en esta ocasión ya íbamos comidos, por lo que no pudimos degustar las ricas truchas que allí cocinan. Aún así, nos tomamos un café en la agradable terraza que tiene, que da a la zona baja de la población.


Tras el café, y antes de volver al coche, anduvimos un poco por esa parte inferior del pueblo, la cual no conocía.


En definitiva, El Bosque es otro de los Pueblos Blancos de la sierra de Cádiz y aunque no destaca tanto como algunas de sus localidades vecinas, también muestra los rasgos distintivos clásicos de este grupo de poblaciones.

Los Pueblos Blancos pertenecen a 19 municipios y en este blog ya he hablado de cuatro de ellos. Muchos son los que aún me faltan por conocer, lo que no es óbice para que la provincia de Cádiz sea la que mejor conozco de España. En los próximos meses, hasta que llegue julio, pocos van a ser los lugares que voy a poder visitar, me espera un examen importante y además desde febrero estoy trabajando todos los fines de semana, pero gracias a estos dos días tan intensos he cogido fuerza para que esta pequeña travesía en el desierto pase de la manera lo más liviana posible.


Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado EL BOSQUE.
En 2008 (primera visita real), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Cádiz: 38'6% (hoy día 52'3%).
En 2008 (primera visita real), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 14% (hoy día 20'1%).


28 de abril de 2019

UBRIQUE 2019

Hay que reconocer que Ubrique no sería un lugar tan conocido si no fuera por Jesús Janeiro, el torero que se hace llamar Jesulín de Ubrique. Jesulín destacó como matador de toros y también como personaje público un tanto estrafalario en los años 90 del siglo XX. Luego, durante los primeros años del siglo XXI intentó despegarse del mundillo del corazón y pulió su imagen, como celebridad y como torero, para luego retirarse prácticamente de los ruedos y de la vida pública en 2008. Desde entonces sus apariciones han sido esporádicas, pero a lo largo de más de 15 años paseó el nombre de Ubrique por toda España y por parte del extranjero, lo cual le ha valido una estatua en su pueblo natal. Jesulín puso a Ubrique en el mapa y eso es justo reconocérselo. Más allá de eso, es evidente que la población tiene entidad suficiente como para caminar sola.


Yo fui por primera vez a Ubrique en verano de 1996. Fue una visita fugaz y distraída, por lo que tenía en mente volver desde hace muchos años. Como ya comenté hace dos posts, la pasada Semana Santa disfrutamos de dos días en Tambor del Llano, una casa rural que está a las afueras de Grazalema, y esa circunstancia la aprovechamos para explorar un poco la zona. El primer día surgió la posibilidad de ir a Ubrique, que está a poco más de 20 kilómetros del citado alojamiento, por lo que pude por fin saldar mi cuenta pendiente. La excusa para desplazarnos hasta allí fue ir a alguna de las muchas tiendas de marroquinería que hay en el pueblo, yo incluso aproveché para comprarme un cinturón, pero lo cierto es que lo que realmente quería era echarle un ojo al que es el segundo Pueblo Blanco más grande de todos lo que conforman ese popular conjunto de poblaciones.


En efecto, Ubrique es un señor pueblo: tiene más de 17.000 habitantes y es un referente a nivel internacional en el sector de la marroquinería, es decir, en la industria de artículos de piel. En Ubrique el 70% de la población activa trabaja en algo relacionado con esta actividad productiva, que cuenta en el municipio con 290 talleres que exportan género para las marcas más exclusivas de Europa. Ir allí y no comprar alguna prenda de cuero es casi un delito. Por eso, nuestra primera parada tras aparcar el coche fue la tienda Piel de Ubrique, donde me agencié el cinturón que necesitaba.


Una vez hecho esto pasamos a lo siguiente, que era conocer el pueblo. Como he comentado, Ubrique es uno de los famosos Pueblos Blancos de la sierra de Cádiz, lo que indica que, además de ser la patria chica de Jesulín y el epicentro nacional de la manufactura de la piel, es un sitio que se merece una visita.

Los Pueblos Blancos tienen unas dimensiones muy variadas y de todos ellos Ubrique es el segundo más grande. Es de alabar el hecho de que en su proceso de crecimiento en esta población han tenido el detalle de no alterar la fisionomía del conjunto, hasta el punto de que incluso muchos de sus bloques de pisos están encalados y tienen tejas en su parte superior en vez de azotea. Eso hace que desde lo lejos nada desentone en Ubrique y pueda seguir siendo considerado un Pueblo Blanco.


En relación con esto es destacable lo preciosa que es la visión que se tiene de la población cuando se viene por la A-374. Desde las calles altas también hay vistas muy bonitas como las de la foto superior, en las que Ubrique se muestra como un lugar estéticamente muy homogéneo.

Sin embargo, la diferencia entre los Pueblos Blancos de menor tamaño y Ubrique es que en la zona de expansión de este su talante pintoresco se diluye un poco, lo cual es difícilmente evitable, ya que su parte comercial está hecha para dar servicio a miles de personas y eso hace que las vías sean más anchas y no puedan estar todas empedradas.

Pese a esto, en Ubrique está todo muy cuidado, ese epicentro de tiendas es agradable, aunque no sea tan llamativo, y en cuanto uno sale de él y empieza a subir por la ladera de la montaña enseguida empieza a ver imágenes de postal.

Como digo, las arterias comerciales de Ubrique, que son la Avenida Dr. Solís Pascual y la Avenida de España, son algo diferentes, pero ambas son interesantes. Sin ir más lejos, la primera de las dos, donde se ubica la tienda en la que estuvimos, tiene a los lados de la calzada dos hileras de plátanos de indias que hacen que la calle parezca un bonito bulevar.


Por su parte, la Avenida de España, que es perpendicular a la primera (ambas forman como una T y la Avenida de España sería el palo largo de esa letra mayúscula), además de tener también árboles, está peatonalizada. Esas dos circunstancias hacen que sea bastante placentero pasear por allí.



Precisamente en la Avenida de España es en donde comimos. El lugar no lo elegimos esta vez por la calidad de la gastronomía, sino por su terraza.


El caso es que mi hermana tiene dos perros que nos han acompañado en este viaje a todos lados. Ella y mi cuñado se han hecho cargo de ellos en todo momento, en realidad nosotros casi no hemos notado la presencia de los animales la gran mayoría del tiempo, pero sí es verdad que el momento de las comidas era el más sensible y nos hemos tenido que adaptar al condicionante de ir con los perros. En Ubrique necesitábamos almorzar al aire libre y dado que el día amenazaba lluvia cualquier terraza no valía. Teniendo en cuenta esas circunstancias buscamos un bar en el que pudiéramos sentarnos fuera, pero que tuviera toldo, y el lugar perfecto apareció en la Avenida de España.

El sitio en cuestión se llama Bar Cervecería Cristina y tengo que decir, antes de nada, que comimos bien, yo me pedí un monumental bocadillo de pechuga de pollo que estuvo bueno y una tapa de patatas aliñadas de las de toda la vida. A pesar de esto, el negocio no destaca por su finura y no deja de ser el típico bar de batalla donde la comida es simple y económica, y donde no se cuidan en exceso las formas. Yo creo que yendo con mis padres no me sentaba en un bareto como ese desde que era niño.

Por lo demás, nuestro tour por Ubrique no fue exhaustivo. Antes de comer nos movimos por la zona llana, residencial y comercial del pueblo, que está encajonado en el fondo de un valle. Toda esa parte es moderna y menos vistosa, aunque se ha intentado conservar la armonía, como he dicho.

Después del almuerzo continuamos nuestro paseo y tiramos en dirección este. Por ese lado la población se encarama a la montaña y las calles se empinan.


Es ahí donde está la parte más pintoresca del pueblo y es esa la zona que recorrimos menos de la cuenta. Nuestro objetivo era encontrar el principio de una calzada romana que une Ubrique con Benaocaz, por lo que no nos metimos de lleno en el casco histórico, sino que anduvimos entera la Calle Dr. Serafín Bohorquez, que ya tiene una buena cuesta, pero que lo que hace es bordear el meollo de Ubrique.


Hay que decir que llegamos a encontrar en principio de la Calzada Romana, no pudimos ver su trozo más espectacular, pero buscar su inicio sirvió para que nos internáramos un poco en el entorno rural. El recorrido completo siguiendo la antigua vía romana hasta Benaocaz no es muy largo, aunque estaba fuera de nuestras posibilidades hacerlo entero.


Por ello nos volvimos y en nuestro trayecto al coche recorrimos la Avenida Juan de la Rosa, que bordea la población por el noroeste.


Me fui contento de Ubrique, porque apenas recordaba nada de mi visita de 1996 y ahora, además de poner el pueblo en el mapa (es francamente precioso el tramo de la A-374 que une Benaocaz con Ubrique), me he hecho una certera idea de como se organiza y he visto las calles principales de su área de expansión. Queda pendiente recorrer bien su parte alta, que sube por la base del Cerro de los Batanes. Tengo entendido que por esa zona hay muchas cosas interesantes que ver...



Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado UBRIQUE.
En 1996 (primera visita), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Cádiz: 13'6% (hoy día, confirmada ya esta visita, 52'3%).
En 1996 (primera visita), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 2'8% (hoy día, confirmada ya esta visita, 20'1%).


25 de abril de 2019

BENAOCAZ 2019

En Andalucía hay muchos pueblos que tienen todas sus casas pintadas de blanco y en otros lugares donde hace calor también es habitual encontrar núcleos de población en los que las viviendas y los edificios están encalados, porque la cal refleja los rayos del sol y permite que el interior de las casas se mantengan frescas sin necesidad de usar aire acondicionado. Si a esto le sumamos que esas poblaciones se construyen a base de diseñar calles estrechas que ayuden a la formación de sombras, pues el resultado es que en las zonas donde el Lorenzo aprieta de lo lindo durante muchos meses abundan los pueblos que son como apiñadas manchas blancas en medio de la naturaleza. Pese a esto, hay un lugar en Andalucía que ha sido capaz de patentar el nombre Pueblo Blanco para usarlo casi en exclusiva, hasta el punto de que cuando hablamos de Pueblos Blancos a la mayoría se nos vienen a la cabeza los de la sierra de Cádiz.

Oficialmente los Pueblos Blancos gaditanos pertenecen a 19 municipios, algunos de los cuales tienen más de un núcleo de población. Estamos hablando, por tanto, de un buen número de asentamientos que tienen unas dimensiones variadas: los más pequeños no llegan a los 800 vecinos y los dos mayores, que son Arcos de la Frontera y Ubrique, tienen respectivamente 31.100 y 17.700 habitantes. El presente post va, precisamente, del segundo Pueblo Blanco de menor tamaño, llamado Benaocaz.


Benaocaz es uno de los siete Pueblos Blancos que están integrados en el Parque Natural Sierra de Grazalema y en él viven unas 680 personas. Su pequeño tamaño hace que sea un núcleo habitado muy homogéneo y que se pueda recorrer en bastante poco tiempo. Una de las maneras más interesantes de conocer su casco urbano es seguir la Ruta de las Plazas. Nosotros no lo hicimos exactamente, pero sí vimos varias de ellas.


Como digo, nosotros fuimos por libre, pero pese a esto sí empezamos nuestro paseo por el pueblo en la primera plaza de la ruta, la Plaza de las Libertades, a la que se asoma la sede del Ayuntamiento.



Después nos salimos del itinerario recomendado y empezamos a ver las plazas de manera desordenada. La segunda en la que hicimos una parada fue en la Plaza de la Iglesia, a la que da el otro edificio emblemático de la villa.


Posteriormente continuamos el camino, pero al llegar a la Plaza de Pepe Ramírez, antes de alcanzar el extremo norte del pueblo donde se encuentra la Plaza de San Antón, nos dimos la vuelta y volvimos hacia la zona sur. Allí pude ver la Plaza de Vista Hermosa, en la que hay un bonito lugar, llamado Mirador de Vista Hermosa, desde donde se ve un hermoso paisaje.



Por último me asomé a la Plaza de la Constitución, que en la ruta es la segunda y que está a la espalda de la Plaza de las Libertades, así como a la Plaza del Cantillo, que está un poco más arriba. En ambas se permite el aparcamiento, por lo que se desluce un poco la estampa (aunque es verdad que en algún sitio hay que soltar los coches).



Nos faltaron, por tanto, tres de las nueve plazas, que quedan pendientes para la próxima visita, lo mismo que la entrada a algún edificio y las vistas desde otros miradores. Pese a esto, nos dimos un amplio paseo que nos permitió disfrutar de un pueblo que ha sabido mantener su idiosincrasia, por lo que está repleto de rincones muy vistosos dominados por la blancura de las fachadas de sus casas y por la pulcritud de su suelo empedrado. 




En definitiva, Benaocaz es el perfecto ejemplo de Pueblo Blanco y hace justicia a este nombre al 100%. En el próximo post me iré al otro extremo y hablaré de otra población que, sin desmerecer en absoluto ese apelativo, presenta unas características muy diferentes.

Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado BENAOCAZ.
% de Municipios ya visitados en la Provincia de Cádiz: 52'3%.
% de Municipios de Andalucía ya visitados: 20'1%.


23 de abril de 2019

GRAZALEMA 2019

Tambor del Llano es una casa rural que se encuentra situada a 5 kilómetros del casco urbano de Grazalema y que ha sido la responsable de que la pasada Semana Santa haya vuelto a esta población dos años y medio después de mi anterior visita.


Grazalema se localiza en el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema y es uno de los Pueblos Blancos más señeros (de ellos hablaré con más detalle en el próximo post). Tambor del Llano está alejada de la población en sí, pero ese es uno de los factores que la convierten en un maravilloso lugar en el que se pueden percibir a tope los encantos naturales del montañoso meollo de la provincia de Cádiz.



Nosotros acabamos allí porque conocemos a Carmen Bueno, la dueña del establecimiento, ya que es hermana de Carlos Bueno, el propietario de otra casa rural que se ubica en Asturias y a la que antaño fui con mis padres con cierta asiduidad, lo que hizo que se acabara generando una relación de bastante afecto entre ellos y la familia de Carlos. Carmen Bueno, que está afincada en el sur de España desde la Expo'92, inauguró en octubre de 2015 su propio alojamiento en Grazalema y teníamos pendiente una visita al mismo, que se materializó la semana pasada.


Tambor del Llano es un hotel rural hecho para disfrutar de la naturaleza, la paz y el buen comer, pero más allá de eso nosotros aprovechamos el Jueves Santo y el Viernes Santo para recorrer un poco la zona y visitar algunos de los citados Pueblos Blancos. Grazalema, en concreto, fue el último en el que estuve, ya el viernes por la tarde.



Como he comentado, en 2016 pasamos un día en este pueblo, que da nombre a la sierra en la que se creó el primer parque natural de Andalucía. En aquella ocasión nos pegamos un buen homenaje culinario, pero esta vez no había lugar para algo parecido, de manera que María y yo nos limitamos a dar un buen paseo. 

Realmente, la principal novedad de esta visita es que anduvimos por la parte alta de Grazalema, ya que aparcamos allí. En 2016 recorrimos 2/3 de la población, pero íbamos con las niñas y no fuimos más allá del entorno de la Iglesia de San José. En esta ocasión, sin embargo, cogimos la Calle Nueva desde arriba y bajamos atravesando el pueblo por su mitad.


En un momento dado nos desviamos a la paralela Calle de San José y volvimos a pasar bordeando la iglesia del mismo nombre. Esta vía también sigue la dirección de la pendiente y mantiene los rasgos típicos de todas las calles del pueblo, en las que predominan las casas encaladas y los suelos de piedra.


A medio camino volvimos a ver la Fuente de la Puentezuela, que está en la calle homónima. La pila y la piedra de donde salen los dos chorros probablemente son de origen visigodo, aunque la parte superior es de épocas posteriores.


Precisamente la Calle La Puentezuela que da nombre a la fuente es la que ejerce de frontera entre la parte alta y la parte baja del pueblo, como ya comenté en el post de 2016 que dediqué a mi anterior visita a Grazalema.

Continuando nuestro paseo desembocamos en la Plaza de España, el gran centro neurálgico de la villa, que estaba empezando a entrar en ebullición a esa hora, dada la inminente salida de una procesión de la cercana Iglesia de la Encarnación. Nosotros no nos quedamos allí, sino que nos acercamos al Mirador de los Asomaderos, al cual da la Plaza de los Asomaderos, que a pesar de su bonito emplazamiento en la actualidad ejerce casi toda de aparcamiento.



Después nos internamos por las callejuelas de la parte baja del pueblo, que son muy pintorescas, y nos tomamos una caña en la Plaza de Andalucía, un bonito rincón con veladores que por desgracia estaba bastante sucio a esa hora (aunque en la foto inferior conseguí no sacar la porquería).


La procesión se retrasó por el riesgo de lluvia, de manera que no llegamos a ver nada de ella. Tras nuestra parada técnica salimos de la zona de callejuelas por la Calle Agua, vimos el Monumento al Toro de Cuerda, ubicado en la Plaza Pequeña desde enero de 2014, y tiramos de nuevo para el coche atravesando el pueblo, esta vez de abajo a arriba. A la subida nos pateamos entera la citada Calle Nueva, que aunque se llama Calle Las Piedras en su tramo inferior, es la que ejerce de auténtica espina dorsal de Grazalema.


Después de repasar un poco lo que me queda por ver en esta población gaditana tras mis dos visitas, me he dado cuenta de que no he entrado en dos de sus iglesias, de que hay un par de calles que aún tengo que recorrer y de que existe un mirador en la parte alta del pueblo que ofrece bonitas vistas de este y que también merece la pena. Apuntado queda todo para la próxima.


Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado GRAZALEMA.
En 2008 (primera visita incompleta al municipio), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Cádiz: 40'9% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2016, 52'3%).
En 2008 (primera visita incompleta al municipio), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 14'1% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2016, 20'1%).

Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado GRAZALEMA.
En 2008 (primera visita incompleta al municipio), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Provincia de Cádiz: 71'4% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2016, 78'6%).
En 2008 (primera visita incompleta al municipio), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas: 26% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2016, 34'2%).