6 de julio de 2018

CARRERA NOCTURNA BRENES 2018

Con independencia del nivel deportivo que alcance en ellas, desde el punto de vista humano hay carreras a las que me apunto y que pasan sin pena ni gloria, y, en cambio, hay otras que, sin comerlo ni beberlo, se convierten en una fiesta. En efecto, ocurre que, a veces, a determinadas pruebas voy solo, y allí no me encuentro con nadie conocido, por lo que esas citas se convierten en "una carrera más". En las mismas, me divierto haciendo deporte, porque me gusta correr y competir, pero poco más. En otras ocasiones, sin embargo, se dan una serie de circunstancias, que convierten la experiencia en una especie de reunión de amigos, en la que la carrera acaba siendo una simple excusa para echar un buen rato. El sábado, en Brenes, esto último es justo lo que pasó.

Hay que decir que yo no tenía intención de participar, en principio, en la primera edición de la Carrera Nocturna Brenes. Mi idea era ir a Dos Hermanas, a correr su nocturna, pero, en esta competición, la pelea por conseguir un dorsal se ha desquiciado del todo, y me quedé fuera, el mismo día en el que se abría el plazo de inscripción (hasta el año pasado había que estar pendiente, porque se acababan los dorsales en pocas horas, pero este 2018 se agotaron en un par de segundos, fue una locura). En circunstancias normales, tampoco le hubiera dado importancia al tema, pero, en este caso, me dio especial coraje, porque me había comprometido a apuntar a esa prueba a María, a una amiga nuestra y a otro amigo. Los tres son corredores desde hace tiempo, pero tienden a perder la forma física periódicamente, y, dado que ahora están en su mejor momento, y que me pidieron, con motivación, que les apuntara a alguna carrera a finales de junio, me dio pena no lograrlo. Para remediarlo, busqué una alternativa, y la nocturna brenera resultó ser una buena opción, ya que era más corta que la nazarena, pero coincidían, tanto la fecha, como la hora. Además, el desplazamiento era similar en distancia, y su trazado no parecía presentar dificultades. En consecuencia, la cita quedó fijada en Brenes.


Pese a eso, al poco de inscribirnos en la carrera, el fin de semana se complicó, en el buen sentido, para María y para mí, ya que el sábado nos invitaron, con niñas incluidas, a un día de barbacoa y piscina entre amigos, que incluía alojamiento nocturno. Era demasiado tentador como para decir que no, así que decidimos ir a echar la jornada, marcharnos a la hora conveniente a correr, dejando a Ana y a Julia con nuestros amigos, y volver después. Sin embargo, para mi sorpresa, prácticamente sobre la marcha vi que la casa donde iba a celebrarse la fiesta veraniega estaba a escasos 4 kilómetros de Brenes. La provincia de Sevilla es enorme, yo la zona donde está este pueblo, en la corona metropolitana de la capital por el norte, no la conozco casi nada, apenas he ido por allí, por lo que fue una auténtica casualidad que coincidiera, hasta ese punto, el lugar de la prueba, con el sitio en el que está la parcela donde íbamos a echar el día. Ni haciéndolo a posta...

El caso es que echamos la jornada piscinera, y, con una hora de antelación, María y yo nos preparamos para ir a Brenes, con la cosa de que se unieron al plan deportivo, sobre la marcha, tres amigos más, que estaban con nosotros en la barbacoa, por lo que, al final, nos acabamos juntando en la salida un improvisado grupo de siete personas. Fue un rato sensacional.


Desde el punto de vista deportivo, la carrera tampoco fue mal. Después de un día relajado, pero poco apropiado, si lo que se pretende es correr a tope por la noche, y, tras conseguir un dorsal para que no tuvieran que competir en plan pirata los tres que no estaban apuntados, me intenté centrar en la competición. Por fortuna, la distancia de la prueba se limitaba a 6.300 metros, y el perfil de la misma era totalmente llano, por lo que no auguraba debacles, a pesar de haber estado hasta las siete de la tarde bebiendo botellines, y comiendo sardinas y carne. El hecho de haberme pegado gran parte de la jornada de pie sí podía pasarle factura a mis piernas, pero, a las diez de la noche, me sentía bastante más fresco de lo esperado, dadas las circunstancias. Por otro lado, a finales de junio, en años pretéritos he sufrido auténticos calvarios participando en nocturnas, por culpa del calor, pero este verano estamos teniendo un tiempo muy fresquito, y la temperatura era perfecta.

La carrera, como pensaba, no tuvo cuestas, y la disputé de manera mucho más estable que la de Camas, hace dos semanas. Afortunadamente, he recuperado rápido la capacidad para prever cual es el ritmo apropiado, y mantenerlo sin altibajos de principio a fin. Esta vez, acabé en el puesto 93 de 406 atletas llegados a meta, con un tiempo de 25:53. Corrí a una media de 4:15, y el resultado fue aceptable, dada la accidentada primavera que he vivido, y el día que llevaba.


Lo que sí tuvo la carrera fue un poco de callejeo al principio, ya que, durante 2 kilómetros, nos dedicamos a dar vueltas alrededor de la zona donde estaba ubicada la salida y la meta (ese tramo está marcado en rojo en el plano de arriba). El circuito también tuvo muchos adoquines, lo que acabó siendo un latazo. Yo diría que, al menos, 2.500 de los 6.100 metros que, al final, tuvo la prueba, discurrieron por terreno adoquinado. Brenes, por último, tampoco es un pueblo especialmente llamativo, por lo que la carrera no deparó estampas vistosas a los corredores.

A pesar de todo, recorrer la recta de meta, atestada de gente, compensó los inconvenientes. En general, el pueblo salió a la calle para animar a los atletas, y eso, para mí, es casi lo más importante. Por otro lado, la segunda parte del recorrido fue mucho más recta que la primera. Así, atravesamos el pueblo por sus principales arterias, lo cual se agradeció. Además, la bolsa del corredor también estuvo a la altura, y a la organización del evento, en general, hay que darle un diez.

No puedo acabar este post, sin destacar que esta ha sido la primera vez que he corrido en Brenes, por lo que he dado un pequeño paso en mi propósito de participar al menos en una carrera en cada pueblo de la provincia de Sevilla. Desde que empecé a escribir en este blog, no le había prestado atención a ese reto. Ya tocaba.


Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en BRENES.
% de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que he corrido una Carrera: 35'2%.

Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 214.
% del Total de Carreras a completar: 21'3%.


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