1 de agosto de 2018

ALCORCÓN 2018

"Winter is Coming". La ya mítica frase de Juego de Tronos con la que Ned Stark, al principio del primer episodio de la primera temporada, verbaliza su presentimiento de que se acercan tiempos difíciles, se me ha venido a la cabeza varias veces últimamente. Es inevitable atravesar rachas complicadas de vez en cuando, y en mi caso el principio del "invierno" ha estado relacionado con una enfermedad que le detectaron hace muy poco a mi padre. La misma me llevó hace un par de semanas a Alcorcón, una ciudad que he explorado en los ratos que he tenido libres en cada una de las dos etapas de tres jornadas que he pasado en ella. No han sido días fáciles, mi padre fue allí a operarse y en principio todo lo que podía ir bien fue mejor, pero luego vinieron complicaciones que no fueron muy graves, pero que alargaron su estancia en la clínica, con lo que eso supone. Personalmente, una de las cosas que más me relajan es pasear y fijar mi atención en lo que el entorno es capaz de mostrar. En este caso el entorno no era demasiado atractivo, pero aún así he dado unos cuantos paseos por Alcorcón para despejarme y para oxigenar mi cerebro, algo muy importante cuando pasas muchas horas en un hospital inmerso en un montón de incertidumbres y preocupaciones.

Hay que decir que Alcorcón, que cuenta con unos 170.000 habitantes y es la cuadragésima urbe de España en lo que a población se refiere, es una de las localidades menos vistosas que he pisado en mi vida. Por explicarlo de manera gráfica, Alcorcón tiene el mismo interés turístico que Marte, allí no hay nada objetivamente destacable que ver, por lo que ni en la web del Ayuntamiento ni en ningún lado hay información turística alguna sobre la ciudad. Pese a esto, como ya he dicho otras veces, cuando en un lugar no hay nada que ver quiero comprobarlo por mí mismo, aunque siempre es bueno que a sitios así te lleven circunstancias concretas que sean lógicas. A mí me llevó a Alcorcón la operación de mi padre, pero aún así para conocer sus enclaves principales tuve que aprovechar que quería quedar con mi amiga Ruth para tener una excusa para buscarlos. Ella vive en Leganés, que está a dos paradas de metro, y vino a verme una tarde para tomar un café. Yo tenía ganas de salir del entorno de la clínica y su visita fue la motivación perfecta para dar una vuelta por el Centro, es decir, por el barrio que conforma el casco histórico alcorconero. Lo primero que tengo que decir de él es que es como una barriada popular gigante en la que no hay nada que evoque remotamente al pasado: Alcorcón tenía 759 habitantes en 1950 y esas pocas casas fueron arrasadas por el desarrollo urbanístico que convirtió en 30 años un pueblo de menos de 800 almas en un monstruo de 140.000. Ese aluvión humano, además, fue protagonizado mayoritariamente por gente humilde de otras regiones de España que se acercó a la capital en busca de trabajo, lo que definió desde el inicio el carácter de la población y su aspecto de barrio popular que he comentado.


Todo en el meollo de Alcorcón remite a ese ambiente de extrarradio, tanto los bares y comercios, como los pisos y la gente (vi a muchos mayores y a muchos inmigrantes de otros países, que han sido los protagonistas de la última ola de humilde acercamiento de personas a la capital de España). El lugar más agradable de esa zona céntrica es la arbolada Calle Mayor, que es peatonal y que cuenta con muchas tiendas.


La cercana Plaza de España, donde está el Ayuntamiento, y la contigua Plaza de los Reyes de España, donde está la Iglesia de Santa María la Blanca, conforman el núcleo arreglado de Alcorcón.


La Iglesia remonta su origen a finales del siglo XVI, momento en el que fue proyectada, aunque se acabó en el siglo XVIII y su torre es del XIX. En cualquier caso, es la única construcción de Alcorcón anterior al siglo XX.


Son estos los rincones más cuidados del centro de la ciudad. A lo demás le vi una pega, principalmente, y es que estaba todo bastante sucio. Aparte, el desgaste de las calles y de muchos de los edificios es evidente, pero el lugar tendría incluso un cierto carácter entrañable si no fuera por la suciedad que rezuma por doquier. Tiene delito que la Fuente de 1906, anunciada como el enclave de Alcorcón más antiguo que se conserva, con permiso de la Iglesia, esté rellena de agua sucia y de desperdicios (esta fuente, por otro lado, no parece tener un nombre definido y las pocas referencias que he encontrado de ella la denominan más o menos como yo lo he hecho).


El día que quedé con Ruth, además de dar una vuelta nos tomamos sendas cervezas en dos bares de los que yo llamo de batalla (aunque todos eran así). En el primero, llamado Cervecería Los Gigantes, nos pusieron una tapa de aliño que no nos comimos por su aspecto poco apetecible (yo la caté, por aquello de que hay que probarlo todo, pero poco más). En el segundo, el Bar Cuevas, ubicado en la Calle Nueva, perpendicular a la Calle Mayor y que comparte un poco su carácter, nos tomamos otra caña y disfrutamos del ratillo más agradable de la tarde, ya que su terraza no estaba mal y los mejillones que nos pusieron de acompañamiento se dejaron comer.


Como es lógico, Alcorcón no se limita al casco histórico, que ocupa solo un pequeño porcentaje de su territorio. De hecho, las circunstancias hicieron que también pudiera conocer otras dos grandes zonas que se parecen poco al Centro. La primera fue Parque Oeste, que llena prácticamente la esquina superior izquierda del municipio. Se trata de un barrio de expansión caracterizado por la presencia de un parque comercial enorme que está limitado por la autopista A-5 por el norte, por la M-50 por el oeste y que bordea por el otro lado los terrenos que la Universidad Rey Juan Carlos tiene en Alcorcón. Junto a ese campus y al parque comercial hay un amplio sector residencial de urbanizaciones de pisos. Se trata de la típica zona agradable pero impersonal. Allí la porquería es más difícil de encontrar, aunque tampoco es un lugar impoluto, pero al menos sí está más cuidado y es más homogéneo.


Se da la circunstancia de que inserto en ese citado parque comercial está el Hospital Quirónsalud Sur donde operaron a mi padre, así como el Hotel NH Alcorcón, que acabó convertido en nuestro cuartel general. Allí dormía mi madre y allí descansé yo a ratos durante el día (también mi hermana durante el lapso de tiempo en el que yo estuve en Sevilla y ella me dio el relevo como acompañante nocturno de mi padre).


En el hotel se portaron de maravilla y permitieron que utilizásemos la habitación de una manera poco ortodoxa (fuimos tres personas diferentes entrando y saliendo de una habitación doble más de una semana). Es un detalle que se agradece mucho. Por otro lado, el alojamiento está tan bien que se convirtió en todo un bálsamo el hecho de poder usar la ducha, el gimnasio y la cama para disfrutar de algunos momentos de relax. Yo solo dormí allí una noche (la anterior a la intervención), pero casi que disfruté más los ratos que pude pasar en el hotel los siguientes días.

En ese parque comercial del que hablaba también cenamos mi hermana y yo con mis tíos la noche antes de la operación. En concreto, lo hicimos en La Tagliatella, una franquicia de restaurantes italianos que siempre me ha gustado por su decoración, pero también por la comida, que es lo importante (los taglierine peperoncino e gamberi que me tomé estaban sensacionales). El hecho de cenar en una franquicia (una de tantas) ubicada en un centro comercial (el CC Alcor Plaza) inserto en mitad de un polígono comercial, no prometía, pero la verdad es que echamos un rato muy agradable.


La otra zona que pude explorar fue la de Parque Lisboa, que ocupa toda la parte anexa al Centro por el este. Por allí estuve paseando una tarde. Se trata de un amplio barrio que es residencial, como Parque Oeste, pero sus pisos no son tan modernos, parece ser un suburbio con algo más de nivel que el contiguo casco histórico, surgido ya en los 70 tras el arreón urbanístico inicial.


Parque Lisboa tiene una cosa muy buena y es que está lleno de zonas verdes. Los bloques de viviendas alcanzan en su mayoría las diez plantas y son muchos, pero se acertó al dejar trozos ajardinados delante de ellos, al construir buenas aceras y al repartir por todos lados plazoletas con árboles y jardines.


Es un sitio con toda clase de comercios donde se debe vivir bien, dentro de que estamos hablando de un entorno 100% urbano en una ciudad dormitorio y de que la pulcritud de las calles, como en el resto de Alcorcón, tampoco es la principal seña de identidad del barrio. De todas las zonas verdes comentadas destaca sobre todo el enorme Parque La Paz, por el que me di una vuelta. El mismo tiene unas pistas deportivas, abiertas sin trabas al publico en general, que están muy bien.


Alcorcón tiene otros barrios que no deben diferir demasiado de los que he descrito. Del resto de la población yo solo vi, el último día, el sector donde está el Estadio Municipal Santo Domingo. En efecto, la tarde antes de que a mi padre le dieran el alta me acerqué a la zona que queda al sur de Parque Oeste, en el extremo occidental de Alcorcón. Allí, en ese límite oeste está la Ciudad Deportiva Santo Domingo, un complejo que concentra una ingente cantidad de instalaciones deportivas y que me dejó sorprendido. Yo, además del estadio de fútbol, vi otro campo para entrenamientos futbolísticos, dos campos para practicar fútbol 7 y un sensacional recinto con una pista de atletismo, pero por lo visto eso es solo parte de lo que hay allí, ya que más allá hay, entre otras cosas, piscinas, pistas de tenis y un pabellón polideportivo cubierto. Todo muy bien mantenido. La verdad es que me pareció espectacular, con tantas facilidades y medios para practicar deporte de manera organizada no será raro empezar a ver pronto deportistas alcorconeros y alcorconeras que consiguen éxitos al más alto nivel en toda clase de disciplinas deportivas.


Con respecto al estadio de fútbol, en el mismo juega la Agrupación Deportiva Alcorcón, un club que no tiene mucha historia, ya que fue fundado en 1971 y militó en divisiones regionales y en tercera división hasta el año 2.000, pero que ha crecido rápido y mucho en los últimos tiempos, de manera paralela al crecimiento del propio municipio, que en el siglo XXI ha dejado de ser en exclusiva una ciudad dormitorio habitada por currantes para pasar a ser el destino de gente que también curra, pero que tiene un nivel de vida algo más elevado, como evidencian las últimas áreas de expansión construidas y también la espectacular Ciudad Deportiva Santo Domingo, acabada en 2013. De igual modo, la Agrupación Deportiva Alcorcón ya está asentada en segunda división, ha coqueteado con el ascenso a primera algún año y no me extrañaría que acabara jugando en la élite dentro de no mucho.

Realmente, el Estadio Municipal Santo Domingo no es muy grande, solo tiene capacidad para unos 5.100 aficionados, pero está muy cuidado, con la cosa de que pude entrar al interior gracias a una casualidad, y a que actué con decisión y un poco de descaro. En efecto, al acercarme al estadio me topé con una puerta abierta por la que decidí entrar por las buenas y que me condujo a pie de campo.


En realidad, la puerta estaba abierta porque acababa de salir por ella un operario de las instalaciones que no tardó en volver a entrar, tras lo cual la cerró. Para entonces yo ya estaba dentro.


El hombre me preguntó si deseaba algo y con sinceridad le respondí que solo quería echar un vistazo, a lo que no puso ningún impedimento.

En definitiva, Alcorcón resultó ser un lugar con escaso atractivo al que probablemente no vuelva, pero que había que ver, ya que gracias al hecho de patearme durante casi una semana la ciudad he comprendido mucho mejor como ha evolucionado la vida en el extrarradio sur de Madrid y como está el tema en la actualidad. En cualquier caso, una vez pasado en parte el bache de salud de mi padre, también me gusta pensar que los próximos sitios que voy a visitar en apenas una semana tienen interés no solo para frikis como yo, sino para todo el mundo.


Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado ALCORCÓN.
% de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Comunidad de Madrid: 23'1%.
% de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 33'1%.


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