7 de febrero de 2017

SANTIPONCE 2017

Se echaba de menos un poquito de movimiento. Desde mediados de diciembre, hemos estado prácticamente anclados en puerto, primero por las navidades y su resaca, y luego por una obra que hemos tenido que hacer en casa, la cual ha monopolizado dos fines de semana completos. Pese a que no he dejado de entrenar, carreras tampoco he corrido, así que en los últimos tiempos no ha habido demasiadas historias que plasmar en este blog.

Para sacar la cabeza del nido, el pasado domingo fuimos a echar la mañana a Santiponce. El plan no fue ningún prodigio de osadía o de exotismo. De hecho, ni siquiera nos centramos en visitar alguno de los destacados enclaves que tiene este pueblo sevillano, pero nos apetecía que nos diera el aire, y a eso dedicamos la mañana.

El evento que sirvió de excusa para organizar un domingo especial fue la Carrera Popular Santiponce. Hace unas semanas, María y yo nos encontramos, por casualidad, con un viejo amigo, y quedamos con él en vernos en Santiponce, con el pretexto de la carrera, como paso previo a irnos a comer a algún sitio apetecible de los alrededores. No obstante, poco después de aquello, decidí que este 2017 no voy a participar en ninguna competición el mes antes del Maratón de Sevilla (el año pasado sí corrí en Santiponce, a falta de quince días para la gran cita). Pese a esto, para que nuestra quedada no se tambalease, María se ofreció a correr la prueba (o parte de ella), a pesar de que apenas ha entrenado desde mitad de noviembre. También apuntamos a las niñas a las carreras infantiles. Gracias a eso, el plan siguió adelante sin problema.



Santiponce es un municipio de 8.500 habitantes, ubicado a 10 kilómetros de Sevilla, aunque su término colinda con el de la capital por el este. Sus principales highlights son tres: el Conjunto Arqueológico de Itálica, el Teatro Romano de Itálica, que está fuera del recinto italicense propiamente dicho, y el Monasterio de San Isidoro del Campo. Más allá de esos puntos clave, Santiponce apenas ofrece nada, ya que es el típico pueblo levantado a base de construir, en tiempos modernos, viviendas funcionales sin demasiado atractivo. No obstante, Santiponce siempre me ha fascinado, porque está posado sobre un asentamiento de origen romano. Normalmente, en las poblaciones hay una continuidad evolutiva, de manera que, cuando tienen un origen remoto, el devenir de la historia va, poco a poco, cambiando la fisonomía del lugar. Unas veces, lo antiguo perdura en mayor medida, y otras es menos respetado, pero no son habituales los casos como el de Santiponce, que está construido ex novo sobre Itálica, una ciudad romana que yace sepultada bajo los cimientos de las casas donde, hoy día, reside la gente. 

Sin embargo, no toda la antigua ciudad de Itálica está ya enterrada. Una parte se ha sacado a la luz, y constituye el citado Conjunto Arqueológico de Itálica, un recinto que está adyacente al casco urbano de Santiponce. Su particular idiosincrasia se aprecia bien desde el aire. En efecto, en la imagen satélite se ve como las excavaciones, situadas al norte de la localidad, parecen amenazar con expandirse hacia la zona de las casas del pueblo actual.


Para entender como acabó Santiponce encima de Itálica hay que remitirse a los libros de historia. En ellos, pone que esta fue la primera ciudad romana fundada fuera de la Península Itálica, nada menos. Sus orígenes están ligados a la Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a Roma y a Cartago en la Península Ibérica. En el marco de esa confrontación, las legiones de Publio Cornelio Escipión derrotaron a las tropas cartaginesas en la batalla de Ilipa, que tuvo lugar en el 206 antes de Cristo, a una decena de kilómetros de lo que hoy es Santiponce. Tras el combate, los legionarios romanos se establecieron en el Cerro San Antonio, donde ya existía una población turdetana desde hacía un centenar de años. Ese fue el germen de Itálica. Al principio, los turdetanos y los romanos compartieron el espacio, pero los modos sociales y políticos de los segundos se acabaron imponiendo, hasta el punto de que, a mediados del siglo I antes de Cristo, la urbs, plenamente romanizada ya, adquirió el estatuto municipal. Con posterioridad, durante el gobierno del emperador Adriano (117-138 d. C.), alcanzó el estatus de colonia, tras haber sido objeto de continuas mejoras urbanísticas y arquitectónicas. A pesar de su impronta aristocrática y castrense, ligada a su origen, y opuesta al carácter popular de su vecina Hispalis, el esplendor de Itálica no fue eterno, dado que, al disminuir el favorecedor peso del elemento hispano en Roma, poco a poco la decadencia se apoderó de ella, provocando que sus principales edificios públicos, infraestructuras y mansiones empezaran a abandonarse y a venirse abajo. La ciudad se redujo, y en el siglo IV d. C. ocupaba una superficie bastante menor a la de sus tiempos de esplendor. El declive fue lento, pero el abandono total de Itálica acabó siendo un hecho. El actual pueblo se empezó a levantar en el siglo XVII, en el desmonte formado sobre sus ruinas.

Ahora bien, lo que sucede en Santiponce es que, ni siquiera todo lo que está acotado como conjunto arqueológico se encuentra excavado. Además, en el límite sur de ese recinto, se aprecia bien como las casas llegan hasta él y se detienen bruscamente.


Debajo de la tierra del desmonte hay restos romanos, y bajo las casas también. En realidad, el núcleo urbano inicial de Itálica es el que está bajo las viviendas de Santiponce, oculto en su mayoría, a excepción de algunos elementos que se han sacado a la luz (por ejemplo, el citado Teatro). El área del Conjunto Arqueológico de Itálica se corresponde con la Nova Urbs, la gran ampliación urbana que aconteció en época de Adriano. Bajo el mandato de este emperador, de una superficie de 14 hectáreas, la ciudad pasó a abarcar unas 52. El pueblo actual no ha llegado nunca a ser tan grande. Debido a eso, las partes de la expansión adrianea permanecieron bajo un descampado no urbanizado, hasta que se empezaron a excavar el siglo pasado.

Yo he estado en Itálica en numerosas ocasiones. Las dos últimas tuvieron lugar en 2015. Ese año, estuve de visita, una vez, y también fui a correr el Cross de Itálica. Santiponce, por su parte, pese a estar pegado al yacimiento, no suele recorrerse. Justo al lado de la puerta del recinto arqueológico que está en el extremo norte del pueblo, hay dos restaurantes muy afamados, y un poco más al sur (marcado en la imagen de abajo con un círculo azul pequeño), está el Teatro Romano de Itálica. Eso es todo lo lejos que se suele ir de las ruinas (yo estuve en el Teatro en 2013, cuando fui a ver una actuación del Festival Internacional de Danza Itálica, que tiene lugar en él).


El otro enclave interesante del pueblo es el Monasterio de San Isidoro del Campo. Yo lo vi en 2002 (está rodeado por el círculo azul grande). Está en la esquina sureste de Santiponce. A él se puede llegar sin poner los pies en su casco urbano.


Como se puede ver, he estado en Santiponce en varias ocasiones, pero solo en 2008 exploré sus calles más céntricas (rodeadas en rojo). Las otras veces, simplemente fui a tiro hecho a ver los monumentos destacados.

Aparte de lo comentado, al suroeste de las ruinas hay un amplio sector, lleno de casas distribuidas en cuadrícula, que aparece rodeado en verde en la imagen de arriba. Es la zona más llana de la localidad, y es eminentemente residencial. Tras haber participado en el Cross de Itálica en 2015, el año pasado me apunté a la vigésima edición de la Carrera Popular Santiponce, como dije antes. Esta cita no tiene nada que ver con la célebre prueba campo a través, aunque también atraviesa las excavaciones. Gracias a eso, estuve en esa parte residencial del pueblo, que era la que no conocía. La Avenida de la Virgen del Rocío es su espina dorsal, y lo que tiene a ambos lados son viviendas unifamiliares bien distribuidas.


El pasado domingo volví a ese sector del pueblo, y, como en esta ocasión fui de espectador a la Carrera Popular Santiponce, pude recorrer a pie, más en profundidad, toda el área que rodea el Pabellón Municipal de Deportes Francisco Domínguez, que fue el lugar de inicio y de final de la prueba. Antes de la carrera de María, llegamos incluso a asomarnos al recinto arqueológico por su lado sur, pero, finalmente, una vez finalizadas las competiciones, fue en la Avenida de la Virgen del Rocío donde acabamos haciendo una parada, para tomarnos una cerveza en la Cervecería Pizzería Lacerta, como paso previo a coger el coche e irnos a comer a Castilleja de la Cuesta.


En definitiva, a la espera de que vuelva la época de los planes más complicados, disfrutamos, de una manera muy relajada, de una soleada mañana invernal en Santiponce.



Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado SANTIPONCE.
En 1994 (primera visita consciente), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Sevilla: 3'8% (hoy día 61%).
En 1994 (primera visita consciente), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 1'4% (hoy día 18'9%).


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