27 de junio de 2017

CARRERA NOCTURNA DE DOS HERMANAS 2017

Haciendo un alto en el intenso periodo laboral en el que estoy inmerso desde hace casi dos meses me fui el pasado sábado hasta Dos Hermanas para correr una de mis carreras favoritas. La misma se llamaba originalmente Carrera Nocturna Ciudad de Dos Hermanas y ahora se denomina Carrera Nocturna Antonio Guzmán Tacón, para honrar al que fuera fundador y presidente del Orippo, que es el club de atletismo que organiza la competición. Antonio Guzmán falleció en 2015 y desde ese año la prueba lleva su nombre (aunque popularmente sigue siendo la Carrera Nocturna de Dos Hermanas).


Como digo, esta carrera es una de mis preferidas y por eso he disputado casi todas las ediciones que se llevan celebradas desde que se creó la prueba en 2007. Falté a la tercera edición porque me quedé sin dorsal, a la séptima por una boda y a la décima, que se disputó el año pasado, porque coincidió con la fiesta de fin de curso de Ana y Julia, pero las otras siete veces no había faltado a la cita y este año he vuelto a ponerme en la línea de salida por octava vez.

Las carreras nocturnas normalmente no son santo de mi devoción, porque a la noche suelo llegar bastante cascado y, por ello, no disfruto tanto de las competiciones como por las mañanas. Sin embargo, hay que reconocer que las carreras vespertinas tienen cosas positivas que no tienen las matutinas, principalmente relacionadas con el ambiente,  y que pueden llegar a compensar lo del cansancio.

En efecto, si una carrera urbana se celebra un sábado de verano a última hora de la tarde, su recorrido se diseña de manera que atraviese un determinado pueblo varias veces y tanto la línea de salida como la de meta se colocan en el meollo de la población, casi con toda seguridad esa prueba será una gozada para los atletas, ya que en esas circunstancias todos los habitantes del pueblo acaban saliendo a la calle y se termina formando un ambientazo que los corredores disfrutamos al máximo. Por las mañanas el ambiente suele ser más frío y, de vez en cuando, compensa correr más cansado si a cambio sientes que formas parte de un evento en el que el pueblo se vuelca de una manera tan patente.

Todas las carreras nocturnas no son así, pero en Dos Hermanas han sabido convertir su evento en una fiesta que no me gusta perderme. Además, la organización de la nocturna nazarena ralla la perfección, no solo porque la bolsa de avituallamiento que te dan tras la prueba es la mejor que yo he visto en mi vida, sino porque se cuida al corredor de verdad (dan líquido en varios puntos del circuito pese a ser una carrera corta, colocan en dos lugares del recorrido mangueras de agua difuminada para refrescar a los participantes, la recogida de dorsales funciona a la perfección, la salida se da siempre con puntualidad,...). Además, respetan la misma fecha y mantienen el circuito año tras año. Esto es algo que para algunos no es importante, pero yo lo valoro mucho.

El caso es que cada temporada intento no perderme la cita en Dos Hermanas, cosa que no es sencilla, porque los 600 dorsales disponibles vuelan en apenas 10 minutos (hay que estar al loro para apuntarse, es evidente que no soy el único que siente predilección por esta carrera). En cualquier caso, salvo en 2009, que me pilló por sorpresa la avalancha de corredores interesados en inscribirse, siempre que he querido he podido correr. En estos años he tenido días mejores y días peores, pero ya descubrí hace tiempo que el azar juega un importante papel en el devenir de esta carrera, ya que una noche de finales de junio en Dos Hermanas puede hacer calor o puede hacer mucho calor. Por fortuna, ha habido años en los que el termómetro no ha subido de los 25º o 26º, pero este 2017 me he encontrado con las circunstancias climatológicas más extremas de las ocho ediciones que he disputado: a la hora del comienzo (22'30 horas) el termómetro marcaba 34º, una pasada. Hace dos años, sin embargo, la temperatura no fue mucho más baja y encima el bochorno era mayor, por lo que fue peor. En esta ocasión, al menos, corría el aire y eso aliviaba un poco la sensación térmica.

En cualquier caso, en esas condiciones es evidente que el ritmo de carrera tiene que ser más bajo de lo normal: por mucho que uno se deje los higadillos es imposible rodar al mismo ritmo con ese calorazo que en una carrera matutina que se dispute con 18º. Por ello, acabé los 10.170 metros en 44:36, corriendo a un ritmo medio por kilómetro de 4:23 (puesto 112 de 572 participantes). Las sensaciones fueron buenas todo el rato, la carrera tiene un trozo de adoquines y dos puentes que pasan por encima de las vías del tren y que son como sendos muros, pero, pese a esto y al calor brutal, me mantuve estable y disfruté, un año más, de los espectaculares últimos 500 metros por la céntrica Calle Nuestra Señora de Valme y del pasillo humano que se forma en los 100 metros finales, ya en la Plaza de Arenal, donde se ubica la meta.


Igualmente emocionante es, cada año, el paso por la Plaza de la Constitución, la principal de pueblo. De allí sale la carrera y por allí se pasa de nuevo poco antes del kilómetro 3. En ese punto se congrega mucha gente, que luego se traslada a la recta de meta. Es un tramito en el que se le ponen a uno los vellos de punta.


En definitiva, un año más corrí la Nocturna de Dos Hermanas. A otras carreras nunca se sabe, pero a esta es seguro que volveré.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 202.
% del Total de Carreras a completar: 20'1%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en DOS HERMANAS.
En 2002 (año de la primera carrera corrida en Dos Hermanas), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 3'8% (hoy día 34'2%).


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