Moguer es un municipio de la provincia de Huelva que cuenta con cuatro núcleos habitados, aunque dos de ellos no superan los 60 vecinos. Los dos que sí tienen una cierta entidad son la homónima capital municipal y Mazagón, que es la población que se ha desarrollado junto a la costa, dado que el pueblo de Moguer está tierra adentro.
Yo estuve en Moguer pueblo en 2015, pero en este post no voy a hablar del mismo, prefiero hacerlo cuando lo vuelva a visitar para, entre otras cosas, entrar en la casa natal de Juan Ramón Jiménez, que es algo que tengo pendiente. Hoy mejor me voy a centrar en Mazagón, aprovechando que a principios de semana estuve pasando un par de días en el Parador que tiene a las afueras.
Como he dicho, Mazagón está junto al mar. Esta población y Matalascañas son los dos únicos núcleos urbanizados que hay en los más de 60 kilómetros de la costa de Huelva que van desde la desembocadura del Río Guadalquivir hasta la del Río Odiel. Sin embargo, Mazagón no se parece demasiado a Matalascañas, ya que no tiene tantos pisos, los pocos que hay están espaciados y no se encuentran en primera línea de playa.
La estructura de Mazagón como asentamiento es simple, porque el pueblo está vertebrado por dos larguísimas, rectas y planas calles que van paralelas a la costa, una junto al mar y la otra junto a la A-494. Lo que hay en medio está organizado de una manera bastante regular y en su mayor parte son casas unifamiliares. Aparte, se da la circunstancia que no todo el casco urbano mazagonense pertenece a Moguer, realmente el extremo oeste de la población está ya en el término de Palos de la Frontera, pero de las 4.000 personas que hay censadas allí el 80% viven en territorio moguereño.
Mazagón presenta tres particularidades: la primera es que es no tiene paseo marítimo, pese a que está al borde del océano. En efecto, entre la playa y la Avenida de los Conquistadores, que es la calle que va paralela a la costa, lo que hay son grandes chalets que dan directamente a la arena. La segunda particularidad es que la citada avenida está a nivel del mar, mientras que la otra larga calle que encierra el núcleo por el norte se sitúa a 38 metros de altura, pese a que solo se halla unos 800 metros tierra adentro. Sin embargo, lo que queda entre medias no está en su mayor parte en cuesta, ya que Mazagón se extiende sobre un terreno elevado pero llano que llega hasta casi la costa y baja poco antes de llegar al mar esa treintena de metros de manera algo brusca, pero no tan abrupta como en otros puntos del litoral de Huelva. La tercera particularidad es que el epicentro de la localidad no está en realidad centrado en ella, sino pegado a su lado oeste. Más allá sigue habiendo casas en el área que pertenece a Palos, pero la población tiene forma de cometa: el meollo se ubica en uno de sus extremos y hacia el este se va difuminando en lo que sería la cola del astro.
Como he comentado, a comienzos de la presente semana estuve dos días en el Parador de Mazagón, que está aislado entre pinos a unos kilómetros de distancia del pueblo. A pesar de esto fui dos veces allí, la primera a comer y la segunda a darme una vuelta para recordar viejos tiempos. Con respecto a esto último, la verdad es que en Mazagón pasé cuando rondaba los 20 años un montón de buenos momentos, ya que en la Urbanización Ciparsa tenían alquilada una casa los padres de mi amigo Nacho, y en ella vivimos muy buenos ratos varias veces (gran parte de Ciparsa es, precisamente, el sector de Mazagón que pertenece a Palos, pero esa casa estaba en el que aún es de Moguer). Luego en otra ocasión también fui al Albergue Inturjoven Mazagón, que ya ha desaparecido, e incluso en 2011 fui a correr la Carrera Popular Playas de Mazagón, sin contar las veces que he ido a la zona simplemente a echar un día playero. Han sido, en definitiva, un montón de buenos momentos los que he pasado allí, y por ello el martes antes de regresar a Sevilla quise ir a dar una vuelta por la zona que ejerce de centro en el pueblo, con la idea de tomar un helado en la Heladería Jijona, que da a la Avenida Fuentepiña.
En Jijona los helados siguen estando igual de ricos aunque hayan pasado 20 años, pero me sorprendió mucho como ha cambiado el tipo de gente que ahora se ve por la calle, ya que a media tarde no exagero si digo que el 60% o 70% de los viandantes que pude ver era de origen africano. La razón, evidentemente, es que el famoso fresón de Palos, cuyo cultivo copa el término municipal palermo y ocupa también parte del de Moguer, ha convertido en un mar de plástico toda esa zona, siendo la mano de obra inmigrante la que saca para adelante la mayoría de la producción. La temporada alta de la recogida de frutos rojos en la zona va de febrero a mayo, por lo que estamos en su cenit, supongo que en junio el perfil de la concurrencia cambiará, pero por mi parte lo único que puedo decir tras el paseo por Mazagón del otro día es que el ambiente que se respiraba era extremadamente plácido y agradable.
Por otro lado, como he dicho, el día antes había estado comiendo con mi madre en el Restaurante El Remo, que está ubicado en una de las edificaciones que se encuentran en primera línea de playa.
Almorzar allí fue un privilegio de esos que se quedan en la memoria, ya que el restaurante tiene una terraza que da al mar y en ella disfrutamos de la tranquilidad más absoluta. Allí, bajo el agradable sol de mediodía del mes de abril disfruté de una dorada al horno y de unas gambas de primer nivel (todo estaba fresquísimo y no fue caro).
En definitiva, Mazagón es uno de esos sitios adonde me gusta volver de vez en cuando para recordar momentos felices, con la cosa de que cada vez que vuelvo sigo pasando ratos entrañables, lo que hace que no le vaya a hacer ascos a nuevas visitas en el futuro.
La estructura de Mazagón como asentamiento es simple, porque el pueblo está vertebrado por dos larguísimas, rectas y planas calles que van paralelas a la costa, una junto al mar y la otra junto a la A-494. Lo que hay en medio está organizado de una manera bastante regular y en su mayor parte son casas unifamiliares. Aparte, se da la circunstancia que no todo el casco urbano mazagonense pertenece a Moguer, realmente el extremo oeste de la población está ya en el término de Palos de la Frontera, pero de las 4.000 personas que hay censadas allí el 80% viven en territorio moguereño.
Mazagón presenta tres particularidades: la primera es que es no tiene paseo marítimo, pese a que está al borde del océano. En efecto, entre la playa y la Avenida de los Conquistadores, que es la calle que va paralela a la costa, lo que hay son grandes chalets que dan directamente a la arena. La segunda particularidad es que la citada avenida está a nivel del mar, mientras que la otra larga calle que encierra el núcleo por el norte se sitúa a 38 metros de altura, pese a que solo se halla unos 800 metros tierra adentro. Sin embargo, lo que queda entre medias no está en su mayor parte en cuesta, ya que Mazagón se extiende sobre un terreno elevado pero llano que llega hasta casi la costa y baja poco antes de llegar al mar esa treintena de metros de manera algo brusca, pero no tan abrupta como en otros puntos del litoral de Huelva. La tercera particularidad es que el epicentro de la localidad no está en realidad centrado en ella, sino pegado a su lado oeste. Más allá sigue habiendo casas en el área que pertenece a Palos, pero la población tiene forma de cometa: el meollo se ubica en uno de sus extremos y hacia el este se va difuminando en lo que sería la cola del astro.
Como he comentado, a comienzos de la presente semana estuve dos días en el Parador de Mazagón, que está aislado entre pinos a unos kilómetros de distancia del pueblo. A pesar de esto fui dos veces allí, la primera a comer y la segunda a darme una vuelta para recordar viejos tiempos. Con respecto a esto último, la verdad es que en Mazagón pasé cuando rondaba los 20 años un montón de buenos momentos, ya que en la Urbanización Ciparsa tenían alquilada una casa los padres de mi amigo Nacho, y en ella vivimos muy buenos ratos varias veces (gran parte de Ciparsa es, precisamente, el sector de Mazagón que pertenece a Palos, pero esa casa estaba en el que aún es de Moguer). Luego en otra ocasión también fui al Albergue Inturjoven Mazagón, que ya ha desaparecido, e incluso en 2011 fui a correr la Carrera Popular Playas de Mazagón, sin contar las veces que he ido a la zona simplemente a echar un día playero. Han sido, en definitiva, un montón de buenos momentos los que he pasado allí, y por ello el martes antes de regresar a Sevilla quise ir a dar una vuelta por la zona que ejerce de centro en el pueblo, con la idea de tomar un helado en la Heladería Jijona, que da a la Avenida Fuentepiña.
En Jijona los helados siguen estando igual de ricos aunque hayan pasado 20 años, pero me sorprendió mucho como ha cambiado el tipo de gente que ahora se ve por la calle, ya que a media tarde no exagero si digo que el 60% o 70% de los viandantes que pude ver era de origen africano. La razón, evidentemente, es que el famoso fresón de Palos, cuyo cultivo copa el término municipal palermo y ocupa también parte del de Moguer, ha convertido en un mar de plástico toda esa zona, siendo la mano de obra inmigrante la que saca para adelante la mayoría de la producción. La temporada alta de la recogida de frutos rojos en la zona va de febrero a mayo, por lo que estamos en su cenit, supongo que en junio el perfil de la concurrencia cambiará, pero por mi parte lo único que puedo decir tras el paseo por Mazagón del otro día es que el ambiente que se respiraba era extremadamente plácido y agradable.
Por otro lado, como he dicho, el día antes había estado comiendo con mi madre en el Restaurante El Remo, que está ubicado en una de las edificaciones que se encuentran en primera línea de playa.
Almorzar allí fue un privilegio de esos que se quedan en la memoria, ya que el restaurante tiene una terraza que da al mar y en ella disfrutamos de la tranquilidad más absoluta. Allí, bajo el agradable sol de mediodía del mes de abril disfruté de una dorada al horno y de unas gambas de primer nivel (todo estaba fresquísimo y no fue caro).
En definitiva, Mazagón es uno de esos sitios adonde me gusta volver de vez en cuando para recordar momentos felices, con la cosa de que cada vez que vuelvo sigo pasando ratos entrañables, lo que hace que no le vaya a hacer ascos a nuevas visitas en el futuro.
Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado MOGUER.
En 1996 (primera visita incompleta), % de Municipios ya visitados en la Provincia de Huelva: 6'3% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2015, 29'1%).
En 1996 (primera visita incompleta), % de Municipios de Andalucía ya visitados: 2'7% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2015, 19'9%).
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