11 de junio de 2024

ÉCIJA 2024

Siempre digo que una de las mejores maneras de visitar los sitios es aprovechar los planes random que surgen. Estos no suelen tener que ver con el turismo, pero a veces te llevan a lugares inesperados, y te permiten conocerlos sin filtros. Algo de eso es lo que me sucedió la semana pasada con Écija.


Écija es una población sevillana de 40.000 habitantes, que presenta varias particularidades. La primera es que cuenta con el noveno término municipal más grande de España. El mismo es enorme, aunque la mayoría se encuentra cubierto por tierras de cultivo. Aparte, la localidad es conocida como La Sartén de Andalucía o como La Ciudad del Sol, ya que allí, cuando los termómetros suben en verano, se registran temperaturas que siempre se colocan entre las más altas de nuestro país. La realidad es que Écija se extiende por una hondonada, lo que hace que esté protegida de los vientos, que la refrescan poco. Por esa razón, al hecho de estar ubicada en medio del calurosísimo Valle del Guadalquivir, se le suma que se halla algo hundida, por lo que, en cuanto llega la canícula, los astigitanos asumen que casi van a ver como se derrite el asfalto.

En cualquier caso, aunque es una ciudad importante, junto a la que se pasa cuando se va de Sevilla a Córdoba, o a Castilla-La Mancha, o a la vertiente oriental de España, o viceversa, lo cierto es que a Écija no se le suele prestar demasiada atención. Parte de su problema estriba en que, a pesar de que es un municipio sevillano, dista menos de Córdoba capital (57 kilómetros), que de Sevilla (88 kilómetros). Eso ya lo sitúa en una especie de limbo. Además, el corto trecho que la separa de los dos colosos andaluces la opaca un poco más. Quizás es que no ha sabido venderse, pero la verdad es que yo no conozco a nadie que haya ido a Écija a hacer turismo. Ahora se que ese ostracismo es injusto, porque cuenta con un patrimonio inmueble notable, y su amplio casco histórico está repleto de calles bonitas y de rincones que son dignos de ver
.

Decía arriba, que la semana pasada me llevaron a Écija unas circunstancias sobrevenidas muy particulares. Sin ellas, con seguridad yo no hubiera puesto un pie en la ciudad hasta dentro de mucho tiempo, a pesar de que he visto que tiene bastante que ofrecer. Esa coyuntura estuvo relacionada con el trabajo, por lo que no pude explorar con detenimiento los encantos astigitanos, pero sí me convencí de que tengo que volver con más calma.

Con respecto al motivo de mi desplazamiento hasta Écija, el mismo tuvo un trasfondo laboral, como he dicho, porque yo trabajo en la Universidad de Sevilla, y este año me apunté para formar parte del tribunal que se encarga de realizar los exámenes que dan acceso a los estudios superiores universitarios en esta institución. Dicho tribunal estuvo dividido en varias sedes. Catorce de ellas se situaron en instalaciones de la propia Universidad en la ciudad de Sevilla, pero también hubo nueve sedes repartidas por la provincia, que se montaron en institutos de enseñanza secundaria de diversas localidades, para facilitar la participación de los alumnos que viven lejos de la capital. En concreto, en Écija las pruebas tuvieron lugar en el IES Luis Vélez de Guevara.


Aparte, en cada sede se encargaron del desarrollo de las pruebas un número variable de personas. La mayoría eran docentes, que son los que vigilan los exámenes y los corrigen después, pero también integraron los grupos un responsable de sede, un secretario, un administrativo y varios trabajadores de apoyo. En Écija, de estos últimos solo había uno, que era yo. Tampoco voy a ponerme a detallar en qué consistió mi labor, porque no viene a cuento. Lo relevante aquí, es que pude conocer con detalle las instalaciones del IES Luis Vélez de Guevara, y que recorrí parte del barrio en el que se asienta, que es el más chungo de Écija.


En efecto, parece que la barriada de El Valle tiene su punto conflictivo. Para mí, fue una suerte la coyuntura, porque la Plaza de Antonio Peláez Gómez y sus alrededores yo no los habría visto jamás, si no hubiera tenido que ir a trabajar al IES Luis Vélez de Guevara. Uno de los problemas en El Valle es que es un barrio que está aislado en el extremo septentrional de Écija. Más al norte empieza el campo, pero lo malo es que, por el sur, se encuentra separado del resto de la ciudad por unas enormes instalaciones militares, en las que se crían caballos, por otras deportivas y por un polígono industrial. En la siguiente imagen satélite, esas tres zonas las he rodeado con círculos azules, y El Valle lo he enmarcado con un cuadrado rojo.


¿Había necesidad de conocer un lugar así? Pues para mí, sí. Écija tiene numerosos encantos, y es en ellos en los que hay que detenerse, pero la barriada de El Valle también es Écija, y me alegro de haber tenido la oportunidad de echarle un ojo, para perder ciertos prejuicios, y para tener claro que los pueblos y las ciudades son algo más que un conjunto de iglesias y de céntricas plazas. Lo de los prejuicios lo digo, porque el IES Luis Vélez de Guevara está genial. Se halla en el corazón de El Valle, pero no es, para nada, una institución decadente.


El instituto de enseñanza secundaria tiene unas instalaciones magníficas, y se respira en sus pasillos y en su patio un sano ambiente bastante palpable. Por otro lado, fuera de sus muros tampoco rige la ley de la selva, por lo que yo vi. De hecho, todas las mañanas fui a desayunar, a eso de las 9'00 horas, al Fogón XI Torres, cruzando parte del barrio, y no tuve ningún problema. Sí es cierto que, el primer día, intenté regresar al bar a mediodía, para tomar café, y ya la cosa había cambiado un poco por sus alrededores. No es buena idea ir despistado, por plazas en las que hay grupos de jóvenes tatuados, sin camiseta, bebiendo litronas y fumando porros. En zonas en las que se ve que abundan los descuideros, es recomendable andarse con ojo con los paseos. 

En todo caso, al margen de mi experiencia en IES Luis Vélez de Guevara y en El Valle, en Écija también tuve tiempo de echarle un vistazo al centro. 

En realidad, hay que decir que, a pesar de que fui cuatro días a Écija, solo el primero me dediqué a curiosear por su casco histórico. Los tres restantes tuve que estar al pie del cañón de 7 de la mañana a 4 de la tarde, y al salir ya me quedaban pocas ganas de paseos, sobre todo porque tenía por delante una hora y media de carretera hasta casa. Sin embargo, la jornada inicial, dado que solamente tuve que asistir a la constitución de la sede, y que esta no duró demasiado, pude darme un vuelta antes, y otra más larga después.

En la primera, lo que hice, básicamente, fue desayunar en la cafetería del Mesón Restaurante Juan Antonio, pero, mientras buscaba un bar, ya me hice una idea de que Écija tiene un centro bastante grande. El mismo se extiende al oeste del Río Genil, que no corta la ciudad, sino que la bordea por el este. 

La reunión de constitución de la sede se despachó relativamente rápido, así que, a partir de las 13'00 horas, me di un segundo paseo por la zona noble de Écija, este más pausado. Para mí, no era el día de hacer recorridos detallados, por lo que solo pude irme con la impresión general de que el centro de la ciudad está muy cuidado. Eso ayuda a que las calles parezcan bonitas y pintorescas. 


En ellas, destacan un elevado numero de palacios, que conservan sus llamativas fachadas. Sobresale, por ejemplo, el Palacio de Benamejí, que está en la Plaza de la Constitución. El mismo alberga, en la actualidad, el Museo Histórico Municipal.


Aparte, a nivel patrimonial, la ciudad destaca por sus once torres. Si se transita por la autovía A-4, se pasa muy cerca de Écija, y se aprecia bien que se extiende por una llanura, que está como en un depresión, como comenté antes. Antaño, era fácil ver, de una manera mucho más llamativa de lo que suele ser habitual, como sobresalían un buen número de altas torres, por encima de los tejados de las blancas casas. Hoy día, junto a la carretera han construido un enorme centro comercial, por lo que la visión se ha limitado cuando se circula por ella en coche, pero las torres siguen ahí. 

Debajo de las torres, hay once iglesias. Yo no pude entrar en ninguna, pero sí voy a nombrar las cuatro que vi por fuera. La primera fue la Iglesia de Santa Ana, que está en la Calle Castelar. Su torre mide 32 metros.


No muy lejos, dando a la bonita Plaza de San Juan, se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista. Su torre mide 46 metros, es la cuarta más alta de la ciudad, y cuenta con una decoración típicamente ecijana. Yo le hice la siguiente foto desde la Calle Juan de Angulo.


Al sur del centro, en la bella Calle Santiago, se alza la Iglesia de Santiago. Su torre es la tercera más alta de Écija. Mide 50 metros.


La última que vi fue la Iglesia de Santa María. Se encuentra en la Plazuela de Santa María, pero su torre, que mide 52 metros y es la segunda más alta de Écija, puede contemplarse incluso desde la Plaza de España.


La Plaza de España es el epicentro de Écija. Popularmente, es conocida como El Salón. A ella desemboca la recta Avenida Miguel de Cervantes, que vertebra todo el sur del casco histórico astigitano.


La Avenida Miguel de Cervantes y la cercana Calle Cinteria, que también sale de la Plaza de España, son las dos principales arterias comerciales del centro de Écija.


Con tanto paseo, la verdad es que me dio la hora de comer en Écija. Por eso, estuve a punto de meterme en algún sitio a picar algo, pero hacía muy buena temperatura, por lo que opte por el plan barato, que fue comprarme un bocadillo e irme al Parque San Pablo, que estaba muy agradable. El mismo se extiende paralelo al Río Genil, pero la vegetación que hay entre el parque y el río impide que se vea este último.


Mi jornada de paseo por Écija acabó en el Parque San Pablo, donde estuve sentado un buen rato muy a gusto. Los tres días siguientes, la intensa experiencia en el IES Luis Vélez de Guevara impidió nuevas exploraciones, pero ya he visto lo suficiente de Écija, como para saber que se impone volver a hacer verdadero turismo.


Reto Viajero MUNICIPIOS DE ANDALUCÍA
Visitado ÉCIJA.
% de Municipios ya visitados en la Provincia de Sevilla: 66'7%.
% de Municipios de Andalucía ya visitados: 21'8%.


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