6 de agosto de 2017

TORRELAVEGA 2017

Comenzaron las vacaciones veraniegas, la época más activa del año desde el punto de vista viajero. En este 2017, la primera fase vacacional hemos decidido pasarla en Asturias, adonde voy casi cada verano, al menos unos días, desde 1997. El día 21 de julio acompañé en avión a Ana y a Julia hasta allí, y, tras dejarlas con sus abuelos, volví a Sevilla en bus para trabajar una semana más. El viernes 28 de julio cogí definitivamente las vacaciones y, sin más dilación, tiré de nuevo para el norte, esta vez en coche y ya con María, sin intención de volver a casa en menos de tres semanas.

La estancia asturiana de este año ha tenido dos particularidades bastante señaladas: la primera ha sido que hemos hecho más vida en Llanes que en otras ocasiones. La casa de mis padres está en este municipio y, por ello, el mismo es siempre un punto de referencia claro, pero nunca nos habíamos movido por allí tantos días seguidos. La segunda particularidad ha sido que los días que nos hemos alejado un poco de Llanes nos hemos dirigido siempre hacia Cantabria, en vez de quedarnos por Asturias.

En efecto, en Cantabria visitamos un día la impresionante Cueva del Soplao y otro día fuimos a ver la Ferrería de Cades. Además, el 5 de agosto fuimos a Torrelavega, en la que ha sido la única visita urbana fuera de Llanes de este viaje. El objeto de ir para allá fue recoger una exquisita tarta de hojaldre en la Confitería Santos. La misma es un lugar de referencia en Cantabria a la hora de hacer pasteles y todos teníamos antojo de probar sus dulces una vez más (incluso yo, que no soy muy dulcero), así que encargamos una tarta con la excusa del cumpleaños de mi madre y fuimos hasta Torrelavega a recogerla. Como no podía ser de otra manera, también nos volvimos con una caja de polcas (es un dulce de hojaldre) y otra de almendrados.

Lo bueno que tiene ir a la Confitería Santos es que está en el meollo de Torrelavega, de manera que es inevitable darse una vuelta por el centro de la población cuando se va allí a comprar algún dulce. Al llegar a la calle de la pastelería resulta bastante curiosa su entrada, ya que parece que da acceso a algún negocio semiclandestino (se accede a través del portal de un bloque de pisos normal).


Una vez dentro la confitería tiene el atractivo de que su obrador está abierto al público y mientras te despachan ves a los pasteleros trabajar.


Aparte, por lo que respecta a Torrelavega, esta es una ciudad bastante grande, de hecho en población es la segunda de Cantabria (tiene más de 52.000 habitantes). Está situada en el centro de la comunidad y dista tan solo 25 kilómetros de Santander, por lo que es parte fundamental del meollo cántabro. Su principal particularidad es que es el segundo centro de servicios de la región, tras la capital. Realmente, su importancia como ciudad industrial se percibe desde que se accede a ella, ya que su periferia está llena de fábricas y los barrios de esa periferia están compuestos por altos bloques de pisos y son un tanto grises. Su parte céntrica, además, destaca por su actividad comercial, por lo que se ve que la ciudad, entre la industria y el comercio, es un epicentro económico en la región. En cualquier caso, su centro, sin ser nada del otro mundo, no tiene el aire gris del extrarradio y, en cambio, está muy cuidado y tiene mucha vida (al menos en horario comercial), por lo que es muy agradable.

En el centro, la Confitería Santos está situada en la Calle Consolación, que es una larga calle peatonal llena de tiendas, por lo que nos dirigimos allí al llegar a Torrelavega, pero no fuimos por el camino más directo, sino que dimos una vuelta dando un paseo desde donde dejamos el coche. Por ello, atravesamos la Plaza Gilberto Quijano (conocida popularmente como Plaza Mayor), que no es demasiado llamativa (tiene soportales y es llana, pero, aparte de ser muy moderna, está rodeada por calles con tráfico). También pasamos por la Plaza de Baldomero Iglesias y por la Plaza del Ayuntamiento, que está rodeada por el Bulevar Luciano Demetrio Herrero. Estas dos plazas son diáfanas y sí son bastante atractivas (las vimos, además, bajo una ligera llovizna, lo que les dio un encanto extra).



La visita no dio para mucho más. En 2000 y 2002 ya había estado en la ciudad para ir igualmente a la Confitería Santos, aunque en esos años el paseo fue más directo (también había estado de niño, por lo visto, pero no tengo recuerdos). En esta ocasión paseamos un poco más e incluso hicimos una paradita en Covadonga, una cafetería que elegimos al azar, pero que resultó estar muy bien (yo me tomé solo una Coca-Cola, pero probé la palmera y estaba muy buena. El lugar, además, estaba decorado de una manera muy agradable).


Torrelavega se merece una visita más detallada, más por su importancia y su entidad que por su atractivo, pero como toma de contacto el paseo que nos dimos estuvo muy bien.



Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado TORRELAVEGA.
En 2000 (primera visita incompleta), % de Poblaciones Esenciales visitadas en Cantabria: 77'7% (hoy día, confirmada ya esta visita, 100%).
En 2000 (primera visita incompleta), % de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 17'4% (hoy día, confirmada ya esta visita, 32'2%).


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