31 de diciembre de 2024

SAN SILVESTRE DE ESPARTINAS 2024

Desde hace más de 16 años, paso corriendo por Espartinas casi todos los días que salgo a entrenar. Teniendo en cuenta que lo hago cinco veces a la semana, la cantidad de zancadas que he dado por el término municipal espartinero se cuentan por millones. Sin embargo, hasta el domingo nunca había disputado una carrera en esa localidad.


Por fin puedo tachar Espartinas de la lista de pueblos sevillanos en los que no he competido. Lo cierto es que había perdido varias oportunidades de hacerlo allí, en 2015 y 2016. En esos años, el boom de las carreras populares, que alcanzó su cota máxima entre 2012 y 2013, ya empezaba a ralentizarse. Yo vi claro que las tres pruebas que se montaron en Espartinas no iban a afianzarse, y no me apeteció participar en ellas.

Al hilo de esto, tengo que decir que me sigue resultando curioso el fenómeno que vivimos con el atletismo popular, hace ya casi dos décadas. Todo empezó con el cambio de siglo, momento en el que correr dejó de ser cosa de frikis. La verdad es que fue ahí cuando yo hice mis pinitos. 


Poco a poco, la afición por el running fue creciendo, y en 2007, por primera vez, me quedé sin dorsal en una carrera, por no haber hecho pronto la inscripción. Recuerdo que me sentó como un tiro. En 2008, cuando llegó la crisis económica, lo de salir a correr y lo de tomar parte en competiciones era ya corriente para muchos, y se produjo la explosión. En un par de años, el poder adquisitivo de los españoles se hundió, y el ocio gratuito se revalorizó a tope, hasta el punto de que las calles se llenaron de atletas populares. Con la recesión, se vaciaron los cines, los restaurantes y los locales nocturnos, y se llenaron los parques. De manera paralela, ante ese potencial aumento de la clientela, las carreras empezaron a proliferar por doquier. De repente, todos querían organizar una. Aunque hubo algún listo, la mayoría lo hizo de buena fe, y surgieron una gran cantidad de eventos, que pretendían aprovechar el caldo de cultivo existente, para dinamizar un pueblo o un barrio. Otros pensaron que celebrar una prueba atlética era una magnífica forma de conseguir fondos para hermandades, asociaciones o cosas así. La consecuencia fue que, en aquella época, aparecieron en el calendario un sinfín de carreras, que se veía bien a las claras que no iban a pasar de tener una o dos ediciones, dado que, en realidad, estaban montadas en plan amateur, y sin demasiado apoyo institucional. En la actualidad, eso sigue ocurriendo, pero, a comienzos de la década que comenzó en 2010, el fenómeno fue más patente.

En Espartinas, eso es lo que sucedió, pero, para colmo, tardaron mucho en subirse al carro, de manera que, para cuando lo hicieron, ya incluso la burbuja se estaba desinflando. En este caso, fue la Hermandad Sacramental espartinera, sin más apoyo municipal que el indispensable para cortar las calles, la que montó los citados tres eventos. Dos fueron pruebas nocturnas, y el tercero fue un cross semiurbano. Este último, por desgracia acabó siendo la carrera con una menor participación del que yo he tenido noticia... 

El Ayuntamiento, por su parte, en 2020 ya sí decidió ponerse manos a la obra, para sacar del ostracismo atlético a una población como Espartinas, que tiene la segunda renta per cápita más alta de la provincia de Sevilla. Sin embargo, lo hizo montando una carrera de la mujer. En 2024, se ha celebrado la quinta edición de esa cita. A mí me encanta que haya prosperado, pero está claro que faltaba algún otro evento en el que pudiéramos participar los hombres. 

Así estaban las cosas cuando, recién estrenado 2025, corriendo como de costumbre por Espartinas, vi unas flechas en el suelo. Las habían pintado hacía poco, y me temí lo peor. Al llegar a casa, me metí en Internet, y, en efecto, comprobé que se había disputado una carrera en el pueblo unos días antes. Era una san silvestre, y yo no me había enterado a tiempo. No obstante, esta vez la cita había sido un éxito, y contaba con el apoyo del consistorio espartinero, por lo que tenía la certeza de que se iba a volver a celebrar. No me equivocaba.


El caso es que la San Silvestre de Espartinas celebró su segunda edición el pasado 29 de diciembre. Aparte del hecho evidente de que esta carrera es una san silvestre que no se disputa el día de San Silvestre, la misma presenta otras dos particularidades. Por un lado, está apadrinada por el Ayuntamiento de Espartinas sin reservas, como ya he dicho, lo que hace que esté muy bien montada.


Detalles como la lona serigrafiada, colgada en la fachada del Ayuntamiento, así como el arco de meta con el nombre de Espartinas, situado a las puertas del consistorio, indican que los regidores municipales están por la labor de que el evento cuaje. Que la alcaldesa, Cristina Los Arcos, diera la salida, y que la delegada de deportes, Susanna Ortega, estuviera dando dorsales en la mesa, son hechos que apuntan en la misma dirección.

Aparte, como todas las san silvestres que han ido surgiendo con los años, a imagen y semejanza de la madrileña, y con independencia de que se disputen el mismo 31 de diciembre o unos días antes, la San Silvestre de Espartinas es un evento que está encuadrado en las Navidades, por lo que es especialmente festivo y popular. La mejor muestra de ello es que yo corrí los 5.000 metros en 21:58 (22:00 pone en la clasificación), y, aunque tampoco es una marca estratosférica, acabé en el puesto 37, de un total de 309 participantes. 


Evidentemente, la sansi espartinera es una de esas citas en las que se animan a participar personas que no son habituales de este tipo de eventos. Eso le da un toque especial. Yo he disputado un montón de pruebas, y hay muchas que han pasado sin pena ni gloria por mi vida, pero también ha habido otras en las que he acabado disfrutando de agradables momentos que no esperaba. En Espartinas, el domingo esto es lo que me sucedió. En principio, yo me había apuntado con la simple idea de avanzar en mi reto de correr, al menos, una carrera en cada municipio de la provincia de Sevilla, pero luego, además, terminé echando uno de los ratos más gratos de los últimos tiempos.

Por otro lado, yo no sabía cuál iba a ser el recorrido de la San Silvestre, pero al final resultó que el circuito estaba trazado por donde yo entreno con más frecuencia, lo que hizo que fuera una carrera muy especial también en ese sentido. En realidad, aprovechando que Espartinas es un pueblo bastante cuadriculado, hicimos como una especie de rectángulo. Efectivamente, salimos en dirección oeste, y, aunque cambiamos de calle varias veces, llegamos hasta el extremo de la población, siguiendo una línea casi recta. Después, tiramos hacia el norte un momento, y regresamos avanzando por vías que discurren paralelas a las que habíamos llevado al ir. Justo al alcanzar el Parque Nuestra Señora del Rocío, que es donde se halla el edificio del Ayuntamiento, cerramos el rectángulo, al atravesar ese parque para enfilar la meta.


Yo me sentí fenomenal corriendo. Como conocía las calles que pisaba, sabía donde estaban las cuestas y en que tramos podía encontrarme un perfil benevolente, por lo que traté de aprovechar esa ventaja. En general, subimos más en la primera mitad de la prueba, sin que hubiera tampoco grandes desniveles, mientras que la segunda parte fue rápida en mayor medida. Yo, tras salir, fui alcanzando gente durante un rato, hasta que llegó un momento en el que ya no pude recortarle nada al chico que llevaba delante mía, que es el que sale en las fotos de la meta.

El caso es que todo se juntó, porque la buena organización y el circuito no fueron las únicas cosas que hicieron que la mañana se convirtiera en una de esas que quedan bien grabadas en la memoria.


En efecto, tanto los prolegómenos de la carrera, como el rato de después, completaron una mañana sensacional. Para empezar, la prueba comenzó a las 12, por lo que María se vino conmigo. Poner la salida a esa hora fue un acierto, porque el frio se había mitigado ya a mediodía, y había un ambiente muy agradable en los alrededores del Parque Nuestra Señora del Rocío. Además, tuvimos suerte y el día amaneció espléndido. Nosotros, dado que todo había ido rodado, tras recoger el dorsal decidimos irnos a tomar un café. Para hacerlo, nos metimos en la cercana Cafetería Pastelería Bariloche. Allí estuvimos calentitos y a gusto el tiempo que quisimos.


Después de correr, para seguir exprimiendo el rato, y para hacerle un poco de gasto a una asociación que había montado una barra, entramos en el anexo Complejo Municipal de Deportes Juan Antonio Ruiz Espartaco. Allí, en unas mesas que habían colocado, nos tomamos una cervecita al sol, y rematamos la experiencia como está mandado.

En definitiva, gozar de una mañana así, en plenas Navidades, fue un placer. Por lo que respecta a En Ole Väsynyt, con este post acabo 2024. En mayo, hará ocho años que escribo en el blog. Es una pasada, pero no tengo intención de parar, de manera que en 2025 seguiré plasmando en él mis andanzas. ¡Feliz año!


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 259.
% del Total de Carreras a completar: 25'8%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en ESPARTINAS.
% de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que he corrido una Carrera: 38'1%.


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