29 de agosto de 2021

COLUNGA 2021

Otra de las excursiones que hemos hecho este verano, durante nuestra estancia en Llanes, ha sido a Lastres, aprovechando que han estado con nosotros Dani y Ángela, y que, por ello, era preceptivo hacer un recorrido por los lugares más destacados del oriente del Principado de Asturias. El día de Lastres también fuimos al Museo del Jurásico, que se halla muy cerca. Eran dos planes indispensables en nuestras circunstancias. Además, para redondear la jornada comimos en Colunga, que ejerce de capital del concejo del mismo nombre. Lastres está en él, al igual que el museo.


Con respecto al Museo del Jurásico, yo ya estuve en él en 2016, pero en aquella ocasión no comenté nada en este blog. Ahora sí pega hacerlo, porque exploramos el concejo de Colunga con más intensidad y la visita museística encaja en el contexto de este post.

El Museo del Jurásico (MUJA) se inauguró en 2004 y tiene varias cosas a su favor. Una de ellas es que está en un sitio precioso.


Aparte, realmente es un museo entretenido. No obstante, es un lugar al que solo es lógico ir si se tienen niños y, aunque yo he ido dos veces, no tiene mucho sentido hacer doblete en él, porque no aporta más que un rato de entretenimiento, similar al de ir al cine. Yo, cuando voy a un museo, lo que quiero es ver piezas originales. Poner tus ojos en ellas es lo que le da valor a la experiencia. Para mí, ver reproducciones detrás de una vitrina es como mirar fotos sentado en el sofá de casa. De hecho, a nadie se le ocurriría visitar el Museo del Prado si estuviera lleno de réplicas de los cuadros. Se va hasta allí y se paga la entrada para disfrutar las obras de arte que crearon los grandes pintores, las que tuvieron entre sus manos. Por eso, cuando voy a un museo, ya sea una pinacoteca, uno arqueológico o uno paleontológico como el MUJA, lo que no espero es encontrarme copias. Por desgracia, en el Museo del Jurásico casi todas las cosas expuestas son duplicados. Me parece que solo eran auténticos algunos fósiles.



Lo de que el museo sea muy divulgativo lo valoro positivamente, pero eso no está reñido con el hecho de mostrar piezas originales, que es lo que le da sentido al desplazamiento que uno hace. Ir y pagar una entrada para ver una réplica de unos huesos, modelados con láser hace quince años, no me motiva mucho. Ni siquiera aunque me reproduzcan los esqueletos de dos Tyrannosaurus rex copulando...



Sí, sí, uno de ellos le está dando fuerte y flojo al otro. No me podía creer que hubieran hecho ese montaje, pero es así.

En el museo hay bastantes esqueletos reconstruidos de dinosaurios, pero los demás no están tan jocosamente colocados como los de los tiranosaurios. Por ejemplo, en la imagen que sigue hay un Camarasaurus en una posición bastante menos chocante.


En cualquier caso, lo cierto es que cuando uno va al cine normalmente echa un buen rato, y en el MUJA, pues también se pasan un par de horas relajadas, la verdad. Además, si uno tiene suerte, como tuvimos nosotros, y sale una mañana climatológicamente deliciosa, pues acaba echando casi una hora extra de gozoso relax en la pradera exterior del edificio, en la que hay numerosas distracciones para los niños.


En definitiva, en el contexto de la semana asturiana que hemos pasado, en la que ha primado el hecho de pasar el tiempo entretenidos con la familia de Dani, por encima de nuestras habituales pretensiones de profundizar en el conocimiento del Principado de Asturias, la visita al Museo del Jurásico estuvo simpática.

Tras la misma, llegó el momento de comer. En la semana de vacaciones que nos hemos pegado con Dani, Ángela y Hugo, nuestros almuerzos se han basado, casi por completo, en los bocadillos. Sin embargo, el día de Colunga decidimos darnos un homenaje y reservé en Casa Laureano.

Casa Laureano es un restaurante del que había oído hablar bien, pero nunca había almorzado en él. Por ello, corrí un cierto riesgo a la hora de llevar allí a Dani y a Ángela, porque no tenía ninguna referencia real de primera mano. La apuesta no salió mal, aunque no es el mejor sitio donde he comido. Como primera cosa positiva que nos encontramos, estuvo el hecho de que resultó muy fácil aparcar cerca del restaurante. Además, la terraza que tiene me resultó muy agradable.


Por último, lo que comimos estuvo bien, yo volvería, aunque, como he dicho, a lo que tomamos no le pude dar un sobresaliente. Tuvimos la oportunidad de pedir un menú, pero aún así no fue barato. Además, me resultó raro que ni la cerveza ni el café estuvieran incluidos en dicho menú. Para beber, las opciones eran vino peleón con gaseosa o agua. En ese aspecto, el menú estaba al nivel de uno del comedor de la universidad. Tampoco pude cambiar el postre por un café, como ocurre casi siempre. En consecuencia, me pedí aparte, tanto la bebida como el café, y eso subió el precio de un menú que, ya de por sí, tenía un coste medio. Al final, lo que comprobamos es que en el Restaurante El Sucón, donde habíamos estado unos días antes, a la carta habíamos comido más y mejor, por menos dinero. Las comparaciones son odiosas, pero hay veces que las cosas caen por su propio peso. De todas formas, la comida estuvo buena y tampoco quiero que parezca que nos clavaron. El almuerzo en Casa Laureano fue correcto, sin más. No es poco.

Después de comer me di un pequeño paseo para ir a ver la Plaza del Monumento. Yo ya había estado una vez en Colunga capital y la recordaba. Lo gracioso es que, a pesar de su nombre, en esa plaza no hay ningún monumento. Por lo visto, el espacio fue remodelado en 2009 y se diseñó para que en su centro hubiera una fuente, pero la misma no está...



Me hubiera gustado ir también a la Plaza del Ayuntamiento, que la recuerdo de la visita de 2011, pero no tuve tiempo. No obstante, conservo esta foto de Anita en ella, cuando era un mico.


En esta ocasión, para rematar la excursión, tras la comida nos acercamos a Lastres, que realmente es el principal lugar del concejo en cuanto a capacidad de atracción. De hecho, Lastres es de esos pueblos que todo el mundo visita cuando va a Asturias. Sus casas se desparraman por una ladera y van a caer a la zona de la playa y del puerto. Es un sitio muy pintoresco, lleno de callecitas empedradas en cuesta. 



Entre 2009 y 2011 el pueblo se hizo especialmente famoso, porque se usó de escenario en la serie Doctor Mateo, que tuvo cierto éxito en la televisión. La misma tenía lugar en una localidad llamada, en teoría, San Martín del Sella. En realidad, era Lastres. Dicha serie tenía un montón de exteriores y la población multiplicó su notoriedad. Yo ya había estado allí en 1999. Luego regresé en abril de 2010, justo cuando se encontraba en la cresta de la ola y habían hecho, incluso, una ruta mostrando las localizaciones que aparecían en la tele.


En esta ocasión, nosotros aparcamos en la zona portuaria y, por un momento, me temí que la visita iba a ser un desastre, porque acabábamos de comer, llevábamos en danza desde la mañana, y el pueblo es una sucesión de calles en cuesta y escaleras.



Sin embargo, nos pusimos a pasear con calma, charlando, y cuando nos dimos cuenta habíamos subido hasta arriba, recorriendo la Calle Real. Llegamos hasta el Monumento a las Sardineras y hasta el Antiguo Lavadero. Más allá ya queda poco pueblo.



Luego bajamos por otro camino, disfrutando del entramado de pequeñas callejuelas y escalinatas. Eso nos permitió pasar por delante de la Torre del Reloj, ubicada en una especie de ensanchamiento que tiene la Calle Reloj. Es muy bonita.



Tirando hacia abajo por unas estrechas escaleras también vimos, en un pequeño callejón, la Capilla del Buen Suceso, que data del siglo XVI y estaba ligada a los mareantes, es decir, a las personas relacionadas con el mundo de la navegación. 


Al grupito de casas en el que está la capilla se le denomina Barrio del Buen Suceso. Por lo visto, el mismo era, antaño, el barrio de los balleneros. Desde allí, enlazamos con las Escaleras de la Fragua, construidas en el siglo XVII sobre el sendero que los pescadores de Lastres usaban cada madrugada, desde hacía 300 años, para ir desde sus casas hasta el puerto, para coger sus embarcaciones. En esa escalinata había comenzado nuestra subida y acabó, igualmente, la bajada.

En definitiva, ya he presentado el concejo de Colunga. Lastres es un referente en él y no descarto volver, con la idea de hablar de los puntos de la población que el otro día no pisamos. Aparte, en el término municipal también hay cositas aún por ver, así como en la capital del concejo. En esta, es posible que la próxima vez que vuelva hayan construido, por fin, el monumento en la plaza del ídem.


Mientras, el próximo post estará dedicado a Llanes, que, como de costumbre, fue donde más horas echamos a lo largo de nuestra semana de vacaciones.


Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado COLUNGA.
En 1999 (primera visita incompleta), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en Asturias: 46'6% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2011, 60%).
En 1999 (primera visita incompleta), % de Poblaciones Esenciales de Asturias ya visitadas: 15'9% (hoy día, confirmada ya esta visita desde 2011, 35'7%).


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