26 de marzo de 2019

CARRERA POPULAR NERVIÓN SAN PABLO 2019

Empecé a correr en 1999 y desde ese año he pasado por algunas etapas en las que me ha resultado más fácil ir a carreras y otras en las que he tenido más dificultades para ello, por motivos familiares o por trabajo. Nunca he sido, en cualquier caso, demasiado agonía, desde que debuté en 2000 he participado en 219 pruebas, de manera que la media anual no es muy alta. Pese a esto, he sido muy constante y no ha habido ningún año en el que haya corrido menos de cinco carreras. Siempre, de una manera u otra he ido buscando la forma de ir a alguna de vez en cuando, aunque la verdad es que nunca había encontrado tantas trabas para competir como en el último mes y medio, en el que he empezado a trabajar los fines de semana.

El caso es que estoy estudiando oposiciones desde hace más de un año, hasta mediados de diciembre tuve además trabajo, pero he estado parado dos meses y durante ese periodo me he centrado en estudiar a tope. Luego, a mitad de febrero he empezado a currar de nuevo, el alivio ha sido tremendo, pero dos circunstancias han hecho que se haya complicado bastante lo de correr carreras: para empezar, al primero de los exámenes que estoy preparando ya le han puesto fecha, me quedan dos meses y ha llegado el momento de acabar de darlo todo, pero es que además mi nueva ocupación laboral hace que tenga que trabajar sábados y domingos por la mañana y por la tarde, además de echar también horas entre semana. En esas circunstancias no hubiera vuelto a participar en ninguna prueba hasta las nocturnas de verano si no fuera porque me regalaron en Navidades la inscripción al circuito de carreras populares de Sevilla.


A finales de 2018 ni yo mismo sabía que mis fines de semana iban a estar tan mediatizados por el trabajo, y me hizo ilusión tener esas cinco citas en el horizonte, con la ventaja añadida de que uno se apunta a la vez a todas, de que se disputan en sitios conocidos que me quedan a mano y de que solo hay que preocuparse por recoger un dorsal. Al recibir el regalo pensé que con esas carreras mi limitado espacio mental libre no se iba a ver invadido en absoluto y que con ellas podía tener un objetivo motivador en perspectiva.

Sin embargo, al empezar a trabajar en febrero me di cuenta de que no iba a tener más opciones de correr ningún domingo más. Aún así, soy muy cabezón, y aprovechando que hay confianza con las jefas y que en un mes y medio ya he tenido que echar horas un buen puñado de días en los que, a priori, yo no curraba, pedí permiso para entrar a las 11 de la mañana en vez de a las 10 los cuatro días en los que hay programadas carreras de distrito antes del verano, con la idea de poder disputarlas. No me pusieron pegas y el domingo pude organizar la primera edición de mi yincana personal, que me permitió estar en la salida de la Carrera Popular Nervión San Pablo a las 9'30, correr los 10 kilómetros, llegar al trabajo en una bicicleta de Sevici con tiempo de lavarme, y estar al pie del cañón exactamente a las 11.

Con respecto a la carrera en sí, mi ilusión era bajar de 43 minutos, en 2017 logré completar por segunda vez el circuito del IMD de Sevilla y todas las pruebas las finiquité en 41 o 42 minutos, por lo que mi objetivo para este 2019 es repetir ese resultado (en 2014, la primera vez que logré correr las cinco carreras en un mismo año, todas las terminé en 40 o 41 minutos, pero volver a hacer eso es una utopía). La Carrera Popular Nervión San Pablo fue el primer asalto a ese pequeño reto y salvé los muebles, pero apurar más hubiera sido imposible, ya que acabé oficialmente en 42:59. Increíble.

De cara a las próximas citas, lo primero que tengo que hacer para no ir tan justo es situarme mejor en la salida. El pasado domingo, a pesar de que llegué temprano no me coloqué demasiado bien, lo que me hizo perder unos cuantos segundos antes de echar a correr. Luego, durante los primeros 500 metros me vi bastante encerrado y me costó poder empezar a apretar (en la foto inferior voy atascado detrás del globo de los 45 minutos).


Finalmente completé el kilómetro inicial en 4:24, incluidos los segundos hasta que crucé el arco de salida. Si quería acabar por debajo de 43 minutos no quedaba otra que compensar la pérdida, así que me puse a ello, la bueno fue que me pude marcar dos kilómetros en 4:14 y 4:12 sin cebarme demasiado. Luego bajé en los dos siguientes a 4:17 y 4:16, pero el ecuador de la carrera lo pasé en 21:25, lo que implica que ya iba en tiempo, aunque fuera por los pelos.


El recorrido volvió a estar compuesto por largas y anchas rectas que posibilitaron que pudiera avanzar bien a pesar de la gran cantidad de participantes, aunque estas carreras con tanta gente son muy diferentes a las menos concurridas, ya que se corre rodeado de personas, pero no se forman grupos, durante 10 kilómetros va uno corriendo solo en mitad de una muchedumbre.


Como he dicho, al pasar por el kilómetro 5 vi que iba en tiempo, pero me di cuenta de que si aflojaba un poco se me iba la marca, por lo que me conjuré para no relajarme, iba bien y mantener el ritmo me pareció factible. De todas formas, poco después no vi el cartel del kilómetro 6, por lo que no tuve más referencias hasta el del 7 (me había dejado el GPS en casa). Al llegar a ese punto kilométrico comprobé que los últimos 2.000 metros los había hecho en 8:40 y que se me estaba yendo la medalla. Para colmo, en la Avenida de Kansas City pegaba el aire de frente, el día había salido ventoso y aunque no lo había notado demasiado hasta entonces, en Kansas City, que además de ser larga está muy expuesta, nos orientamos a noreste por primera vez y el viento nos pegó de cara durante el octavo kilómetro.


Debido a eso el parcial lo hice en 4:25, iba justísimo y ahí creí que no llegaba en menos de 43:00. Esta vez, sin embargo, no estaba dispuesto a rendirme, en estas circunstancias peco a veces de conformista, porque se que a mi nivel realmente da lo mismo acabar en 42:59 que en 43:04, pero en esta ocasión no estaba por labor de claudicar con antelación, el kilómetro 9 lo hice en 4:19 y, tras calcular que tenía que hacer el último mil en menos de 4:10, decidí intentarlo. Para ello mantuve la sangre fría medio kilómetro más (hice los primeros 500 metros del último kilómetro en 2:10) y ahí ya sí que me despendolé y apreté. La buena noticia es que pude hacerlo, iba tan al límite que no hubiera sido raro no haber recortado ni un segundo en ese trozo final, pero logré hacer los últimos 500 metros en 1:59 y después de un enloquecido sprint crucé la linea de meta en 42:59 (puesto 545 de 3.476 llegados).


Tras parar de correr tuve que recuperar el aliento a marchas forzadas, porque tenía poco más de 45 minutos para estar en la otra punta de Sevilla, limpio y peinado, atendiendo a guiris detrás de un mostrador. Por ello no tuve apenas tiempo de sacar conclusiones de mi participación, pero ahora que han transcurrido 48 horas ya sí he podido recobrar la serenidad y al echar la vista atrás lo que recuerdo es lo bien que me lo pasé luchando contra el crono durante esos 42 minutos y 59 segundos. Corrí motivado y eso es lo que más me reconforta. Por la razón que sea disfruté incluso más que otras veces del magnífico ambiente que rodea a las carreras populares que organiza el IMD.

En definitiva, el año pasado no participé en ninguna de las carreras de 10 kilómetros de este circuito (corrí solo esta de Nervión San Pablo, pero en la versión de 5.000 metros), pero en este además de comprobar con alivio que desde 2017 casi me he mantenido, he logrado cuadrar la primera prueba con las obligaciones laborales, por lo que ya se que iré sin duda a por la segunda el próximo 7 de abril.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 219.
% del Total de Carreras a completar: 21'8%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 35'2%).


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