31 de enero de 2022

MEDIO MARATÓN DE SEVILLA 2022

Los turnos de trabajo y la COVID-19 sabotearon el calendario atlético que me había hecho en Navidades para enero y febrero de 2022. Lo cierto es que lo del curro era previsible. Hace unos meses me apunté para hacer servicios extraordinarios en la biblioteca, lo que implica, en mi caso, trabajar seis domingos al año, a lo largo de los tres periodos de exámenes universitarios. En este cuatrimestre me tocaban dos domingos. Lo que pasa es que en diciembre aún no tenía el cuadrante y me anoté en la agenda un par de pruebas para finales de enero y principios de febrero, confiando en que no coincidieran con los días en los que iba a tener que cumplir con mis obligaciones laborales. Sin embargo, Murphy volvió a hacer de las suyas y me fastidió sendas citas, porque tras las Navidades supe que los dos domingos de las carreras elegidas por desgracia coincidían con los que yo tenía que ir a la biblioteca. En teoría podía correr en otros lugares los demás fines de semana, pero la pandemia hizo el resto para que tuviera muy complicado hacerlo, dado que el virus hizo estragos entre mis compañeros, y en el primer tramo de apertura extraordinaria de la biblioteca de este curso no voy a tener más remedio que trabajar cuatro domingos. Eso está bien, porque casi me voy a quitar ya todas las horas que tengo que echar en 2022, pero, en contrapartida, me di cuenta de que no iba a poder participar en nada hasta marzo. En efecto, teniendo en cuenta lo del trabajo y que los dos últimos findes de febrero voy a estar de viaje, solo tenía libre el fin de semana del 29 y 30 de enero, pero en él parece que el universo atlético de Andalucía occidental y del sur de Extremadura se detienen para rendirle pleitesía al Medio Maratón de Sevilla


Ese fin de semana no había ninguna prueba además de esa, pero yo no estaba apuntado y las inscripciones estaban cerradas. En consecuencia, renuncié a competir hasta casi primavera. No obstante, hace pocos días surgió la posibilidad de aprovechar el dorsal de un conocido y decidí obviar que no está permitido correr en nombre de otra persona. Lo se. No es buena idea participar en una carrera con un número ajeno. Sin embargo, al hacerlo el riesgo que ello conlleva lo asume el corredor, ya que no va cubierto por el seguro, pero eso solo implica que si a uno le da un jamacuco, el dinero que cueste su asistencia lo tendrá que pagar de su bolsillo. Aparte, si a un desgraciado le da por morirse compitiendo con un dorsal que no sea suyo, pues su familia será la que tenga que hacerse cargo del marrón, sin que ninguna compañía aseguradora mueva un dedo. Por ello, no es para nada recomendable correr así. No tengo la intención de hacerlo más, pero lo cierto es que el peligro que acarrea es moderado, y el perjuicio que causa dicha acción no es comparable con el que supone ir sin dorsal o hacerlo con uno fotocopiado. En definitiva, pese a que creo que se deben hacer las cosas por lo legal, y así lo he hecho siempre en las 231 carreras precedentes que he acabado en mi vida, tampoco me pesa en la conciencia haber corrido una vez aprovechando la inscripción de un conocido que había pagado religiosamente su cuota. Gracias a mi compi benefactor completé mi séptima participación en la cita antes conocida como Media Maratón Isla de la Cartuja, y que en este 2022 ha vuelto a denominarse Medio Maratón de Sevilla por las buenas.

Mi anterior participación en este evento fue en 2018. Por aquel entonces ya escribía este blog y pude hablar de la evolución que ha seguido la media maratón de la ciudad de Sevilla desde 2003, año en el que debuté en ella. No me voy a repetir. Solo quiero añadir que en 2018 aún se terminaba la prueba en el Estadio de la Cartuja, pero que, desde 2020, la meta se ubica en el Paseo de las Delicias. Yo viví un final en esa gran avenida en la última edición del Maratón de Sevilla que he disputado, pero me faltaba hacerlo también en la media. Lo hice ayer y comprobé que merece la pena. 

Por otro lado, el trazado del Medio Maratón de Sevilla también me pareció brillante. Es un gran acierto dejar para el final el paso por el centro de la ciudad. En efecto, fue una gozada pasar en los últimos kilómetros bajo las Setas, cruzar La Campana, y recorrer, sucesivamente, la Calle Tetuán, la Plaza Nueva, la Avenida de la Constitución, la Puerta de Jerez y la Calle San Fernando. Después, el paso por la Plaza de España y por el Parque de María Luisa fue hasta emocionante, y la citada recta de meta es de las que te hacen flipar.


Yo, además, tuve la suerte de acabar hecho un torpedo. Por la marca, tengo la sensación de que me limité a cumplir, pero la verdad es que corrí de maravilla, es decir, de menos a más.

Con respecto al tiempo final que me salió, que fue de 1h34:39, en realidad mi objetivo inicial era terminar en torno a 1h32, pero pronto lo reajusté y lo dejé en 1h34, buscando ser realista. En noviembre marqué 1h33:31 en la Media Maratón Entreparques y, desde entonces, creo que he apretado un poco en los entrenamientos, por lo que pensé que el reto de 1h34 no era descabellado. De todas formas, tengo que tener en cuenta que ese día apenas si perdí unos segundos antes de poder echar a correr, pero ayer se me fue 1:16. Lo cierto es que el compi que me dio el dorsal tenía asignado el cajón cuatro en la salida, lo que hizo que me viera de inicio bastante atrás. Dentro del cajón avancé todo lo que pude, pero aun así no pude evitar que se me fuera más de un minuto antes de pasar por el arco de salida. Los 76 segundos por supuesto van incluidos en la 1h34:39. Eso implica que mi marca real fue de 1h33:23. Se puede decir, por tanto, que los tiempos desde la salida hasta la meta, en mis dos últimas medias, han sido casi calcados.

Aparte, es muy diferente la manera de correr una media en la que no se llega a los 400 participantes, con respecto otra en la que hay más de 7.700. Ayer, tras conseguir arrancar, me pegué avanzando a base de esprints más de dos kilómetros. Había tanta gente, que me encontré varios tapones que me ralentizaron y, aunque intenté echarme a un costado para poder seguir una línea lo más recta posible, la verdad es que para lograr ir adelantando corredores tuve que pegar un buen número de acelerones y de quiebros. En La Rinconada, en noviembre, cogí el ritmo crucero a los 100 metros y ya gestioné yo mi avance sin injerencias. Ayer tardé algo más en poder poner el piloto automático, en lo que a la trayectoria se refiere. La foto que voy a poner a continuación, que es la única que tengo en la que salgo (en la segunda fila vertical, empezando por la derecha) está hecha en el kilómetro dos y pico. La aglomeración de gente ahí era aún considerable.


Otra particularidad de la carrera de ayer fue que corrí sin saber qué tiempo llevaba. Creo que es la primera vez que me pasa eso en una media maratón. En efecto, en la salida me armé un lio con el pistoletazo inicial y le di tarde al reloj. Luego, encima, me confundí y en uno de los puntos kilométricos, en vez de darle al botón con el que se registran los parciales, lo que hice fue parar el cronómetro. Tardé un rato en darme cuenta. Parece mentira a estas alturas. En definitiva, lo que iba viendo en mi muñeca pronto dejó de ser una referencia, así que me fui centrando en mirar cuanto iba tardando en recorrer cada kilómetro, pero hasta que no enfilé la línea de meta no tuve una idea clara de la marca que iba a hacer.

Un elemento más de confusión, a la hora de poder ir controlando el ritmo, fue el de los globos que hacían de liebre. A veces los mismos me han sido muy útiles como referencia, pero la verdad es que en otras ocasiones son un elemento que, más que ayudar, provoca dudas. Ayer, al darse la salida tardé en ver al globo más cercano. Lo llevaba lejos, por lo que no fui capaz, durante mucho rato, de ver qué tenía escrito. Me imaginé que marcaba el ritmo para bajar de 1h35. Con el transcurso de los kilómetros le fui comiendo terreno, pero hasta que no lo alcancé, cumplidos ya los 5.000 metros, no supe que, en realidad, era el de 1h40. En ese momento creí que mi objetivo de bajar de 1h35 era una quimera. Sin embargo, pronto lo dejé atrás y volví a centrarme en mi ritmo por kilómetro, que estaba siempre entre 4:22 y 4:32. Sabía que si lograba una media final de 4:30 iba a bajar de 1h35, así que era consciente de ir corriendo dentro de los límites de lo planeado. Me quedaba la duda de si iba a conseguir recortarle al crono el 1:16 que había perdido en la salida. Luego me he enterado de que marqué 23:22 en el kilómetro 5, es decir, que hasta ahí mi ritmo oficial era de 4:40. No obstante, el real era de 4:25. Le iba recortando unos 5 segundos por kilómetro a los 76 que había perdido en el arranque. Tenía opciones, por tanto, pero estaba la cosa justita.

Poco antes del kilómetro 7 nos internamos en Triana y atravesamos el barrio por sus arterias principales, que son bien anchas. Luego nos dirigimos hacia Los Remedios. Este es el barrio donde viven mis padres y mi hermana, por lo que voy por allí con mucha frecuencia. Durante una década, además, también fue mi barrio. Sabía que a las 9:40 de la mañana, ni mi padre, ni mi madre, ni mucho menos mi hermana, iban a estar en la acera animándome, pero aún así la familiaridad del perímetro del Parque de Los Príncipes, por donde he entrenado cientos de veces, así como de las Calles Santa Fe y Virgen de Luján, me hicieron venirme arriba. Precisamente, al final de esta última estaba el kilómetro 10. Lo pasé en 45:34 y fue ese el peor momento de la carrera para mí. Me quedaba mucho, iba hecho un lío con el reloj, por lo que no sabía si iba en tiempo de cumplir con el objetivo o no, y encima acababa de vivir un subidón al principio de Virgen de Luján, que provocó el consiguiente bajón posterior. Por fortuna, el momento de debilidad, física y mental, duró un suspiro. En el kilómetro 11 decidí poner el crono a cero y tomarme el resto de la prueba como un diezmil, en el que tenía que bajar en cada parcial de 4:30. Por la razón que sea, al resetear el cronómetro me reseteé yo también, y a partir de ahí avancé mucho más suelto. Hasta el punto kilométrico 15, aunque iba bien, me mostré más conservador, pero al pasar por él tomé la decisión de apretar... y a ver hasta donde llegaba. Los últimos seis kilómetros los hice a 4:22, no es que sea una locura, pero hay que tener en cuenta lo que ya llevaba encima. Lo cierto es que gané 83 puestos en ese tramo. A lo mejor tampoco sorprende, pero a mí me produce una gran satisfacción haber corrido los tramos de cinco, cinco, cinco y seis kilómetros a una media sucesiva de 4:25, 4:26, 4:28 y 4:22.

El caso es que la última parte del Medio Maratón de Sevilla, tal y como está planteada ahora, es alucinante, y yo encima la hice pleno de energía y adelantando gente. El paso por la Plaza de España, que estaba en el último kilómetro, lo disfruté a tope. Aún no sabía si estaba en disposición de bajar de 1h35, pero confiaba en que sí. Evidentemente, teniendo en cuenta el tiempo real sí iba a ser capaz, dado que la gran mayoría de los parciales de la carrera habían sido inferiores a 4:30. Ese detalle sí lo había ido viendo. Sin embargo, no llevaba en el reloj el tiempo total y sabía que se me habían ido en la salida un buen puñado de segundos. Para mi tranquilidad, al enfilar el Paseo de las Delicias ya vi al fondo el cronómetro que había sobre la meta, y calculé que iba a conseguirlo. No quise dormirme en los laureles y seguí apretando, pero esta vez pude disfrutar de la recta final sin agonías. Acabé, oficialmente, en 1h34:39 (puesto 1.709 de 7.702 finishers). Ni que decir tiene que hubiera logrado adelantar al globo de 1h35, pero luego me he enterado de que esa liebre nunca existió. Da igual. Aparte, me hubiera gustado mejorar la marca de la media maratón de noviembre, y también es verdad que he llegado a liquidar los 21.097 metros de Sevilla hasta cinco minutos más rápido un par de veces, pero lo cierto es que eso fue hace mucho y me pone muy contento seguir pudiendo correr medias de manera natural a menos de 4:30 el kilómetro.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 231.
% del Total de Carreras a completar: 23%.

Reto Atlético 102 MEDIAS
Medias Maratones completadas: 41.
% del Total de Medias Maratones a completar: 40'1%.

Reto MEDIAS DE ESPAÑA Y PORTUGAL
Completado Media Maratón en la PROVINCIA DE SEVILLA.
En 2000 (año de la primera Media corrida en la Provincia de Sevilla), % de Provincias en las que había corrido una Media: 1'8% (hoy día 24'5%).

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 37'1%).


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