23 de septiembre de 2019

SEVILLA 2019 (SEPTIEMBRE)

No tenía previsto publicar otro post turístico sobre Sevilla este año, pero el fin de semana pasado nos vino a ver nuestra amiga Ruth y eso siempre provoca que hagamos un montón de cosas interesantes relacionadas con la ciudad, por lo que me ha parecido que hay material de sobra para otro pequeño artículo. Por otro lado, la visita me ha servido como excusa para escribir algo en estos días, en los que estoy estudiando a piñón para el examen que tengo el 9 de noviembre y no tengo tiempo para pensar en carreras, ni mucho menos para organizar excursiones.

El caso es que Ruth improvisó una escapada y se plantó en nuestra querida Sevilla el sábado de la pasada semana con toda la libertad que ella sabe que tiene. Hace 20 años aún no conocía bien la ciudad y sus visitas podían tener más motivaciones turísticas, pero a día de hoy viene principalmente a vernos y se ajusta sin problema a nuestros planes normales. Eso no impide que nosotros intentemos hacer cosas especiales cuando ella está aquí, el abanico de lugares atractivos que ofrece la capital andaluza es enorme, a ella le gusta profundizar en ellos y a mí también me da la oportunidad de refrescar mi memoria o, incluso, de conocer sitios que aún no he visto.

De todas formas, como digo, ella viene con la mentalidad de unirse a nuestros planes, sean cuales sean, y este sábado por la tarde nuestra intención era ir a ver al Betis Féminas a la Ciudad Deportiva Luis del Sol. Se lo dije y le pareció estupendo, así que al llegar a Sevilla vino a buscarme (el sábado por la mañana me tocaba currar), cuando acabé comimos en Norte Andaluza, un bar de tapeo que está cerca del negocio donde trabajo y que es de lo mejores de la Alameda de Hércules, y justo después tiramos para Los Bermejales, el barrio donde se ubica el campo en el que juega el equipo femenino del Real Betis. Allí nos reunimos con María y con las niñas.


Nosotros somos socios del Betis Féminas desde el año pasado y lo pasamos bien viendo los partidos de la máxima categoría de la Liga Española de Fútbol Femenino. En esta ocasión el encuentro era el primero de la presente temporada en casa y en él acabó perdiendo el Betis por 3-4. Su rival fue el Deportivo Abanca (Abanca es el patrocinador, el club realmente es el Deportivo de la Coruña).


No hubo suerte con el resultado. Al final de la primera parte se llegó con empate a un gol, la cosa no pintaba mal, porque Priscila Borja incluso había fallado un penalti y Marina Fedorova también había marrado una ocasión muy clara, se presumía que en la segunda mitad el choque podía caer del lado verdiblanco, pero la defensa del Betis fue una calamidad y el Depor acabó metiendo tres goles más. El Betis llegó a ponerse 2-3, y tras el cuarto gol coruñés marcó el 3-4 en el descuento, pero ya no hubo tiempo para más. Finalmente Ruth no pudo ver una victoria nuestra, pero disfrutó del ambiente, que es a lo que iba, y pasamos un rato agradable. Además, como en cada partido, yo me lo pasé bien buscando a las jugadoras del Betis que no estaban convocadas, las gradas del Campo 3 de la Ciudad Deportiva Luis del Sol tienen capacidad para poco más de 600 personas y las futbolistas que no juegan ni están en el banquillo no tienen más remedio que sentarse entre el público. Esta vez vi en el descanso junto a la cafetería a Merel Van Dongen, que ha sido subcampeona del mundo con Países Bajos el pasado verano, nada menos, así como a Ana Romero Willy, que comentó para la televisión los partidos de dicho evento. Ambas estaban tocadas, no pudieron jugar y el equipo las echó de menos, sobre todo a Van Dongen, que es fija en el centro de la defensa.

Hablando de personajes de renombre en lo suyo, el viernes por la tarde tuve la suerte de ver a otro (he escrito "personajes de renombre en lo suyo" y no "famosos", porque las futbolistas, incluidas las de mayor nivel, por desgracia están lejos aún de ser famosas). En efecto, el viernes vi a otro personaje que ha destacado en su profesión, en este caso la música. No lo comentaría si no fuera porque eso me va a dar pie a hablar de un sitio donde estuvimos cenando y que encaja perfectamente en este post sobre Sevilla, ya que es muy recomendable. El lugar en cuestión se llama La Chunga y fuimos allí en familia, dado que era el cumpleaños de Julia. La fiesta con sus amigas y amigos aún estaba pendiente, pero pegaba hacer algo especial en el día exacto de la efeméride y la reunión formó parte de los festejos. Yo este bar no lo conocía y me gustó mucho, por lo que no voy a perder la oportunidad de meterlo en un post.


En efecto, La Chunga me encantó, comimos muy bien, éramos doce y abultábamos mucho, pero nos buscaron un buen sitio y nos atendieron a la perfección, siendo incluso cómplices, con una sonrisa, de nuestro momento Vela y Cumpleaños Feliz, pese a que tenían el local hasta los topes. Aparte de esto, como he dicho vi a un personaje famoso, pero no fue dentro del bar, sino fuera. El caso es que llegamos a cenar bastante temprano, íbamos con niños pequeños y no era recomendable apurar demasiado, pero resultó que apuramos tan poco que cuando hicimos acto de presencia en la puerta de La Chunga nos pidieron, por favor, que esperáramos unos minutos para entrar. Nosotros, para hacer tiempo, nos fuimos a las mesitas altas que tiene fuera un famoso lugar que está justo enfrente, el Kiosco del Barranco.


El Kiosco del Barranco es un bar que lleva ahí toda la vida, que yo recuerde. Es realmente una construcción exenta que se encuentra situada sobre un ensanchamiento de la acera, creo que hace un año que cambió de dueños y lo han remozado un poco, aunque nosotros solo nos tomarnos una caña en él. Precisamente en esas estábamos cuando vi, justo delante de mí, como Kiko Veneno hacía honor a una de sus canciones de mayor fama, que empieza diciendo "En un Mercedes blanco llegó...", llegando, como no, en un Mercedes blanco, con la cosa de que lo dejó con los cuatro intermitentes puestos en un lugar de la Calle Arjona donde no es que no hubiera hueco, es que no había ni siquiera sitio para aparcar coches.


Allí el bordillo da directamente a los carriles de la calzada por los que circulan los coches, pero a él le dio igual, pegó el suyo a la acera y se fue. Tampoco se estresó demasiado, no sé que hizo, pero tardó sus buenos diez minutos en regresar. Cosas de los artistas, que ya están de vuelta de todo...

Antes de la cena y sus prolegómenos el fin de semana ya había empezado de uno de los modos más festivos que hay, que es yendo al cine con niños. Como he dicho, era el cumpleaños de Julia y también le dimos a la tarde un toque especial. En relación con esto, hace unos meses en otro post ya hice mención a la sala de cine con más solera que hay en Sevilla y ahora es un buen momento para hablar de la más bonita, que está en la antigua estación de trenes de Plaza de Armas.


Cuando se usaba como final de trayecto para los trenes que llegaban a Sevilla, Plaza de Armas era conocida popularmente como Estación de Córdoba. En su día el edificio se construyó para servir como estación de ferrocarril y como tal se usó desde 1901 hasta 1990. Yo tengo recuerdos de haber cogido trenes allí siendo niño. Poco antes del inicio de la Expo'92 se clausuró y en 1999 se reabrió como centro comercial, sin que por ello se le realizaran a su estructura grandes alteraciones, lo cual es importante dado lo bonita que es.

En la actualidad, la esencia neomudejar del edificio está a salvo, ya que el mismo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1990. Pese a esto, he oído repetidas veces que la presencia en él del multicines peligra, de momento no parece que lo vayan a cerrar, pero sí es cierto que hoy por hoy todos los cines están en la cuerda floja, por lo que no se cuanto tiempo logrará mantener su agradable entorno ese centro comercial, en el que también hay tiendas y varios locales de restauración. Mientras tanto, por si acaso, yo siempre que quiero ver una peli lo primero que hago es mirar que ponen en Cines Plaza de Armas y si veo que cuadra es la sala que elijo.


En esta ocasión esa fue la circunstancia, queríamos ver una película concreta (Padre no hay más que uno) y al mirar la cartelera vi que allí la ponían a una buena hora, por lo que no me lo pensé dos veces.


El Centro Comercial y de Ocio Plaza de Armas, además, está al lado de la Calle Arjona, por lo que la ubicación nos vino de maravilla para acercarnos un rato después adonde habíamos quedado para cenar.

El sábado, como ya he contado, llegó Ruth a Sevilla y por la tarde fuimos al fútbol. Después, nos marchamos para el pueblo, ya que había que reservar fuerzas para el domingo, que fue cuando llevamos a cabo el plan verdaderamente turístico con ella.

En los post sobre Sevilla de este blog aún no he hablado del Archivo de Indias y ha llegado el momento de hacerlo, dado que es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad hispalense, no en vano es uno de los tres integrantes del hat-trick de edificios sevillanos que son Patrimonio de la Humanidad. Este triplete está conformado por la Catedral, por el Alcázar y por el propio Archivo, que también es conocido como Antigua Casa Lonja. Todos están muy cercanos unos de otros.


Todos tienen también la particularidad de que se usan para algo más que para fines turísticos, aunque quizás sea el Archivo el que tenga una utilidad más llamativa, ya que la Catedral es una iglesia y funciona como tal, y una parte del Alcázar sigue ejerciendo de residencia real, pero solo en determinadas ocasiones. Sin embargo, la Antigua Casa Lonja alberga las dependencias del Archivo General de Indias, una de las instituciones de custodia de documentación más importantes del mundo.


El Archivo de Indias, como hoy es conocido por la mayoría, se erigió en principio como lonja de mercaderes en tiempos de Felipe II, ya que estos se dedicaban a hacer sus transacciones comerciales en las gradas de la contigua Catedral y eso daba mala imagen, con el problema añadido de que si llovía llegaban a meterse dentro de la iglesia para continuar con sus negocios. Como remedio a esa circunstancia a finales del siglo XVI se construyó al lado un edificio específico para que los comerciantes realizaran sus tratos. Sevilla en aquella época era, probablemente, la ciudad más importante del mundo occidental, y ello favoreció sin suda que como lonja se levantara un inmueble de semejante envergadura, belleza y refinamiento, de hecho el resultado fue tan espléndido que, cuando dos siglos después se decidió crear en Sevilla un lugar donde se custodiara junta toda la documentación referente a los territorios españoles de ultramar, que hasta ese momento estaba dispersa, se decidiera usar las instalaciones de la Casa Lonja.


Desde entonces han pasado más de dos siglos y el cometido del edificio no ha cambiado más, por lo que ahora a veces se le llama por el nombre de lo que fue en un principio, y otras se le nombra en base a la función que cumple actualmente, aunque hay que decir que puede llevar a error lo que uno espera encontrarse dentro cuando se lo enseñan, porque hoy día la praxis archivística está muy avanzada en temas de preservación de documentos y los de esta institución, además, son de gran valor, por lo que uno en el Archivo de Indias no pisa los depósitos, ni ninguna estancia que esté en uso, sino que ve la parte noble, que ya no se utiliza para menesteres archivísticos. Yo solo había entrado una vez en Indias, fue en 1.999 cuando estudiaba tercero de Historia en la universidad y tuve una asignatura, precisamente, sobre archivística. Aquel curso vi muchos centros de custodia documental, en Sevilla y también en Cataluña, en una viaje que hicimos, pero recuerdo que de todas las visitas la que me resultó más decepcionante fue la del archivo sevillano, ya que recorrimos los lugares donde hace años estaban los legajos, pero donde ya no se conservaba nada. Los mismos se habían trasladado a depósitos bien protegidos y en las salas que vimos lo que había eran cajas vacías, con las que habían llenado los estantes para que uno se imaginara como era aquello cuando se guardaban allí los papeles importantes. Por eso, cuando yo, con discreción, empujé levemente con el dedo una de las cajas, esta se hundió un poco en la balda sin oponer resistencia, dado que era de pega y que dentro no había nada. Cualquiera puede ver en Internet que las panorámicas de las estancias del Archivo son impresionantes, y a ello contribuye que las estanterías están rellenas de cajas perfectamente ordenadas, pero a mí me decepcionó un poco no ver como son las verdaderas dependencias que se usan en la actualidad. Después de aquello no había vuelto... hasta el pasado domingo.

En efecto, el pasado domingo se presentó la oportunidad perfecta para volver a entrar en la Antigua Casa Lonja. Yo en parte no había vuelto porque el edificio ya lo había visto y no tenía ganas de ver más cajas vacías, pero no hace mucho parece que se modernizaron las instalaciones y se adecuaron las galerías para la instalación de exposiciones temporales. Una de estas, precisamente, fue la excusa perfecta para regresar al Archivo. Se trataba de una muestra titulada El Viaje Más Largo, y estaba dedicada a la expedición náutica que culminó con la primera vuelta al mundo y que estuvo comandada por Magallanes y por Elcano. Cuando nosotros fuimos llevaba solo dos días inaugurada y había tenido repercusión a nivel nacional, por lo que Ruth sabía de su existencia y quiso ir a verla. La exposición se podrá visitar hasta el 23 de febrero de 2020, pero nosotros no esperamos tanto para ir a verla... y no fuimos los únicos.


Con respecto a como vi el edificio después de 20 años, la verdad es que me pareció tan espectacular como la primera vez, eso hay que reconocerlo.


La principal diferencia es que ahora en las estanterías de las galerías no hay nada, al menos en las de la segunda planta (muchas están tapadas por paneles explicativos y pantallas de la propia muestra). A mí me gusta más así. No me importaría echarle un ojo a los verdaderos depósitos y tampoco estaría mal que se mostraran en vitrinas algunos de sus fondos, pero lo de llenar las dependencias de cajas vacías me pareció un tanto decepcionante, ahora no engaña y se ha convertido en un magnífico edificio, en el cual se usa para exposiciones un gran sector que ya no tiene sentido que se utilice como archivo, por su falta de adecuación a las normativas archivísticas sobre conservación de documentación y por la imposibilidad de que esté abierto a las visitas turísticas un lugar donde se supone que los archiveros tienen que estar gestionando documentos. El uso de esas galerías para exposiciones me parece más lógico.


Por otro lado, la muestra que vimos me gustó mucho, pues refleja de una manera muy clara y entretenida como fue la aventura de Fernão de Magalhães y Juan Sebastián Elcano, una de las más grandes gestas de la historia de la humanidad, que tuvo lugar hace justo 500 años. La motivación de la expedición no fue científica, ni sus integrantes tenían la intención de lograr ningún récord, ni pretendían superarse a sí mismos, ni llevar más allá los límites de lo conseguido por el ser humano. Esa mentalidad llegó con el siglo XX, en el siglo XVI lo que querían era llegar a las Islas Molucas por el oeste, una vez que se había confirmado que la tierra era redonda y que eso era posible, con la idea de petar los barcos de especias y regresar a España por una ruta, en teoría, menos complicada (originalmente pretendían desandar el camino, lo de circunnavegar el globo fue un accidente). En aquella época un navío cargado de especias era casi más valioso que uno lleno de oro, por lo que el objetivo de los hombres que zarparon de Sevilla en las cinco naos era volver con ellas repletas de mercancía y hacerse extraordinariamente ricos. Para la Corona española, por otra parte, la perspectiva de abrir una ruta directa hasta semejante fuente de riqueza por aguas menos conflictivas que las de la costa de África era suficiente motivación como para sufragar aquella aventura loca hacia lo desconocido. La expedición partió el 10 de agosto de 1519 de Sevilla con cinco barcos.


El 20 de septiembre, es decir, hace justo 500 años y dos días, las naves con 244 hombres a bordo dejaron atrás Sanlúcar de Barrameda. La cifra exacta de las personas que emprendieron la travesía varía, se han hecho muchos estudios y la horquilla va desde los 239 individuos a los 265. Yo he dado la cifra que me parece más acertada, aunque hay que tener en cuenta que en Tenerife desembarcó un marinero y embarcaron cuatro, por lo que se lanzaron hacia lo inexplorado 247 valientes. De ellos, se dejaron el pellejo en la empresa 142 expedicionarios, más otros 12 que se quedaron en el camino y que tampoco acabaron muy bien. Hubo bajas por todo tipo de razones: por enfermedades, por peleas, por ejecuciones, por accidentes, por ahogamientos o por choques armados con indígenas. A uno, con las prisas se lo dejaron olvidado en la isla de Borneo, a dos para no ejecutarlos los abandonaron en una isla desierta y hubo algunos que murieron tras haber sido apresados por los portugueses, que por la cuenta que les traía dieron todo el porculo que pudieron (aunque involuntariamente fueron los que provocaron la gesta, ya que obligaron a los que habían llegado a las Molucas a seguir hacia el oeste, en vez de desandar el camino). Aparte, también hubo 58 deserciones, entre ellas la de los 55 tripulantes que viajaban en la nao San Antonio y que se dieron la vuelta sin decir nada en el Estrecho de Magallanes. A los otros tres desertores se les perdió la pista, pero los 55 de la San Antonio sí arribaron a España con vida, aunque no dieron la vuelta al mundo.

De los 35 hombres restantes, 12 fueron apresados en Cabo Verde por los portugueses cuando ya les faltaban menos de dos meses de viaje, y completaron la vuelta al mundo algo después, vía Lisboa. Otros cinco volvieron también a Europa tres o cuatro años más tarde, después de que el barco en el que viajaban, la nao Trinidad, se hundiera estando aún en el Pacífico, fueran apresados por otros portugueses y sobrevivieran a ese cautiverio. Con la propia expedición, a bordo de la nao Victoria, solo regresaron a Sevilla 18 personas. Aquello fue una auténtica escabechina. El propio Fernando de Magallanes se dejó la vida en una escaramuza contra un grupo de indígenas en una de las islas que hoy día pertenecen a Filipinas, por lo que fue Elcano el que comandó al grupo de supervivientes.

Todo esto está explicado de una manera muy gráfica en la exposición, en la que se enseñan, como no, multitud de documentos verdaderos que estuvieron relacionados con la expedición y que se conservan en el propio Archivo de Indias.


En definitiva, a mí, que soy un gran aficionado a las expediciones de corte aventurero, ya sean al Himalaya o al Polo Sur, del siglo XVI o del XXI, la exposición me atrapó durante un largo rato y me encantó. Las niñas también estuvieron mucho tiempo embebidas y, como siempre digo en este tipo de escenarios, si una muestra pensada para adultos es capaz de atraer la atención de un niño es que está bien hecha.


Después de echar la mañana en el Archivo de Indias no quedaba otra que comer, Ruth se iba de vuelta a Madrid a media tarde y teníamos tiempo de buscar un sitio chulo para almorzar. La elección no fue difícil, porque hay un restaurante cerca de la Catedral, junto al Arco del Postigo del Aceite, que tenía ganas de probar desde hacía muchos meses. Se trata del Milonguitas, una hamburguesería que conocí a través de un artículo que leí en el periódico hace tiempo, dedicado a las hamburgueserías gourmet de Sevilla. Del listado que aparecía en ese artículo ya conocí el Burgett y el Wurst & Burguer, y ambos lugares (sobre todo el primero) estuvieron a la altura de las expectativas. La lista, por tanto, es fiable y Milonguitas está en ella.


Es evidente que volvimos a comer de lujo, lo de zamparse una hamburguesa nos suele remitir al McDonald's y a su grasaza, pero también están las hamburgueserías que hacen sus productos con carne de tanta calidad que el concepto de comida basura les queda casi tan lejos como a los de Masterchef.


Hay que decir que cerca del Milonguitas hay un lugar que incomprensiblemente no conocía (o al menos no recordaba ni por asomo). Se trata de la Plaza del Cabildo y es cierto que está un poco escondida, ya que se accede por debajo de los edificios que la encierran, o por el lado del Postigo, o por el de la Avenida de la Constitución (por este lateral da directamente a la Catedral). Realmente, la plaza se asemeja más a un patio, de hecho por la noche sus dos accesos se cierran, es semicircular y por su lado rectilíneo da directamente a un lienzo de la muralla de origen almohade. En cualquier caso, es un rincón muy recomendable.


Para cerrar, ya sí, el fin de semana, nos dimos un último paseo. Había que llevar a Ruth a la estación de trenes, pero íbamos con tiempo y para llegar al coche atravesamos el centro de Sevilla de oeste a este, pasando por el siempre pintoresco Barrio de Santa Cruz. Este está turistificado al máximo, pero ello no impide que sea un enclave con un encanto inimitable.


Tras abandonar el Barrio de Santa Cruz por la Plaza Alfaro y desembocar en el Paseo de Catalina de Ribera llegamos al lugar donde teníamos el coche y eso dio por concluido nuestro balsámico fin de semana. A mí ya casi lo único que me queda en el próximo mes y medio es estudiar. Después, volverá el Rock & Roll...


Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado SEVILLA.
En 1977, % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Provincia de Sevilla: 14'2% (hoy día 100%).
En 1977, % de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 0'2% (hoy día 34'7%).

Reto Viajero TESOROS DEL MUNDO
Visitado SEVILLA.
En 1977 (aún incompleta esta visita), % de Tesoros ya visitados de la España Musulmana: 10% (hoy día, completada ya esta visita, 50%).
En 1977 (aún incompleta esta visita), % de Tesoros del Mundo ya visitados: 0'1% (hoy día, completada ya esta visita, 4%).

Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado SEVILLA.
En 1977, % de Municipios ya visitados en la Provincia de Sevilla: 0'9% (hoy día 62'9%).
En 1977, % de Municipios de Andalucía ya visitados: 0'1% (hoy día 20'6%).


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