18 de abril de 2017

NERJA 2017

Sé que resulta muy tópico comenzar un post dedicado a Nerja hablando de Verano Azul. Sin embargo, en el propio pueblo el recuerdo de la popular serie de televisión estrenada en los años ochenta se ha mantenido y, por ello, no hay por qué hacer un esfuerzo por obviar a Chanquete y a sus amigos al hablar del lugar en el que se rodaron sus aventuras veraniegas.


Los 19 capítulos de Verano Azul se rodaron entre 1979 y 1980. Han pasado casi 40 años, en los cuales la fisonomía de Nerja ha debido cambiar bastante. Sin embargo, simplemente con ver los primeros minutos del primer episodio de la serie ya se reconocen a la perfección varios de los lugares más representativos del pueblo malagueño. Pese a esto, el sitio que más evoca a la serie no existía, con seguridad, a principios de los 80. Se trata del Parque Verano Azul, un espacio ajardinado que se encuentra en el extremo oeste de la población (aunque ese extremo no queda muy alejado del centro), y que, con independencia de que esté dedicado a la serie, es muy adecuado para ir con niños. En él empezamos nuestro recorrido por Nerja el día 12.


Como se puede deducir por el nombre, en el Parque abundan los elementos que nos recuerdan a Verano Azul. De entre todos ellos, destaca especialmente el Barco de Chanquete, que se ha convertido en un emblema en Nerja. Cuando me acerqué a él me dio la sensación de que en la tele parecía más grande, pero pensé que era lógico, dado que al rodar las películas y las series se juega mucho con los engaños visuales. Lo que sucede es que, luego, al confirmar que el barco expuesto es una reproducción (eso ya me lo imaginaba), me he enterado también de que la misma es un poco chapucera: por lo visto, la nave varada que aparece en la serie se montó para rodar la misma (no era un barco que hubiera flotado nunca) y, con las mismas, se desmontó al acabar el rodaje. Años después, en Nerja pensaron que colocar una reproducción del barco en el parque dedicado a la serie podía ser un buen reclamo turístico (que lo es, de hecho), pero han construido la réplica de manera algo dejada, ya que hay multitud de detalles del original que no se han copiado. De hecho, la puerta de la embarcación estaba en el otro lado en el original, y en la nueva versión, que ciertamente es algo más pequeña, no han puesto ventanas (Tito en el primer capítulo de la serie se cuela en el barco por una ventana para curiosear. En la réplica lo hubiera tenido crudo). Aparte, hay multitud de pequeños detalles que no están igual.


No obstante, pese a todo, ¡qué demonios!, tampoco el David de Miguel Ángel que hay en la Piazza della Signoria de Florencia es el auténtico, aquí somos un poco más cutres haciendo réplicas, pero qué más da, no nos podíamos ir sin una foto.


En otro orden de cosas, tengo que decir que nunca había estado en Nerja, de hecho la costa andaluza entre las ciudades de Málaga y Almería prácticamente no la conozco. Sin embargo, esta vez hemos estado de paso en ese pueblo malagueño, camino, precisamente, de Almería. En un futuro habrá que explorar a conciencia esta zona, pero ahora el objetivo era llegar lo antes posible a nuestro destino para pasar en casa de unos amigos los cuatro días vacacionales de Semana Santa. Saliendo de Sevilla justo al acabar el trabajo podríamos haber hecho el trayecto entero en el transcurso de la tarde, pero maquiné un plan con mis padres que nos hizo ir hasta Almería por la costa de Málaga y no por la A-49. Finalmente, el plan se tuvo que cancelar en el último momento y la razón de pernoctar en Nerja desapareció, pero ya tenía el alojamiento reservado y decidimos no cambiar radicalmente los planes, gracias a lo cual finalmente he conocido el pueblo.

El susodicho alojamiento lo volví a coger con Airbnb, y por primera vez desde que utilizo este sitio web para encontrar cobijo creí que nos quedábamos sin cama. Por lo que vengo leyendo últimamente, la guerra contra los alquileres vacacionales ya es abierta en algunos lugares, y una de las razones es que hay agencias que se han infiltrado en servicios como Airbnb, el cual pretende favorecer una especie de trueque entre un viajero y un particular autóctono que cede un trozo de su casa o la casa entera, pero de buen rollo, a cambio de una compensación económica bastante ajustada. Con las agencias, el citado trueque, que en circunstancias normales te hace entrar en contacto del todo con el dueño de la casa, se hace de manera fría y profesional. Yo, hasta ahora, tras haber usado más de 20 veces los servicios de Airbnb, no me había topado con ninguna agencia (ni con ningún particular que estuviera especulando más de lo normal), pero siempre hay una primera vez. Al coger este alojamiento ya vi que, en efecto, esta vez sí me las iba tener que ver con una empresa, pero pensé que la misma iba a respetar el modus operandi de Airbnb. Por desgracia, no fue así: lo habitual es entrar en contacto con el anfitrión unas horas antes, como mínimo, para arreglar la llegada, pero en este caso nadie se puso en contacto conmigo, y cuando intenté yo contactar no hubo forma, los teléfonos a los que llamaba aparecían apagados y en la dirección de la inmobiliaria lo que había era un local vacío. Ante tal circunstancia, nos fuimos para el piso con la convicción de que allí no iba a haber nadie. Luego resultó que la inmobiliaria tiene unas oficinas en uno de los bajos de los propios apartamentos, así que finalmente no hubo problema, pero el sistema de Airbnb siempre ha sido otro y en este caso nadie había avisado de que sería diferente. Para colmo, al llegar había overbooking y nos habían reubicado en otro alojamiento diferente de la misma calle, propiedad de otra empresa amiga. Esto, de nuevo, no es un problema en si mismo, el apartamento fue de diez, pero da muestras de que allí se estaban tergiversando más de lo normal los teóricos principios de Airbnb. Por mi parte, Airbnb ha permitido que en los últimos cuatro años haya podido viajar mucho más de lo que hubiera sido posible de haber tenido que tirar de hoteles tradicionales. Aparte, puedo decir que en el 90% de los casos me han alquilado el alojamiento personas normales que le estaban dando salida a segundas viviendas de una manera totalmente legítima (en el 10% restante los anfitriones habían invertido en una propiedad para alquilarla, pero esto, hecho como ciudadano de a píe, tampoco tiene nada de malo). También me he alojado en casas donde me han hecho, literalmente, un hueco, y en dos casos he llegado a pernoctar en lugares donde el anfitrión nos dejó su casa entera y se marchó a dormir a otro lado. Ese es el espíritu primigenio de Airbnb, que ayuda a que puedan viajar los tiesos como yo, pero me temo que tarde o temprano van a acabar con el sistema, por intereses externos y por la pura especulación de muchos de los que se benefician de él. Me dará pena, la verdad. Por mi parte, no volveré a coger un apartamento sin asegurarme de que el anfitrión cumple con unos mínimos. 

Más allá de todo eso, una vez solucionado el tema del alojamiento nos fuimos a dar una vuelta por el centro de Nerja. Tras el paseo por el Parque Verano Azul nos fuimos hasta la zona del Balcón de Europa y vimos las calles que conforman el corazón del pueblo, que son peatonales. Las mismas son muy agradables y resultan perfectas para ir con niños. En el Paseo Balcón de Europa, donde está el Ayuntamiento y la Iglesia del Salvador, los edificios tienen pinta de ser nuevos, pero parece que se han levantado con cuidado para no romper la estética. La iglesia es del siglo XVII y está muy cuidada.


También me gustó la amplitud de la Plaza de España.


Nerja tiene fama de ser un pueblo que, pese a estar centrado en el turismo de masas, no ha alterado demasiado la estética original de su centro. Mi impresión es que, en efecto, el aspecto amable del núcleo primigenio se ha mantenido, pero no me pareció un pueblo cuyo centro evoque a su pasado tardomedieval.

Por otro lado, era Miércoles Santo y desde que llegamos a media tarde empezamos a ver por todos lados movimiento relacionado con la Semana Santa. Finalmente, ya a última hora de la tarde vimos a lo lejos una procesión. Me hubiera gustado acercarme para ver el ambiente, pero queríamos ver el Balcón de Europa con algo de luz natural y decidimos no entretenernos. Supongo que viendo la procesión estarían principalmente los nerjeños, porque los guiris parecían seguir todos a lo suyo en la zona más céntrica. La misma estaba a tope de gente, pero me gustó el ambiente: había muchísimos extranjeros, pero el plan era familiar y amable. Tras ver las vistas desde el Balcón de Europa, casi de noche, nos tomamos una cerveza en la terraza de La Biznaga, que es un bar de tapas que da al Paseo Balcón de Europa. Allí no comimos nada y fue caro (10 euros por dos cervezas en vaso de tercio y dos Aquarius), pero mereció la pena el rato de tranquilidad mirando a la plaza, al igual que las vistas, desde el Balcón de Europa, de los acantilados que tiene Nerja.


Al día siguiente buscamos al azar un lugar donde desayunar. Nuestra idea era dar otra vuelta por el centro, ya de día, y al acercarnos al meollo del pueblo recalamos en la Cafetería Restaurante La Ermita, que vimos que tenía una terraza que daba a la calle, en la cual estaban sirviendo desayunos.


La terraza, como no podía ser de otra forma, estaba llena de guiris, y, por ello, había posibilidad de tomar allí un English breakfast. Julia y yo, aun así, decidimos optar por la tradicional tostada de pan con tomate, pero María y Ana sí compartieron un auténtico desayuno al más puro estilo británico.

Después nos dimos otro paseo y acabamos asomándonos al mar en un punto desde donde se ve el Balcón de Europa a lo lejos.


Por la mañana, el ambiente también era de turismo guiri, principalmente, pero el mismo no perdió el carácter agradable. La vuelta matutina también sirvió para que viéramos otras calles, por ejemplo la Avenida Ramón Castilla Pérez, que recuerdan a cualquier pueblo de costa con pisos.


El lugar donde estuvo nuestro apartamento, sin embargo, estaba más al interior, en una zona residencial en la que abundaban las cuestas, como suele ocurrir en toda la Costa del Sol en cuanto se aleja uno del mar un poco.

Se nos quedaron pendientes de ver las Cuevas de Nerja, que están en Maro, una pedanía de Nerja. Algún día volveremos a explorar toda esta parte de la costa de Andalucía oriental y, para entonces, no nos saltaremos esa visita. De momento, al menos, el casco urbano de Nerja lo exploramos bien.



Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado NERJA.
% de Municipios ya visitados en la Provincia de Málaga: 14'6%.
% de Municipios de Andalucía ya visitados: 19'2%.

Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado NERJA.
% de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Provincia de Málaga: 57'1%.
% de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 32'2%.


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