21 de septiembre de 2024

CARRERA SAN NICOLÁS 2024

Tengo la sensación de que hacía siglos que no cogía carretera y manta, y me iba a disputar una carrera popular de las normales y corrientes, fuera de mi zona de confort, que es la que está centrada en Sevilla capital y en su área de influencia. Así, a bote pronto, que yo recuerde, la última vez que lo hice fue en octubre de 2022, cuando fui a Villaverde del Río. Tampoco hace tanto. Sin embargo, hay que remontarse a diciembre de 2015 para encontrar la anterior. Lo cierto es que vengo pecando un poco de perezoso desde hace tiempo, a la hora de ir a correr a los pueblos que se encuentran algo alejados de la gran ciudad. Nada más que por eso, ya tuvo un significado especial la prueba en la que participé el pasado sábado en La Campana.


La verdad es que, para tomar parte en competiciones más largas o prestigiosas que impliquen viajes, nunca me han dejado de apetecer los líos, pero para las carreras de domingo me he vuelto muy comodón. Hubo un tiempo, hace ya casi dos décadas, en el que me encantaba ir a correr a pueblos random. Por aquel entonces, me juntaba a menudo con un grupo de amigos, y no dudábamos en hacer kilómetros y en explorar las provincias de Sevilla o de Huelva, disputando pruebas variopintas.


No obstante, a la hora de coger el coche, para correr en localidades alejadas de Sevilla capital, ellos eran más intensos que yo, que me unía a sus locos planes solo de vez en cuando. Por eso, participaron en una serie de citas atléticas a las que yo no llegué a acudir. En algunos casos, se me quedó la espinita de no haberlo hecho... y es en este punto donde enlazo con la Carrera Popular San Nicolás, porque esta prueba fue una de esas a las que yo pasé de ir. Poco después de aquel día, fijé mi reto de disputar, al menos, una carrera en cada uno de los pueblos de la provincia de Sevilla, y, desde entonces, me venía arrepintiendo de no haber ido a competir a La Campana, aquella tarde de sábado de septiembre. 

Pese a todo lo dicho, lo cierto es que ya había atravesado una meta en La Campana. Fue en diciembre de 2009, cuando disputé la Carrera Popular de Chamuscaos. Este evento une Fuentes de Andalucía y La Campana, que distan unos 15 kilómetros, con la particularidad de que las ediciones pares acaban en La Campana, mientras que las impares finalizan en Fuentes. Algún día volveré competir en esta cita y hablaré de ella. De momento, solo voy a decir que, a la hora de cumplir mi reto de correr, al menos, una carrera en cada uno de los pueblos de la provincia de Sevilla, me gustaría que las pruebas comenzaran y terminaran en la localidad en cuestión. Por eso, en La Campana la cosa se me había quedado un poco coja. Este 2024, por fin he saldado la pequeña cuenta pendiente. 

Con todo, al final me he encontrado conque la Carrera Popular San Nicolás ha sido algo más que un simple trámite para avanzar en el reto. En realidad, ha resultado ser una gran experiencia. Ya desde el principio, cuando, yendo para La Campana en coche, abandoné la autovía A-4, me adentré en La Campiña de Carmona, y conduje durante 15 kilómetros por una desierta carretera provincial, me di cuenta de que iba a una de esas competiciones en las que los pocos que participan tienen un nivel importante. En ese sentido, el contraste con las ciudades y con los pueblos donde viven los urbanitas es tremendo. Estos, con frecuencia tienen trabajos sedentarios, pero, a la vez, hacen ejercicio para intentar minimizar el impacto de su vida demasiado estática. Muchas de estas personas llenan las carreras populares, habiendo entrenado lo básico, o sin tener unas especiales cualidades. En las poblaciones pequeñas y aisladas, en cambio, la ocupaciones vitales suelen ser duras en mayor medida, y lo de hacer deporte porque sí, sin destacar especialmente, se lleva menos, de manera que solo corren los máquinas, porque a todo el mundo le gusta hacer lo que se le da bien, aunque el entorno no fomente el ocio deportivo. Para ejemplificar este hecho, puedo aportar datos de mi última carrera en Sevilla capital, y compararlos con los de la de La Campana. Así, en octubre de 2022, en la Carrera Casco Antiguo, corriendo yo a 4:27, acabé el 460, y llegaron por detrás mía 2.151 runners, es decir, el 82'4% del total. El sábado, yendo al mismo ritmo, crucé la meta en el puesto 30, pero me siguieron apenas 44 atletas, o sea, el 59'5% de los que habían tomado la salida. Lo que quiero reflejar es que, para los corredores de un nivel medio, lucen bastante más los eventos multitudinarios que los modestos. 

Sin embargo, las citas con poca gente aportan experiencias nuevas que no tienen precio. Eso es lo que me pasó el otro día. Para empezar, jamás había disputado una competición con una participación tan baja. En La Campana solo corrimos 74 personas, lo que, para mí, es todo un récord. Además, como el recorrido fue de 7.850 metros, hubo espacio para que los corredores nos distanciáramos mucho entre nosotros, y yo viví en mis carnes lo que es avanzar sin ver al que te precede. Esto no era la primera vez que me sucedía. En algún tramo de alguna carrera puntual ya lo había experimentado, pero nunca tanto rato como en la Carrera Popular San Nicolás

La Carrera Popular San Nicolás estuvo compuesta por dos vueltas idénticas a un circuito. En consecuencia, pasamos un par de veces por el centro de la localidad, aunque solo de refilón, por lo que no hubo demasiados adoquines en el trayecto. Lo que sí hubo fue un buen número de giros en ángulo recto, como suele ocurrir en las carreras de los pueblos.


La salida y la meta estuvieron situadas en la Avenida de Fuentes de Andalucía, la primera junto al arco, y la segunda bajo el mismo. 


La Avenida de Fuentes de Andalucía es la travesía de La Campana. En el pueblo, desemboca igualmente la carretera que yo usé para llegar en coche, pero la principal vía que lo atraviesa es la A-456, que va de norte a sur y lleva a Lora del Río por un lado, así como a Fuentes por el otro. De ahí el nombre que tiene, en el trozo en el que ejerce de calle. En ese pedazo urbano está el Ayuntamiento de la Campana, y también el Parque Antonio Machado, que es el lugar donde se habilitó la recogida de dorsales y todos los actos posteriores al fin de la carrera.

El caso es que salimos cuando estaba anocheciendo, y en seguida torcimos a la derecha y nos metimos en el centro del pueblo por una calle de adoquines. Luego, efectuamos otro giro a la izquierda y recorrimos entera la Calle Lora. Durante ese kilómetro inicial, fui acompañado, pero, tras el tercer viraje, que fue de nuevo a la izquierda, superé a tres corredores que me precedían, y, para mi sorpresa, me percaté de que solo veía a dos mujeres (una me había adelantado hacía poco) y a un hombre, que iba como a 60 o 70 metros. Antes de alcanzar la parte más dura del circuito, que fue la de la calle que limita el casco urbano campanero por el suroeste, ya había dejado atrás a una de las chicas y había perdido de vista a la compañera, así como al hombre al que llegué a divisar a lo lejos. Delante, no llevaba absolutamente a nadie, y eso que aún ni había completado la mitad de la primera vuelta.

En este punto, tengo que poner de manifiesto que la Carrera Popular San Nicolás no fue como otras carreras nocturnas de pueblo en las que he participado, en las que la gente se tira a la calle para animar. En La Campana, el público brilló por su ausencia, la verdad. Además, la prueba no se puede decir que estuviera muy bien señalizada, y algunos de los escasos voluntarios que vi, estaban más pendientes de pelar la pava, que de marcar la dirección del recorrido. Debido a todas esas circunstancias, me vi corriendo a ciegas, hasta el extremo de que me llegué a equivocar de camino. Fue insólito. Lo cierto es que, en un momento dado, me fui para donde no era, en un cruce en el que ni había público, ni había vallas, ni había voluntarios, ni flechas, ni nada. Lo mismo no era tan difícil elegir la opción correcta, pero el corazón me latía a mil y me confundí. Por suerte, desde un coche me dieron una voz para que parara, luego un policía, que estaba cortando el tráfico, me pegó otro grito, y yo, tras pararme, fui capaz de averiguar que dirección tenía que seguir. Fue un poco desastre. Esos instantes de zozobra me hicieron perder tiempo, lo que provocó que un corredor que llevaba a lo lejos casi me alcanzara. En el kilómetro que quedaba, hasta completar la primera vuelta, no volví a despistarme, pero me tuve que mantener alerta. En vista de eso, cuando, al comenzar la segunda vuelta, mi perseguidor, que era un chaval que se llamaba Francisco Barcia, se cansó de ir a mi espalda y aceleró, no vi con malos ojos que me adelantara. No digo que le dejara pasar, pero reconozco que pensé en utilizarlo de referencia, en la medida de lo posible. Por ello, aunque se me despegó enseguida, me aferré a su estela con uñas y dientes, y lo aguanté ahí los 3.500 metros que nos quedaban. El pobre dudó un par de veces, y también tuvo que reconducir levemente su trayectoria en una ocasión, porque es que el circuito no estaba bien balizado. Yo, al ir detrás de él, por fortuna me olvidé de los problemas. 

Al final, Francisco me sacó 5 segundos. Por su parte, él llegó 24 segundos después que su antecesor, que a su vez entró 19 segundos más tarde que la chica que me había rebasado a mí, al poco de empezar. Por detrás mía, el siguiente atleta tardó en cruzar la meta otros 24 segundos. Como digo, íbamos todos muy dispersos. Yo tuve suerte de poder correr cerca de alguien, pero no fue lo normal.

En definitiva, la Carrera Popular San Nicolás tuvo su punto original. Para mí, lo de correr con tan poca gente fue una experiencia nueva, que me divirtió mucho. Además, ya puedo incluir, a todos los efectos, La Campana en la lista de pueblos en los que he disputado alguna carrera.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 254.
% del Total de Carreras a completar: 25'3%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en LA CAMPANA.
En 2009 (año de la primera carrera corrida en La Campana), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 17'1% (hoy día 38'1%).


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