3 de enero de 2018

SAN SILVESTRE SEVILLANA 2017

La San Silvestre es, desde hace tiempo, una de las carreras más complicadas de correr para mí, porque se celebra el 31 de diciembre y ese día, por motivos familiares, acaba siendo siempre bastante ajetreado. Pese a esto, hasta el pasado domingo había disputado la San Silvestre Sevillana en cinco ocasiones: la primera vez (2003) era aún un pipiolo y vivía con mis padres, por lo que los obstáculos para desaparecer de casa la tarde del día de fin de año eran aún menores, las dos veces siguientes (2005 y 2006) coincidieron con el periodo en el que ya vivía con María, pero aún no era padre, por lo que las dificultades, si cabe, habían disminuido. El lío el 31 de diciembre, sin embargo, aumentó de manera exponencial en 2008 (en 2007 no participé por lesión) y ya no ha decrecido (presumiblemente lo hará en el futuro, pero en la actualidad mis circunstancias son un tanto caótico-festivas el último día del año a partir de media tarde). Pese a esto, participé, casi sin proponérmelo, en la San Silvestre Sevillana de 2011 y, ante las facilidades que encontré en esa ocasión, al año siguiente, ya a contrapelo, volví a correrla. Sin embargo, después de la relativamente poco satisfactoria experiencia de meter con calzador la participación en la carrera en ese 2012, decidí que no iba a volver a complicarme la vida por una prueba que no es primordial para mí.

Ha pasado el tiempo y hasta ahora no había vuelto a hacer ni intención de correr una San Silvestre, pero este 2017 la cita ha sido el objetivo motivador que ha hecho que María haya vuelto a correr, por lo que decidí apuntarme yo también para ir juntos, asumiendo ambos el relativo lío familiar que suponía.


Por desgracia, la carrera nos ha dejado un mal sabor de boca y, ante las dificultades que sigue teniendo para nosotros sacar un hueco ese día, veo difícil que vayamos a volver a correrla en los próximos años.

Para empezar, tengo que decir que las tres primeras veces que corrí la San Silvestre Sevillana la prueba era un poco diferente a la actual. Por aquel entonces, el recorrido consistía en dar dos vueltas a un circuito de 2 kilómetros que tiene el Parque de María Luisa por su interior. En aquella época la carrera reunía a casi 400 personas (fueron más de 500 en 2006) y, pese a que tenía un puntillo festivo y era modesta, su organización era buena. En 2011 la cita ya había cambiado y me encontré con un circuito de 5.000 metros que salía de los límites del Parque de María Luisa y recorría algunas calles de los alrededores, antes de acabar en la Plaza de España. DKV ya patrocinaba el evento y el precio de la inscripción había subido a 6 euros (en 2003 había sido gratis, y tanto en 2005 como en 2006 costó 4 euros). En 2012 el preció fue de 7 euros y ya empezó a parecerme un poco exagerado para una carrera teóricamente patrocinada, que empezaba y acababa en la calle, y que tenía apenas 5 kilómetros. Este año la prueba ha costado más de 9 pavos (no se yo que clase de patrocinio ha hecho GoFit, parece que más que poner dinero ha sacado tajada con el tema) y ha tenido 3.900 metros.

Precisamente, el tema de la distancia ha sido uno de los principales chascos de la cita. Estoy de acuerdo en que en una carrera como esta no es necesario homologar el circuito, pero no entiendo que te vendan con antelación que tiene 5 kilómetros, que poco antes de salir oigas al speaker decir que el recorrido tiene "algo menos de 5 kilómetros" y que, finalmente, te enteres sobre la marcha de que la prueba no llega ni a los 4 (cuando vi el arco de meta a lo lejos pensé que era un arco intermedio, o algo así. Recortar una competición 1.100 metros sin avisar me parece de una dejadez extrema). La verdad es que habría agradecido información real de la longitud de la carrera antes de echar a correr (habría agradecido más aún que hubieran hecho algo por respetar la distancia original, pero bueno). La cosa más grave, sin embargo, es que hasta que fui a recoger el dorsal la salida era a las 17:00, pero apenas 24 horas antes de la cita me encontré con esta incómoda sorpresa:


Nosotros, a esas alturas ya habíamos armado el plan, para poder dejar a las niñas a buen recaudo a media tarde y poder correr los dos, por lo que tuvimos que reajustar la organización familiar a marchas forzadas. Realmente, nos empecinamos en correr, porque, tras haber pagado 9'24 euros por cada uno y después de haber ido a por el dorsal, fastidia bastante renunciar en el último momento. Además, María estaba con ilusión, porque había preparado a conciencia la carrera... pensando que iba a medir 5.000 metros (a mí me fastidió el recorte, pero María sí que juraba en arameo).

Lo de cambiar la hora radicalmente tres días antes "por motivos de seguridad" yo no me lo explico. Antes de sacar el cartel de la prueba se tiene que haber hablado con la policía municipal y tiene que estar todo evaluado... y si no se puede trazar un circuito que acabe en las puertas del Gimnasio GoFit, pues volvemos a darle vueltas al Parque como antaño y se acabó (el gimnasio estaba cerrado a cal y canto, repito que no se cual ha sido su papel en todo esto). El recorrido diseñado era el del mapa de abajo. Finalmente, no se por qué no se dio la vuelta inicial a la Plaza de España, ni por qué no se giró a la derecha, tras salir del monumento (salimos recto). La meta, además, estuvo antes de lo indicado en el plano. Todo me pareció muy improvisado.


El caso es que, con el cambio de hora, desde el día antes la cosa iba a contrapié, y los veinte minutos de retraso en dar la salida, una vez que ya estaba todo el mundo listo, no ayudaron. No puede ser que se pretenda organizar una San Silvestre de altos vuelos y luego la cosa degenere en una cutrez así. Hace unos años, la San Silvestre Sevillana era una cita festiva, que, sin mayores pretensiones, ya estaba bien montada. Ahora, con la excusa del ambiente distendido, la prueba es una tomadura de pelo. A mí, lo de que la gente que quiera corra disfrazada, por ser día 31 de diciembre, me parece genial. Para potenciar eso, es bueno que la carrera sea corta, pero no entiendo que se confunda festivo con cutre. No está reñido potenciar el buen rollo con organizar un evento en el que se respetan los horarios y la distancia anunciada, sobre todo si vale más de 9 euros.

Dicho esto, la verdad es que deportivamente a mí no me fue mal del todo. Lo de correr por la mañana, desde el punto de vista puramente físico, lo llevo mejor que correr por la tarde.


No se como me hubiera ido en horario vespertino, pero seguramente no hubiera podido correr los 3.900 metros yendo a 4:01 (acabé en el puesto 84 de 894 corredores).


Por último, de la carrera me gustaron dos cosas: la primera fue el hecho de ver en la salida a más corredores de fuera de Sevilla (y de Andalucía) que de costumbre (vi a corredores de clubes del País Vasco, Cataluña o Castilla-La Mancha, por ejemplo). En ese sentido, la San Silvestre se beneficia de la cantidad de gente que aprovecha el fin de año para hacer una escapadita. Por otro lado, me pareció muy divertido ver a tanta gente corriendo con disfraces, había algunos realmente geniales.

En definitiva, María y yo nos fuimos a casa con un sabor de boca un tanto agridulce. Mucho me temo que pasarán unos cuantos años hasta que vuelva a merecerme la pena correr de nuevo la San Silvestre Sevillana, una carrera tan cara como informal.


Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 34'2%).

Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 207.
% del Total de Carreras a completar: 20'6%.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres comentar algo, estaré encantado de leerlo