19 de noviembre de 2016

CARRERA POPULAR GERENA 2016

Pedro Delgado ha dicho varias veces en las retransmisiones de ciclismo por televisión que los puertos de montaña no son duros en si mismos, sino que los hacen duros la actitud de los ciclistas y las circunstancias de carrera. Eso es un poco relativo, pero se entiende lo que pretende expresar. Con las carreras pedestres pasa un poco lo mismo: su grado de dureza es, hasta cierto punto, producto de la manera en que uno las afronte.

Mis dos participaciones en la Carrera Popular Gerena son un claro ejemplo de esto que acabo de escribir: en la edición del año pasado me sentí muy fuerte y ni me fijé en la dureza del trazado, mientras que este 2016 la carrera me ha salido algo torcida y he tenido que pelear cada una de sus cuestas, quedándome con la impresión de que el recorrido es un infierno. No lo es, pero tampoco es fácil. Todo depende de como se afronte.


Gerena es un pueblo que me pilla bastante cerca (está apenas a 19 kilómetros de Villanueva), pero que parece muy lejano (ya no está en el Aljarafe, sino que sirve de puerta de entrada por el sur a la Sierra Norte de Sevilla). El año pasado fui a correr la decimotercera edición de su carrera, me pilló bien y pensé que era un buen momento para sumar Gerena a mi reto de correr al menos una carrera en todos los pueblos de la provincia de Sevilla. Este año no pensaba volver, pero me estoy encontrando cada vez mejor desde que dejé atrás la racha de lesiones a mediados de octubre y las carreras son un medio cómodo para hacer rodajes más intensos que permitan seguir progresando, así que de manera casi improvisada me apunté. En consecuencia, el pasado fin de semana, tras haber estado todos de excursión en Estepa el sábado, dejé a María y a las niñas en la cama y me fui hasta Gerena a echar media mañana.


Como he dicho, la prueba gerenense se podría incluir dentro del grupo de carreras populares de pueblo con un cierto grado de dureza, debido a las cuestas que tiene en sus 8.100 metros de distancia. La principal diferencia entre el año pasado y este es que en 2015 supe encontrar un buen equilibrio entre el perfil que me fui encontrando y mis fuerzas, mientras que este año lo he hecho peor en ese sentido. Como no me gusta sufrir y ya llevo un buen puñado de carreras en las piernas soy bastante habilidoso a la hora de ir a tope sin fundirme. Sé administrar bien las fuerzas, de manera que lo más normal para mí es encontrar el equilibrio del que hablaba antes. A veces, sin embargo, se me va un pelín la mano y salgo más embalado de la cuenta. Esto es lo que me pasó el domingo.


En cualquier caso, la carrera no lo pone fácil para no sufrir, ya que su primer kilómetro y medio no para de subir. Sin preámbulos, desde el primer metro la carrera pica hacia arriba y para cuando se empieza a bajar, se hace por un tramo de unos 400 metros que es de tierra. Luego se vuelve a subir y durante más de 2 kilómetros el trazado es una sucesión de toboganes por una urbanización de chalets en la que uno se encuentra incluso un par de auténticos muros. Es cierto que si una carrera empieza y acaba en el mismo punto, todo lo que sube baja, pero hay carreras en las que las subidas y las bajadas parecen estar mal distribuidas. En Gerena, para cuando se empieza a bajar de una manera más continua, pasado el kilómetro 4, ya se va sin aliento. Lo peor, sin embargo, es que el penúltimo kilómetro vuelve a ser cuesta arriba. El último, en cambio, es de nuevo muy tendido hacia abajo, pero cuando llega el momento de apretar buscando la meta ya es difícil evitar que esa larga recta no se haga interminable.


El año pasado yo estaba bastante fuerte, todas las trampas en forma de pendiente no me llamaron demasiado la atención y la carrera me salió perfecta: rodé a 3:58 de media, con cuestas y todo, y acabé en el puesto 25. Una pasada. Este año, evidentemente, esa actuación no se iba a repetir, pero quería mejorar el ritmo por kilómetro de la semana anterior en Olivares. Lo conseguí, pero fui de más a menos y pasé media carrera bastante desfondado (yendo a 4:12 acabé el 58 de 218). El muro del kilómetro 4 me dejó listo y de ahí a la meta tuve que apretar los dientes más de lo deseado, pese a que en ese tramo estaban los kilómetros más favorables.


Hay que decir que el trazado de la carrera no es demasiado bonito. Cierto es que Gerena tiene su centro en una elevación. El mismo está, además, completamente adoquinado y tiene un buen número de callejuelas, por lo que esa amplia zona se evita por completo y la competición se disputa en su mayoría por la parte norte de la población, que es más moderna o que, incluso, está sin urbanizar, pese a tener calles asfaltadas. Ya que la carrera, en cualquier caso, es durilla, en mi opinión se podría haber cambiado el penúltimo kilómetro, que transcurre por las calles de un descampado, por un paso por la zona más céntrica. Fácil no sería, pero bueno, ya que estamos se ganaría en vistosidad. La parte de la urbanización de chalets tampoco tiene ningún atractivo y de las zonas más destacadas del pueblo solo se pasa por la Avenida de la Estación, que precisamente marca el extremo norte del casco histórico.


Luciría más otro recorrido, pero la carrera, aparte de esto, está muy bien organizada y cumplió con mis expectativas: quería correr 8 kilómetros a tope, de cara a seguir creciendo, y lo pude hacer de una manera divertida.


Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en GERENA.
En 2015 (año de la primera carrera corrida en Gerena), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 32'3% (hoy día 34'2%).

Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 191.
% del Total de Carreras a completar: 19%.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres comentar algo, estaré encantado de leerlo