Todos los años de mi vida he estado en Madrid alguna vez y este 2018 no va a ser la excepción. Tenía previsto ir en octubre, pero las circunstancias han hecho que haya podido echar un rato allí ahora en julio. La última visita, en agosto del año pasado, fue más amarga que dulce y esta tampoco ha sido plenamente gozosa, porque el imprevisto que me ha hecho pasar unos cuantos días de este azaroso mes en el centro de la Península ha tenido que ver con un problema grave de salud de mi padre. Realmente el tratamiento médico nos llevó a Alcorcón, pero antes de volver a Sevilla tuve la oportunidad de dar un breve paseito por Madrid y no la desaproveché (pude darme una vuelta por la parte del barrio de Lavapiés más cercana a la Estación de Atocha).
Resulta que tras pasar tres días en Alcorcón me disponía a volver a Sevilla cogiendo un AVE a las 16'00 horas, pero para evitar imprevistos y momentos de estrés me fui para Madrid antes de comer y allí me encontré con mi amiga Ruth, que se desplazó hasta Atocha para tomarse un bocadillo conmigo antes de que me fuera. Dado que teníamos tiempo decidimos salir de la estación y subir por la Calle Santa Isabel para comer en el Bar Benteveo, uno de sus favoritos.
Este bar tiene pinta de añeja tasca de barrio, pero en este caso el aspecto es simulado, ya que el establecimiento está regentado por tres argentinos que han modernizado el negocio sin modificar la estética clásica (uno de los dueños es, por lo visto, el actor Alberto Ammann, supongo que no se mete tras la barra, pero tengo entendido que se deja caer por allí de vez en cuando).
Yo para comer me tomé un simple bocadillo, un Lomito, pero se mucho de bocatas y puedo decir que este estaba muy bien preparado. También probé la empanada criolla, una deliciosa especialidad de la casa.
Sin necesidad de internarnos en el corazón del barrio, a otros niveles Lavapiés tampoco me decepcionó, ya que no hizo falta más que unos minutos de paseo para ver a una personalidad de cierta relevancia: en esta ocasión vi a Fernando León de Aranoa, que estaba sentado en la terraza de Lacaña, un bar del que ya he hablado en alguna otra ocasión.
Resulta que tras pasar tres días en Alcorcón me disponía a volver a Sevilla cogiendo un AVE a las 16'00 horas, pero para evitar imprevistos y momentos de estrés me fui para Madrid antes de comer y allí me encontré con mi amiga Ruth, que se desplazó hasta Atocha para tomarse un bocadillo conmigo antes de que me fuera. Dado que teníamos tiempo decidimos salir de la estación y subir por la Calle Santa Isabel para comer en el Bar Benteveo, uno de sus favoritos.
Este bar tiene pinta de añeja tasca de barrio, pero en este caso el aspecto es simulado, ya que el establecimiento está regentado por tres argentinos que han modernizado el negocio sin modificar la estética clásica (uno de los dueños es, por lo visto, el actor Alberto Ammann, supongo que no se mete tras la barra, pero tengo entendido que se deja caer por allí de vez en cuando).
Yo para comer me tomé un simple bocadillo, un Lomito, pero se mucho de bocatas y puedo decir que este estaba muy bien preparado. También probé la empanada criolla, una deliciosa especialidad de la casa.
Sin necesidad de internarnos en el corazón del barrio, a otros niveles Lavapiés tampoco me decepcionó, ya que no hizo falta más que unos minutos de paseo para ver a una personalidad de cierta relevancia: en esta ocasión vi a Fernando León de Aranoa, que estaba sentado en la terraza de Lacaña, un bar del que ya he hablado en alguna otra ocasión.
Antes de volver a Atocha nos detuvimos en el Zero Point Coffee Shop. La mejor prueba de que este lugar no defraudará a los amantes del café es que yo me pedí uno solo, me lo tomé sin azúcar ni edulcorante... y me encantó. Fui a saco, un café solo a pelo, y no me arrepentí, porque fue una explosión de sabor. Zero Point Coffee Shop no es un lugar barato, pero para disfrutar del encanto amargo del café es un lugar perfecto.
La visita no dio para más. Después del almuerzo y de la breve parada cafetera no quedó otra que volver a Atocha para no perder el AVE.
Antes atravesamos de nuevo la Plaza de Juan Goytisolo, que estaba desolada, pero que se encuentra a los pies de la fachada del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Nada más que por eso dicha plaza se merece una parada que permita alzar la vista y recordar que en Madrid, si se llega en tren, no hay que alejarse apenas de la estación para percibir todo lo bueno que es capaz de ofrecer.
Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado MADRID.
En 1988 (primera visita consciente), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Comunidad de Madrid: 7'7% (hoy día 19'2%).
Antes atravesamos de nuevo la Plaza de Juan Goytisolo, que estaba desolada, pero que se encuentra a los pies de la fachada del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Nada más que por eso dicha plaza se merece una parada que permita alzar la vista y recordar que en Madrid, si se llega en tren, no hay que alejarse apenas de la estación para percibir todo lo bueno que es capaz de ofrecer.
Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado MADRID.
En 1988 (primera visita consciente), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en la Comunidad de Madrid: 7'7% (hoy día 19'2%).
En 1988 (primera visita consciente), % de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 4'4% (hoy día 32'2%).
Reto Viajero PRINCIPALES CIUDADES DEL MUNDO
Visitado MADRID.
En 1988 (primera visita consciente), % de Principales Ciudades del Mundo que están en Europa que ya estaban visitadas: 2'7% (hoy día 40'5%).
En 1988 (primera visita consciente), % de Principales Ciudades del Mundo que ya estaban visitadas: 1% (hoy día 17'%).
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