25 de agosto de 2018

LLANES 2018

Hace un año pasamos unos días de vacaciones en Llanes, como es costumbre desde 1997, y a raíz de aquello comenté que nunca había estado allí tanto tiempo. En este 2018, curiosamente, hemos igualado el récord, aunque realmente llegamos a la casa que mis padres tienen en La Galguera el día 2 de agosto y nos fuimos el 15, por lo que el periodo total ha sido más largo, pero en cambio estuvimos en medio tres noches de excursión por las provincias de Burgos y Soria, lo que implica que el número total de jornadas ha sido el mismo.

El caso es que en 2017 me quedé con la sensación de que me había movido más que nunca por el casco urbano de Llanes y por los alrededores de la casa de mis padres. Este año, en cambio, hemos hecho más excursiones a otros lugares, pero, pese a esto, algo sí hemos paseado por La Galguera y un día llegamos incluso hasta el Lavadero de la vecina aldea de Soberrón.



Con respecto al casco urbano de Llanes, el verano pasado nos pateamos sus calles más pintorescas un buen número de días, las mismas quedan al oeste de la ría que divide la población, pero resulta curioso que este año no hemos llegado a atravesar dicha ría ni siquiera en las visitas funcionales que caen siempre (al supermercado, a la farmacia,...), sino que toda la vida la hemos hecho por su parte este. En esa dirección la localidad se ha extendido bastante, es una zona en apariencia menos atractiva y por ello la recorre menos gente, pero esconde uno cuantos lugares de interés. Yo llevaba tiempo queriendo subir al Tendedero de Redes y bajar a la Playa de Puertu Chicu, que quedan a ese lado, por lo que los dos paseos más relajados que nos hemos dado esta vez por Llanes nos han llevado a ese sector oriental del pueblo.

El Tendedero de Redes es una estructura de hormigón que se creó a mediados del siglo XX con la intención de utilizarla para secar los aparejos de pesca, pero apenas se usó, ya que está alejada del muelle y su emplazamiento no era muy funcional.


A pesar de esto, se conserva intacta junto a un mirador desde el que se observan a la perfección la costa oriental del municipio de Llanes, si se mira hacia el este, y Los Cubos de la Memoria, si se mira hacia el oeste.



Para subir al Tendedero recorrimos la Calle San Antón, desde la cual se van viendo bonitas vistas del Puerto, y nos detuvimos en el Monumento a la Muyerina, una estatua de bronce, obra de Hamilton Reed Armstrong, que homenajea a las mujeres de los pescadores (de ahí que tenga una paciente postura y su mirada, que apunta al mar, esté perdida en el horizonte).


Por su parte, la Playa de Puertu Chicu, que queda muy cerca del Tendedero, era la única playa urbana de Llanes que no conocía. La misma es muy pequeña y el lugar en el que está es bastante incómodo por la falta de aparcamiento, por lo que no es una opción para la mayoría de la gente, pero a pesar de eso cuando nosotros fuimos estaba hasta los topes.


La masificación se debe a que es la playa a la que van a pie todos los llaniscos que viven cerca, que no son pocos. Yo estaba empeñado en visitarla y en pegarme en ella un chapuzón, por lo que nos aventuramos a acercarnos con el coche. Conseguir aparcar cerca no es fácil, pero a nosotros nos sonrió la suerte. Ya en la arena comprobé que, en efecto, allí abundaban los lugareños, de hecho como era lunes por la mañana la playa estaba llena de niños, de gente joven y de personas mayores (o sea, los vecinos que no trabajan en agosto). En cualquier caso, hay en esta parte de la costa opciones mejores para el baño, salvo que se viva cerca y se baje en chanclas.

Más al este de la de Puertu Chicu hay otra playa, la de Toró, que se encuentra justo en el límite del casco urbano de Llanes. Este verano también la visitamos, por lo que ya he hecho mención en este blog a las tres playas urbanas que tiene el pueblo (el año pasado hablé de la tercera, la del Sablón). En efecto, más allá de la Playa de Toró ya no hay casas, por lo que esta es más abierta que la de Puertu Chicu y está rodeada de naturaleza, aspectos que se pueden apreciar bien desde el mirador que tiene en uno de sus extremos.


De todas formas, desde la misma playa se pueden contemplar aún Los Cubos de la Memoria a lo lejos, por lo que en ningún caso deja uno de ser consciente de que está en Llanes.


El día del Tendedero de Redes, por otro lado, no faltamos a nuestra tradicional cita con el Café Bitácora. La novedad para mí este año fue que en vez de tomar churros me tomé primero una Coca Cola y luego una cerveza Mahou, pero el rato en la terraza de la cafetería fue tan agradable como siempre.


Aparte, cierto es que este 2018 hemos hecho bastantes excursiones que nos han llevado lejos del término municipal de Llanes, pero también ha habido un par de ellas que nos han permitido explorar dos de los enclaves más destacados del concejo, el Ídolo de Peña Tu y el Complejo de Cobijeru.

El primero es un conjunto de pinturas y grabados del neolítico conservado en una roca que se encuentra a un kilómetro de la localidad llanisca de Puertas de Vidiago. Las pinturas apenas se ven y el grabado principal también se encuentra muy deteriorado, debido a que todo está al aire libre, pero este último se aprecia perfectamente desde detrás de la valla con la que está protegido el peñasco.



Uno de los principales atractivos del Ídolo, a mi juicio, es que no está en un lugar fácilmente accesible: la roca está ubicada en lo alto de un monte y aunque se ha habilitado un sendero muy cómodo, para llegar a ella es inevitable tener que andar un kilómetro cuesta arriba, lo que hace que no sea un lugar frecuentado por los turistas de salón.


El coche se deja abajo, en un aparcamiento que delimitaron cuando construyeron el Aula de Interpretación del Ídolo de Peña Tú, y desde allí se asciende por un empinado camino que es muy bonito.



Yo visité el Aula en 2009, cuando llevaba menos de tres años abierta, pero en la actualidad está cerrada al público, lo cual me parece una pena (la inauguración en 2006 contó con la presencia, incluso, del presidente del Principado de Asturias, después de que se hubieran gastado casi dos millones de euros en crearla, pero aguantó abierta apenas un lustro).




El caso es que el trayecto de subida al Ídolo está casi desierto, incluso en temporada alta (nosotros solo nos cruzamos con otra pareja), lo cual hace que su visita merezca más la pena, si cabe, dado que arriba se respira la más absoluta calma.



En lo alto de la montaña el grabado rupestre está protegido por un doble perímetro de verjas que da que pensar. La primera valla es más amplia y se encuentra abierta, pero la segunda no se puede salvar con facilidad y obliga a ver el Ídolo a un metro de distancia, lo que impide percibir los detalles. En ese lugar tan aislado la obra de arte está totalmente desprotegida y se ve que se tomaron medidas contundentes para evitar actos vandálicos. De hecho, en los alrededores del grabado de la edad del bronce se añadieron cruces y signos hace años, antes del siglo XX, que al estar tallados en la piedra ya forman parte del conjunto de manera inevitable. Hoy día la primera valla impone, más que proteger, pero la segunda hace imposible cualquier acercamiento accidental al Ídolo.



Para mí fue la segunda subida para ver el vestigio prehistórico, después de la de 2009, pero en aquella ocasión Ana tenía ocho meses (subimos con ella) y Julia no había nacido, así que tenía ganas de que conocieran realmente el sitio.

El otro lugar destacado del concejo que visitamos este año, en cambio, no lo conocía. Se trata del Complejo de Cobijeru, que incluye dos playas interiores, un bufón, dos cuevas y un tramo de acantilado.


Al Complejo de Cobijeru se llega también a pie, tras recorrer un camino de un kilómetro, esta vez sin cuestas, que une el pueblo de Buelna con la costa.


De las dos playas del Complejo nosotros visitamos la Playa de Cobijeru, también conocida como Playa de las Acacias. Su principal particularidad es que no da directamente al mar, sino que es interior y se comunica con el Cantábrico a través de dos conductos subterráneos.



Me llamó la atención en la Playa de Cobijeru la existencia al fondo de una pequeña construcción que resultó ser una antigua cetárea, es decir, una estructura que se usaba como vivero para encerrar en ella a los seres marinos y mantenerlos con vida en el propio agua del mar.


Por otro lado, para ver el Bufón de Cobijeru subí por las rocas que están detrás de la playa y vi el agujero, aunque no estaba el mar encrespado y el bufón no estaba activo. Luego podría haber seguido bordeando el acantilado para pasar por encima del Salto del Caballo, una especie de puente de piedra que el mar ha creado, pero me di la vuelta antes de hacerlo.


Por último, de las dos cuevas integradas dentro del Complejo de Cobijeru solo vi sus entradas. La primera, llamada Cueva de las Raíces, está a mano izquierda antes de llegar a la Playa de las Acacias.




La segunda, la Cueva de Cobijeru, es la más famosa, porque mide 120 metros y desciende hasta el mar por debajo de los acantilados. Pese a esto, lo cierto es que no íbamos con nadie que nos guiase un poco, ni llevábamos linternas, por lo que no nos atrevimos a entrar con las niñas en ninguna de las dos. En el Complejo de Cobijeru me quedan varias cosas pendientes, por tanto.

Aparte, en el concejo, también fuimos un día a comer a El Sucón y otro al Bar Restaurante La Playa San Antolín de Bedón, un chiringuito que está ubicado junto a la Playa de San Antolín. Estos dos lugares, junto con el Bitácora, conforman el trío de visitas inexcusables a negocios de restauración que hacemos cada año en algún momento.

Por último, una mañana me fui con el coche hasta La Pereda, otro de los pequeños núcleos de población que salpican el término municipal de Llanes. Este, en concreto, está bastante cerca de La Galguera y tiene una zona céntrica muy bonita en la que no faltan una Bolera y un cuidado Lavadero.




En conclusión, en este 2018 volvimos a disfrutar de nuestros días estivales en Llanes. Todos los años son distintos y en esta ocasión nos movimos menos por el casco urbano de la capital, pero en cambio exploramos el concejo con más ahínco que, por ejemplo, el pasado verano. Seguro que en 2019 volveremos a vivir allí nuevas experiencias.



Reto Viajero POBLACIONES ESENCIALES DE ESPAÑA
Visitado LLANES.
En 1997 (primera visita), % de Poblaciones Esenciales ya visitadas en Asturias: 13'3% (hoy día 53'3%).
En 1997 (primera visita), % de Poblaciones Esenciales de España ya visitadas: 11'8% (hoy día 33'9%).


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