24 de marzo de 2024

CARRERA POPULAR SAN JOSÉ 2024

Ya llega la primavera, y con ella parece que han regresado mis ganas de competir. Yo nunca dejo de salir a correr cinco días a la semana, si es posible, pero lo de disputar carreras es otra historia. Desde agosto, solo he participado en tres, lo que demuestra que no he estado con muchas ganas de ponerme dorsales en los últimos meses. Lo cierto es que me he visto involucrado en mil líos, y he tenido que estudiar bastante hasta enero. Pese a todo, da la impresión de que el tiempo en barbecho ha surtido efecto, y ha vuelto la motivación para luchar contra el crono. Debido eso, ya tengo maquinado un súper plan para abril, del que hablaré más adelante, y también me he marcado un calendario de pruebas hasta mayo, no muy exigente, pero sí constante. El mismo empezó el pasado domingo en San José de la Rinconada.


Hace dos años pude participar, por fin, en la Carrera Popular San José. Se trata de una cita clásica, que está a punto de alcanzar las cuatro décadas de vida. Los organizadores tienen un mérito brutal. Además, en 2022 comprobé que la prueba es modélica a muchos niveles. Efectivamente, su organización raya la perfección, el ambiente en ella, a nivel participativo, es espectacular, y el recorrido le saca todo el partido posible al entorno. Este podría no parecer gran cosa, pero la verdad es que yo lo he disfrutado a tope las dos veces. Por último, el hecho de que la línea de meta esté situada en el impecable tartán del Estadio Municipal Felipe del Valle le da un atractivo extra al evento.


Como ya expliqué en el post que escribí en 2022, la Carrera Popular San José sale de San José de la Rinconada, que es la principal pedanía del municipio de La Rinconada, salva por asfalto el intervalo campestre que la separa de la homónima capital municipal, y regresa desandando parte del camino. Una vez que vuelve a territorio urbano, el trayecto hasta la meta es otro diferente al de la ida, pero el perfil no deja de ser llano. Como colofón, el final en el Estadio Municipal Felipe del Valle mola mucho. Sus gradas se petan. Eso sí, en el resto del recorrido el público brilla por su ausencia, no solo en el trecho interurbano, sino también en las calles urbanizadas. En estas últimas, algunos gritos de ánimo sí se reciben, pero son puntuales.  

En cualquier caso, a pesar de que la carrera parece tener un trazado más o menos fijo, la sorpresa que me llevé el domingo fue que parte del mismo lo habían modificado con respecto al de 2022. Sobre el terreno no lo noté, pero luego he hecho memoria y he visto fotos, y me he dado cuenta de que las calles de San José por las que corrimos en los kilómetros finales fueron distintas, y, sobre todo, me he percatado de que el tramo interurbano lo hicimos por una carretera diferente. 


En la imagen está marcado el itinerario que seguimos el domingo, y también se ve que hay un bulevar, entre San José de la Rinconada y La Rinconada, que marcha paralelo a la carretera que nosotros transitamos. Hace dos años fuimos por él. Eso ha cambiado. Sin embargo, el kilometraje no ha variado. En efecto, oficialmente, los recorridos de 2022 y de 2024 midieron 11.000 metros, aunque hay que decir que los organizadores han afinado, porque la otra vez la prueba fue algo más larga de lo estipulado, y esta creo que estuvo bien medida.

Por lo que respecta a mi experiencia particular del otro día, lo cierto es que considero que fue positiva, y eso que lo hice peor que en 2022. Entonces fui a 4:19 de media, y el domingo el ritmo promedio fue de 4:30. La diferencia es grande, pero no me sorprende, porque es innegable que en 2023 mi rendimiento pegó un bajón. Empiezo a estar seguro de que se debió a que ya tengo 46 tacos. Hace bastante que lo de ir a 4:05 sin despeinarme pasó a la historia, pero creo que ya también me puedo olvidar de correr a 4:15. Mi techo ahora debe rondar los 4:25, o 4:20, a lo sumo. No obstante, la decadencia, una vez que la he asumido, ha pasado a tener su punto atractivo. No es del todo desagradable el papel de viejo rockero... 


Además, la realidad es que la decadencia no implica sufrir escabechinas. Es un hecho que últimamente me siento pesado como un plomo cuando acelero corriendo, y ni las piernas, ni los pulmones, me dan para ir más rápido, pero soy capaz de mantenerme estable, y al parar recupero a velocidad de vértigo. En este caso, las sensaciones fueron buenas, y por eso acabé con buen sabor de boca, aunque no puedo negar que me dejé los higadillos, pese a lo cual, no logré evitar acabar en 49:35 los 11.000 metros.

Por otra parte, en esta carrera acabé viviendo un momento que me resultó especial, y que quiero comentar. El caso es que iba cubriendo el kilómetro final, apurando mi capacidad aeróbica al máximo, cuando me adelantó un corredor, que me animó al hacerlo. Esto no es la primera vez que me sucede. Yo mismo, a la inversa, en alguna ocasión he jaleado a algún desconocido, cuando lo he rebasado en similares circunstancias. Este hombre, llamado Juan Antonio Ruiz Ortega, se acabó estabilizando unos cuantos metros por delante mía, a la par que dos o tres atletas que iban corriendo a esa distancia de mí. No recuerdo muy bien como se desarrolló la competición entre ellos en los últimos 500 metros, no iba en condiciones de fijarme, pero sí se que en la recta de meta alcancé de nuevo a Juan Antonio, que, en lugar de pelearme el puesto, se echó a un lado con suavidad y me dejó pasar. Yo le hice una señal, como de que avanzara él primero, que yo me acomodaba a su espalda, ya que, a pesar de llegar encendido al tramo de tartán, no tenía ninguna intención de picarme con nadie por la posición 173 en la clasificación. No lo he hecho jamás, y nunca le hubiera rebasado sobre la línea, ni tampoco faltando diez metros. Él, sin embargo, con bastante elegancia, me hizo un gesto como diciendo que yo venía más rápido de lo que él estaba dispuesto a ir, y que tampoco se iba a enzarzar conmigo, que entrara yo antes. Todo se desarrolló en unos pocos segundos, pero fue un deportivo diálogo sin palabras, que me gustó. Cuando pasé la meta, me giré y le di la mano. Él me la estrechó con fuerza, sonriendo. Me encantó ese colofón.

Como anécdota final, he de decir que, de nuevo, me las he visto y me las he deseado para conseguir poner una imagen en la que yo esté. Cuando escribo sobre las carreras, siempre me gusta poner alguna instantánea en la que yo salga en acción. Muchas veces me resulta difícil, ya que no siempre hay fotógrafos, pero en esta ocasión sí estaba Finidi Blanco, un máquina, aficionado a la fotografía, que hace magníficos reportajes de competiciones. Pese a esto, me he mirado todas las fotos que hizo, y no aparezco bien en ninguna. Solo he encontrado una del principio, en la que se ve un trozo de mí, al fondo a la derecha, junto a un espectador que iba con un chándal verde.



De todas formas, tampoco importa mucho. Cuando no hay foto, no hay foto, y en este caso esta es la que tengo. Lo más importante es que volví a disfrutar de una de esas carreras populares de pueblo tan entrañables, en las que el sensacional ambiente atlético no está reñido con la organización modélica de la prueba. Yo he tardado en debutar en la Carrera Popular San José, pero le he cogido tanto cariño en dos ediciones, que es muy probable que regrese.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 248.
% del Total de Carreras a completar: 24'7%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en LA RINCONADA.
En 2021 (año de la primera carrera corrida en La Rinconada), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 37'1% (hoy día 37'1%).


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