19 de marzo de 2018

CARRERA POPULAR NERVIÓN SAN PABLO 5K 2018

Comenzó un año más el circuito de carreras populares de Instituto Municipal de Deportes de Sevilla, y de nuevo he sucumbido a la tentación de vivirlo como participante.


Este 2018, sin embargo, la cosa va a ser diferente que en años precedentes, porque María está ilusionada con correr el circuito completo y ella va a tener preferencia a la hora de disputar las pruebas, la realidad es que lleva entrenando desde octubre para completar las cinco carreras y ha llegado a marzo en condiciones, al menos, de acabarlas corriendo, lo que tiene mucho mérito, porque después del verano había tocado fondo físicamente. 

El caso es que correr carreras los dos a la vez, aunque a veces lo hacemos, requiere una logística que no recomienda que ambos nos pongamos como objetivo completar un mismo circuito. Las niñas no pueden aún quedarse solas mientras corremos, lo que implica que para que podamos hacerlo María y yo a la misma hora dependemos de que alguien nos eche un cable, y no siempre se puede conseguir (al menos con un mínimo de comodidad). Ante esa circunstancia, y dado que yo ya he alcanzado mi techo en estas citas, ahora le toca a María disfrutar del hecho de superarse en ellas. Lo que sucede es que desde 2013 las pruebas de 10 kilómetros del IMD están acompañadas por otras más cortas que yo nunca había corrido, pero que están ahí. Estas empiezan una vez que ha llegado a meta el último corredor de la carrera principal, lo que hace que ambas competiciones sean compatibles. Por ello, como novedad y de manera puntual, decidí apuntarme a esa versión reducida de la Carrera Popular Nervión San Pablo.


En 2013, 2014 y 2015 las pruebas cortas fueron de 3.000 metros y desde 2016 miden 5.000 metros. Pretenden fomentar la práctica deportiva en personas menos preparadas, por lo que su carácter competitivo se reduce al mínimo. Nunca he entendido esto, dicho sea de paso, comprendo que sea corta una carrera cuyo objetivo es animar a las personas más sedentarias a ponerse calzado deportivo y a salir a correr, pero no se por qué eso ha de implicar que no se den premios a los primeros o que se mida sin demasiado cuidado el recorrido. Yo di por hecho que dada la seriedad con la que se organizan las pruebas de 10 kilómetros las de 5 estarían también bien medidas y señalizadas, pero no es así. En cualquier caso, probablemente me volveré a apuntar a alguna otra antes de que llegue el verano.

Aparte de esto, la presente prueba degeneró para mí en algo un tanto surrealista, y ahí ya sí que no hay nada que achacarle a la organización, ya que en la normativa pone claro que las carreras de 5 kilómetros empiezan nada más llegar a meta el último corredor del evento largo. Yo durante el mismo estuve tan centrado en ejercer de padre y de fan que se me fue el santo al cielo y cuando me di cuenta María acababa de llegar en 1h08 minutos y apenas quedaba un cuarto de hora para que comenzara mi carrera. La circunstancia no hubiera tenido más importancia si no fuera porque por la mañana, ante la amenaza de lluvia, tuve la absurda idea de ponerme las botas de agua. Las zapatillas también me las llevé, claro, pero me las olvidé en el coche y caí en la cuenta de que iba con un calzado bastante poco apropiado para correr justo al atravesar María la meta. En ese momento ella ya se quedó con las niñas y yo me fui al trote hasta el coche a quitarme las botas de agua, pero el mismo estaba aparcado en el quinto infierno. Fueron, por tanto, unos 800 metros de precalentamiento bastante arduos, dado el calzado. En el coche me cambié rápido de zapatos y pasé del precalentamiento al calentamiento propiamente dicho, ya que me recorrí de nuevo los 800 metros de marras, esta vez en sentido inverso y apretando. Creí que no llegaba.

Afortunadamente casi alcancé a tiempo el arco de salida, pero la carrera dio comienzo justo cuando yo estaba a unos metros del mismo, de manera que no llegué a estar parado junto a la línea de salida, oí el pistoletazo y lo que hice fue seguir corriendo adelantando gente. El calentón fue brutal y acabé disputando la prueba con el dorsal en la mano, porque no me dio tiempo a ponerle los imperdibles...


Llegó un momento, cuando llevaba más o menos un kilómetro, en el que dejé de adelantar gente y la carrera se estabilizó para mí. Fue ahí cuando vi que los kilómetros no estaban marcados, así que me centré en ir a tope, un poco a ciegas. Llevaba delante una fila de corredores que se perdía de mi vista, la misma no era muy nutrida, pero todos íbamos muy dispersos. Por detrás pronto me empezó a parecer que no llevaba tampoco a nadie. Así corrí los 4 kilómetros que quedaban.


La única novedad fue que en el kilómetro 3 o así un chico que tenía por delante empezó a ceder y le fui ganando terreno poco a poco. Un kilómetro y medio después le adelanté y me percaté de que, de manera increíble, iba corriendo a un ritmo de casi 4:00 minutos el kilómetro con un cordón desatado. Aparte de eso, la carrera no se movió más hasta la meta.



Cuando atravesé la línea de meta en 21:37 me di cuenta de que la carrera, además de no tener marcados los puntos kilométricos, no medía 5 kilómetros. Luego me he enterado de que corrimos unos 5.400 metros, por lo que fui a 4:02 minutos el kilómetro de ritmo medio. Eso supuso quedar en el puesto 12, nada menos. Llegaron a meta 301 personas, así que es evidente que el nivel de la prueba es muy bajo, pero gracias a eso me vi corriendo, si no en cabeza (el primero me sacó 4 minutos), sí muy solo y con pocas personas delante, lo que hizo que me animara la poca gente que había en las aceras y arcenes con bastante más efusividad de lo que estoy acostumbrado.

Para acabar, en 2017 con motivo de esta carrera comenté que, tras la misma, estuvimos desayunando en el Bar Rubén, que estaba cerca de la meta. Como es lógico, el bar sigue ahí, y en esta ocasión estuvimos igualmente desayunando Ana, Julia y yo, pero esta vez mientras María corría.


Es difícil encontrar un bar más cutre que el Bar Rubén, el mismo es la quintaesencia del bar de barrio dejado de la mano de Dios. Es por eso, precisamente, por lo que volví, buscando vivir de nuevo una experiencia etnológica tan nuestra como las que son habituales en bares así. No se si me atrevería a pedir en ese lugar unas croquetas o un aliño de huevas, pero corriendo menos riesgos disfrutamos del momento de localismo extremo gracias a unas buenas tostadas de aceite con jamón.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 212.
% del Total de Carreras a completar: 21'1%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 34'2%).


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