6 de marzo de 2019

CASCADAS DEL HUESNA 2019

El Río Huesna es un afluente del Río Guadalquivir que solo mide 65 kilómetros y que nace en el municipio sevillano de San Nicolás del Puerto, en un manantial que está al sur de su pequeño casco urbano, muy cerca del mismo. Lo primero que llama la atención de este río es que su nombre es bastante confuso, el oficial es el que yo he usado, pero en la región se le conoce popularmente como Río Huéznar y también se le llama Rivera de Huéznar, Ribera del Huesna Rivera del Huéznar. Las variantes parecen infinitas, no se realmente por qué. Yo me voy a referir a él usando su nombre oficialmente establecido, aunque su otras denominaciones se leen con frecuencia en toda clase de libros, carteles y mapas.


Para añadir un poco más de confusión al tema, el primer tramo del río, que discurre por el sur de San Nicolás, es denominado en muchos sitios Arroyo del Pozuelo. Después de un kilómetro ese curso de agua se une al Río Galindón (o Arroyo de Los Parrales en otras fuentes), que roza San Nicolás por el norte, y continúa otro par de kilómetros con un nombre que ya no se sabe ni cual es, hasta que llega a las Cascadas del Huesna. A partir de ahí ya sí se le pasa a denominar de alguna de las maneras que he nombrado en el primer párrafo.

El caso es que de las Cascadas del Huesna es de lo que yo quería hablar, pero antes quería ponerlas en contexto. Las mismas son un conjunto de saltos de agua formados bajo un bosque de galería, el cual se extiende por un área de poco más de 1'5 hectáreas. Todo ese espacio que rodea las pequeñas cascadas fue convertido en Monumento Natural en 2001 para tratar de protegerlo, de hecho está prohibido bañarse en el río.


El caso es que las cataratas forman al caer unas pequeñas pozas en las que sumergirse debe ser muy agradable, me imagino que la gente de los alrededores se remojaba ahí de toda la vida, pero en la actualidad permitir el baño en ellas, con la afluencia de visitantes que tiene la zona, supondría el fin del paisaje natural, por lo que veo acertado que se hayan prohibido los chapuzones en el río.

Antes de visitar la pasada semana las Cascadas yo ya había estado allí dos veces. Pese a esto, en ambas ocasiones me limité a asomarme a una barandilla de madera que está colocada junto al salto de agua superior. La primera vez, en 2004, me quedé satisfecho, pero casi sin querer volví en agosto de 2016.


En esa segunda ocasión me fijé mejor y me pareció que el monumento no podía limitarse a lo que se ve desde arriba. Sin embargo, era pleno verano, hacía un calor de mil demonios y no pude explorar bien el entorno. Por aquel entonces ya escribía este blog, pero decidí no dedicarle un post a las pequeñas cataratas hasta que no pudiera verlas en profundidad. Ese momento ha llegado ahora.


El pasado domingo, en efecto, tuve ocasión de visitar con detenimiento todos los recovecos del monumento natural. Para ver bien las Cascadas lo primero que hicimos fue pasar por debajo de la valla que hay junto a la catarata superior y que impide bordear la ribera del río. A pesar de los reparos que me provocó obviar la barandilla, no pone en ningún sitio que esté prohibido el paso, yo creo que la misma es un elemento que invita a la precaución, más que vetar el descenso.


Atravesar la valla permite empezar a bajar por la margen del río para ir viendo las cataratas que se forman en los diferentes saltos. La primera cascada, que es la que se ve caer desde la barandilla, desde arriba es bonita.


Sin embargo, una vez que se ha descendido un poco es cuando se aprecia de verdad lo espectacular que es el enclave y entonces se entiende bien por qué lo han declarado Monumento Natural.



Después de ese primer salto hay otros tres más. El Río Huesna es uno de los cauces de agua con mayor desnivel absoluto de la cuenca del Guadalquivir, ya que en poco más de 60 kilómetros desciende 500 metros de altura.



Bajar por la orilla del río no es difícil, lo puede hacer un niño pequeño, pero hay que andarse con ojo, eso sí, ya que el terreno rocoso es abrupto y uno puede hacerse mucho daño si se cae.


Hay mucha gente que atraviesa la valla y baja. Nosotros lo hicimos con cuidado, respetando las márgenes del río, y en general todas las personas que vi se comportaron de la misma manera. Como he dicho, el baño está prohibido en las pozas y yo no vi a nadie haciendo cosas raras.

Al llegar al nivel en el que el torrente ya empieza a correr por un terreno menos escarpado se aprecia mejor aún lo bonito que está el paisaje a finales del invierno, aunque cuando vine en verano vi que el manantial que abastece las cataratas se mantiene a tope incluso en época estival.


Una vez abajo vi que allí hay un acceso a la ribera que no está vallado. Si el recorrido se hace a la inversa, por tanto (se sube por la margen, en vez de descender), no hay impedimentos de ningún tipo que impidan el paso. Eso me acabó de convencer de que no hay restricciones reales a la circulación arriba y abajo de la orilla para ver las Cascadas.

Nosotros, tras echar un buen rato en ese entorno cogimos un sendero que empieza al pie de las cataratas y que va bordeando el Río Huesna hasta su nacimiento. De ese trayecto hablaré en el próximo post, que dedicaré al pueblo de San Nicolás del Puerto.


Reto Viajero MARAVILLAS DE ANDALUCÍA
Visitado CASCADAS DEL HUESNA.
En 2004 (primera visita), % de Maravillas de Andalucía visitadas en la Provincia de Sevilla: 37'5% (hoy día 62'5%).
En 2004 (primera visita), % de Maravillas de Andalucía visitadas: 14'8% (hoy día 35'5%).


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