30 de julio de 2022

LLANES 2022 (VISITA DE JULIO)

Este verano apenas si he estado tres días en Llanes. Además, María no ha podido ir. Por motivos laborales se ha tenido que saltar esta primera etapa de las vacaciones, aunque se nos unirá en la segunda. Por lo que a mí respecta, tampoco he tenido posibilidades de alargar mi estancia asturiana, porque tenemos muchos planes y solo cuento con un mes de asueto. Aun así, la verdad es que he aprovechado el tiempo a tope. En tres jornadas, he hecho un buen número de cosas y me he quedado con buen sabor de boca.


Algunas de las cosas que he hecho en esta visita han sido bastante novedosas. Otras no tanto. Entre estas últimas, estuvieron la merienda que degustamos en la Cafetería Bitácora y el capricho que nos pegamos en la Heladería Revuelta. También los almuerzos en el Restaurante El Sucón y en el Bar Restaurante La Playa San Antolín de Bedón. Con respecto al Sucón, en él me tomé una fabada que no tiene parangón, mientras que en La Playa saboreé un delicioso filete de atún y una cerveza, sentado en una mesa que estaba situada al borde mismo de la playa. Es difícil disfrutar más de lo que yo lo hice.


Por tanto, los homenajes clásicos que nos pegamos cada año no faltaron. También me di un paseo por La Galguera, la aldea llanisca donde mis padres tienen la casa.


Sin embargo, todos los años trato de hacer cosas diferentes, con la idea de seguir conociendo el concejo de Llanes. Este verano tenía solo tres días, pero las circunstancias han cambiado mucho, y eso ha aumentado mi capacidad para hacer excursiones. En efecto, las niñas, con sus 12 y sus 14 años, respectivamente, se pueden pasar durmiendo hasta mediodía si se las deja, cuando se levantan son autónomas, y después son capaces de entretenerse por su cuenta durante bastante rato. Ya no reclaman tanta atención, por lo cual es posible improvisar planes como los que hice, sin que le supongan un problema a nadie. Por ello, una mañana me fui a Naves, a presenciar parte de los actos programados para festejar uno de los días grandes en este pedanía llanisca, y otra me dirigí a Buelna, donde comencé una ruta circular que me permitió explorar nuevos rincones de la impresionante costa de Llanes.

Con respecto a lo de las fiestas de Naves, lo cierto es que esta pequeña localidad la conocía desde 2019. Hablé de ella cuando comimos en la Sidrería Cabañón. Este 2022 regresé, porque, en vista de que a estas alturas me he pateado cada rincón del casco urbano de Llanes, estoy profundizando en los demás pueblos en los que viven los llaniscos, y también quiero conocer a fondo sus tradiciones. En relación con esto, los dos últimos veranos todos los festejos se han suspendido, debido a la pandemia, por lo que no había podido aún hablar de ninguno de ellos. Sin embargo, este año se ha regresado a la normalidad. La pega era, no obstante, que iba a estar en Llanes muy poco tiempo. Tenía que coincidir ese periodo con algún acto festivo. Dependía de la suerte, pero esta vez la fortuna estuvo de mi lado, porque vi que, casualmente, iba a andar por Asturias el 26 de julio, el día de Santa Ana, que se conmemora con bastante intensidad, tanto en Naves, como en la propia capital del concejo. En una sola jornada tenía, por tanto, un 2x1 en festividades. Era un buen punto de partida. Por eso, el 26 por la mañana me dirigí a Naves, donde disfruté del comienzo de la celebración de su día grande, y por la tarde fui, ya con las niñas y con mis padres, al Puerto de Llanes, a presenciar una procesión en la que pasean por el mar a la imagen de Santa Ana.

Por la mañana llegué muy pronto a Naves. Me creí lo que decían los horarios de las Fiestas de Santa Ana que se habían hecho públicos, y me planté allí a las 10:00. A esa hora, el pueblo estaba todavía más dormido que un koala en vacaciones.



No obstante, aproveché para darme un tranquilo paseo. Tras un buen rato, observé que en los alrededores de la Iglesia de San Antolín de Naves y Bedón se estaba juntando unos cuantos músicos, que resultaron ser de la Banda de Gaitas L'Alloru de Balmori. La fiesta estaba a punto de comenzar, aunque lo hizo con cierta timidez. El día estaba lluvioso, así que la banda se refugió debajo la carpa de la barra, que en ese momento otras personas estaban avituallando para cuando fuera la hora de empezar a brindar por la amistad. Allí empezaron a tocar. La veintena de curiosos que nos congregábamos en ese lugar a esa hora presenciamos un pequeño concierto, que sonó muy bien.



Pasado un rato, aprovechando que había escampado, la banda se fue, en plan pasacalles, a tocar por todo el pueblo. Yo llevaba allí un par de horas y en ese momento estuve a punto de irme, pero, por suerte, cuando me dirigía al coche me topé con el ramu.


El ramu es un elemento destacado en los festejos de los pueblos del oriente asturiano. Se trata de una ofrenda que se hace a la imagen agasajada. Tiene forma piramidal y va colocada sobre unas andas, que son portadas por cuatro personas. Estas llevan la estructura en procesión hasta el templo, al son de la música y de los cánticos. Cuando yo me iba de Naves, vi que el ramu de las Fiestas de Santa Ana estaba preparado en la puerta de una casa. Se avecinaba la segunda parte de la festividad, tras el pasacalles, que fue la de la mencionada procesión de ramu. En ella, la banda de gaitas volvió a jugar un papel importante. Ni que decir tiene que me quedé a ver el espectáculo.



Lo del pasacalles había quedado un poco frio, pero la procesión del ramu fue más multitudinaria. Acabó en la iglesia, donde estaba prevista la celebración de una misa. Cuando iba a empezar, yo me fui definitivamente. Tras los servicios religiosos, los actos que estaban programados para el resto del día ya estaban relacionados con la juerga. 

En otra ocasión me gustaría hablar sobre como se planta la hoguera. En Naves no lo hicieron, no se por qué. Yo esa parte de la festividad la he visto, en años pasados, en sitios como San Roque del AcebalVillahormes. Cuando pueda volver a presenciarla, reflejaré la experiencia en este blog. De momento, me quedo con la procesión del ramu y con el ambiente matutino que se vivió en Naves. La cosa tardó en arrancar, pero al final estuvo bien. Mola mucho ver la cantidad de hombres y de mujeres que se visten de llaniscos y de llaniscas con motivo de sus fiestas locales.

En todo caso, más multitudinario desde el principio fue la parte de la Fiesta de Santa Ana que vi, esa misma tarde, en Llanes. En la capital del concejo ese día siempre tiene lugar una original procesión, en la que la imagen de la santa que se conserva en la Capilla de Santa Ana es llevada al Puerto. Allí la montan en un barco y después le da una vuelta por el mar. 


Tras el breve tour marítimo, al que solo asisten los que van montados en el barco principal, y en otros tres o cuatro que lo acompañan, la imagen es devuelta a tierra y es llevada de nuevo a su iglesia. 




Yo ese evento ya lo había visto en una ocasión, hace años, pero lo recordaba vagamente. Esta vez presté más atención.

Después de la procesión fuimos a por un yogur helado y nos dimos una vuelta. Este verano solo he estado tres días en Asturias, como he dicho, así que ese paseo y el de la primera tarde, en la que fuimos a merendar a la Cafetería Bitácora, fueron los únicos que me di. Aun así, pude tomarle el pulso a la población, que ha recuperado, tras la pandemia, su nivel habitual de masificación estival. Las dos jornadas había mucha gente en el meollo del pueblo. Pese a esto, agradecí ver lugares como la Plaza de Parres Sobrino y recorrer la Calle Castillo, la Calle Mercaderes o la alameda arbolada de la Calle Egidio Gavito.


Gracias a que fuimos a ver la procesión del día de Santa Ana, también pasé, una vez más, por la Avenida del Sablón, por la Calle La Moría, y por la Calle Tomás Gutiérrez Herrero, que son las que dan a la vertiente marítima del pueblo y al Puerto por su lado norte.

Más allá de los paseos urbanos, lo que igualmente hice, una de las mañanas, fue la ruta circular que mencioné antes. Llanes destaca por su bonito casco urbano, pero sus paisajes costeros son igual de llamativos. Es por ello que quiero explorar todas las playas del concejo, y también estoy recorriendo, poco a poco, toda la costa, aprovechando que se encuentra llena de senderos. En esta ocasión, desde Buelna lo primero que hice fue ir hasta la zona del Complejo de Cobijeru. Allí visité los enclaves de ese monumento natural que aún no conocía. Además, fui hasta el Complejo por un camino distinto al que había usado las otras dos veces. Esta vez llegué hasta el Salto del Caballo bordeando el acantilado, sin pasar por la Playa de Cobijeru, que quedó abajo


Luego, desandando mis pasos desde el Salto del Caballo, y desviándome un poco del camino, vi dos enclaves naturales de gran belleza. Primero admiré el Entrante de Canales, que es una impresionante entrada del mar en los acantilados, que queda paralela a la línea de costa.



Después, caminando hacia el interior, me fui a buscar la Playa de la Presa. Como he venido comentando en años precedentes, tengo hecho un exhaustivo listado de todas las playas que hay en el concejo de Llanes. Para hacerlo, he consultado diversas fuente y he llegado a la conclusión de que son 53. Muchas son playas normales, pero hay otras muy singulares. Una de estas últimas es la Playa de la Presa, que es interior, por lo que es parecida a la Playa de Cobijeru, la cual he visitado un par de veces en el pasado, y a la famosa Playa de Gulpiyuri. No obstante, la Playa de la Presa es más grande que esas dos.


Las tres playas comentadas están formadas a partir de agujeros en los acantilados, por los cuales penetra el agua de mar, que llega por debajo de la roca hasta la parte posterior de esos acantilados, formando arenales de interior. Por ello, esas playas se encuentran en medio del campo. Están sujetas a las mareas y tienen agua salada, pero no parecen playas estándar. De las tres citadas, la menos normal es la Playa de la Presa. Desde el camino, permanece oculta por una especie de parapeto de vegetación y por el desnivel del terreno. Sin embargo, es fácilmente accesible, si se busca un poco.


Realmente, la Playa de la Presa no es un sitio donde uno pueda bañarse. Con la marea baja se vacía, y sus márgenes se quedan convertidos en un lodazal, con el que yo tuve un ligero encontronazo. En la imagen inferior, se ven huellas de pies que avanzaron bastante en el barro, quizás porque iban protegidos por un tipo de calzado apropiado. Las huellas inferiores, que son las más profundas, son las mías. Yo metí los pies hasta los tobillos en el fango, que tenía una fina capa de vegetación encima que despistaba. Mis botines no salieron muy bien parados del intento de avanzar.


De todas formas, la sangre no llegó al río. Los botines se me sacaron pronto y solo tuve que lavarlos al llegar a casa. En todo caso, con la marea alta la Playa de la Presa es un poco distinta, por lo que he visto en fotos, pero aun así, parece más una charca grande que otra cosa.


Su mayor particularidad, además de que es una playa que no da directamente al mar, es que conserva los restos de un antiguo molino de mareas, que está situado junto a la abertura de la montaña por donde penetra el agua marina.



La Playa de la Presa es un lugar muy curioso, y estaba muy tranquilo. Tras verlo bien, ya conozco 18 de las 53 playas del concejo de Llanes. Seguimos avanzando. 

Después de detenerme un buen rato en los dos enclaves naturales comentados, la ruta me llevó, bordeando los acantilados, hasta Pendueles, que es otro de los bonitos pueblos llaniscos. 


Como nunca no había estado en este pueblo, lo recorrí con cuidado, buscando sus rincones destacados. Se trata de un pequeño núcleo rural de carácter residencial.




Gracias a eso, puedo decir que ya he estado en 23 de los 71 pueblos que se reparten por el término municipal llanisco. Tras detenerme en Pendueles, regresé por otro camino hasta Buelna, que es donde tenía el coche. Fue una excursión cojonuda, en la que pasé cerca de un par de playas que no conozco. No obstante, no me detuve, porque me gustaría volver a hacer este recorrido con María y quise dejar cosas por ver.

En definitiva, este verano mi estancia en Llanes ha sido muy fugaz. El 28 empezamos nuestro viaje por la Bretaña francesa, por lo que mis aventuras de 2022 por el norte de España prácticamente se quedaron ahí. Sin embargo, los tres días los aproveché a tope. Conocí sitios nuevos, empecé a profundizar en las celebraciones populares del concejo y, como no, regresé a unos cuantos lugares que son de visita obligada, cada vez que voy a la casa asturiana de mis padres. El año que viene, más...


Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado LLANES.
En 1997 (primera visita), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en Asturias: 13'3% (hoy día 60%).
En 1997 (primera visita), % de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 11'8% (hoy día 35'7%).


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