2 de julio de 2017

CONSTANTINA 2017

Hay épocas del año en las que no paran de surgir planes para hacer escapadas o para ir a carreras. Son rachas en las cuales parece que uno no hace otra cosa en la vida que correr o viajar. Sin embargo, es evidente que esto no es así, por lo que son inevitables los periodos en los que la tortilla da la vuelta y el trabajo y las circunstancias del día a día pasan a copar toda la atención. En esas etapas se corren pocas carreras y se viaja aún menos. Por fortuna, esas rachas también pasan y las épocas de vacas gordas acaban volviendo.

Con respecto a los viajes, durante el verano suelo disfrutar de un par de meses de bastante jaleo viajero, ya que aprovecho a tope el mes de vacaciones y también suelo exprimir los fines de semana de finales de julio y de principios de septiembre. Esa es una las épocas de vacas gordas a las que me refería, pero está claro que la desconexión veraniega no sería posible si no me fuera con los deberes hechos, por lo que durante los meses de mayo y junio suelo atravesar una fase en la que mis aficiones viajeras están bajo mínimos debido a otras ocupaciones. Esa tendencia este año se ha visto especialmente remarcada y los dos meses comentados han sido un infierno laboral. Para colmo, durante el mes de julio tengo que despachar una obra en casa, por lo que me encuentro inmerso desde abril en un desierto de viajes y carreras que acabará el 28 de julio.

Pese a todo lo comentado, está claro que incluso en los peores momentos se sacan pequeños huecos para competir en alguna carrera o para organizar alguna escapada. Un ejemplo de esto tuvo lugar ayer sábado, cuando fuimos a echar el día a Constantina. El caso es que teníamos que llevar a Ana a un campamento de verano en el que va a pasar una semana y con esa excusa pasamos una agradable jornada en ese pueblo, que se encuentra enclavado en pleno Parque Natural Sierra Norte de Sevilla.

El citado campamento se está desarrollando en la Residencia Escolar Los Pinos, una instalación de titularidad pública que durante el curso acoge a niños que necesitan alojamiento para poder estudiar en Constantina. Durante las vacaciones escolares el centro queda vacío y se usa para organizar campamentos veraniegos. Nosotros apuntamos a Ana a uno la primera semana de julio y ayer, antes de dejarla allí, tuvimos la oportunidad de visitar con detenimiento todas las instalaciones de la residencia, que está en el extremo sur de la población.



La visita a la residencia fue la parte de la estancia en Constantina que venía dada por las circunstancias, por decirlo así, pero tras despedirnos de Ana vino la parte de la jornada en la que nos dimos el gustazo de quedarnos en el pueblo con otra pareja amiga, para verlo y para comer en él.

Constantina, que tiene 6.100 habitantes, es el pueblo más grande del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla (solo se le acerca en población Cazalla de la Sierra, adonde volveremos en agosto). A pesar de que su nombre evoca a la época romana de la villa, los vestigios visibles de Constantina son de época musulmana. Yo ya había estado allí en diciembre de 2004, cuando pasamos dos noches en el Albergue Inturjoven Constantina, pero desde entonces no había vuelto. El monumento más destacado del pueblo, que es el Castillo de Constantina, sí lo visitamos en 2004 (subimos andando, está en ruinas, pero conserva aún en pie bastantes torres y murallas), pero no visitamos más edificios y, sobre todo, no recorrimos bien el Barrio de la Morería, que mantiene su trazado musulmán. Realmente, en aquella ocasión nos movimos un poco por la zona céntrica del pueblo, pero fue una estancia más enfocada a explorar el entorno campestre. Sí pudimos comprobar, no obstante, que el trazado urbano de Constantina es muy alargado, ya que aprovecha el terreno llano que forma el Valle de la Osa (el centro de la población está en la zona llana, mientras que el Barrio de la Morería sube un poco por la ladera de la montaña sobre la que se asienta el Castillo).



Como he dicho, en 2004 aprovechamos la estancia en Constantina para hacer senderismo, más que para explorar a fondo el pueblo (recorrimos, por ejemplo, el Sendero Los Castañares que comienza al final del Paseo de la Alameda, en el extremo norte de la población) y también visitamos el Centro de Visitantes el Robledo, que está fuera de núcleo urbano.


Ayer, sin embargo, nos movimos todo el rato por las calles del centro, pero tampoco llegamos a ir hacia la zona empinada, sino que aparcamos el coche y anduvimos por la Calle Mesones, la Plaza de la Carretería, la Calle Feria y el Paseo de la Alameda, es decir, por la zona más moderna de Constantina, donde lo que destacan son algunas blancas casas de carácter señorial de épocas recientes.

En esa zona está el largo Paseo de la Alameda, que llega casi hasta el final de la población por el norte y que es un lugar realmente agradable para comer.


Allí en 2004 comimos dos veces en un restaurante que ha desaparecido. En esta ocasión estuvimos en otro, llamado Bar La Tapita. Se trata de un negocio que probablemente ya no estará igual la próxima vez que vayamos a Constantina (me dio la impresión que era el típico bar ubicado en un local que va cambiando de dueño y nombre cada cierto tiempo), pero donde comimos una ensaladilla realmente soberbia.


Ayer nuestra estancia en Constantina no se alargó más allá de la media tarde, pero la visita me sirvió para refrescar la memoria y para recordar como está estructurado el pueblo. Me queda pendiente volver para recorrer el Barrio de la Morería.



Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado CONSTANTINA.
En 2004 (primera visita), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Sevilla: 20'9% (hoy día 61%).
En 2004 (primera visita), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 7'8% (hoy día 19'3%).


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