22 de mayo de 2019

CARRERA POPULAR PARQUE DE MIRAFLORES 2019

Corrí la tercera prueba del circuito de carreras populares del IMD de este año, ya solo quedan dos y el objetivo, que es acabarlas todas por debajo de 43 minutos, parece que está menos lejos. También se ha acercado el otro reto, que es ir progresando carrera a carrera, en la primera acabé con una ajustada marca de 42:59, en la segunda ya me vi más suelto y marqué 42:30, y el pasado domingo paré el crono en 42:12 (puesto 349 de 2203 llegados a meta).


Todo esto, sin embargo, estuvo a punto de irse al garete el sábado por la noche. Yo me las prometía muy felices para esta carrera, porque por primera vez desde febrero tenía el fin de semana libre e iba a poder descansar el día antes de la cita, en lugar de pasar ocho horas de pie. Esta circunstancia, sin embargo, al final acabó siendo contraproducente, porque el sábado nos invitaron a una comunión cerca de casa y, como es lógico, fui. Ese tipo de eventos siempre son cansados, pero además nos juntamos en la celebración unos cuantos amigos y hubo un momento, al caer la tarde, en el que incluso estuve a punto de traspasar la línea roja que me hubiera impedido correr el domingo. Afortunadamente, sin dejar de pasarlo bien, me quedé al borde de dicha línea, y controlé la ingesta de bebidas espirituosas en ese último rato hasta que nos fuimos. Gracias a eso, el domingo, pese a que me levanté hecho polvo, pude ponerme a tono con un buen café, un enorme tazón de cereales y un pastillazo de paracetamol.

Más allá de lo comentado, lo demás pintaba bien en esta carrera. A la salida llegué con tiempo y la temperatura finalmente fue magnífica. Además, el evento me motivaba a tope, porque estoy corriendo muy pocas pruebas por motivos laborales y estaba con muchas ganas, y porque la Carrera Popular Parque de Miraflores, en concreto, es una de esas a las que no suelo faltar: nueve veces he cruzado ya su meta, contando con la del domingo. Pese a esto, antes de echar a correr lo veía todo muy negro por culpa de la paliza del día anterior, lo cual me dio mucho coraje, porque parece que siempre coinciden los planes más fiesteros (a los que no se decir que no), con las citas atléticas que más me motivan. Por otro lado, he estado entrenando muy bien, me voy encontrando cada vez mejor, y durante la semana me había visto haciendo una muy buena marca. Esta, sin embargo, tendrá que esperar a la cuarta carrera del circuito. En la tercera, mucho hice con salvar los muebles.

El caso es que, cuando dieron el pistoletazo de salida, la cosa no empezó mal para mí, lo que es síntoma de que, en efecto, si voy fresco tengo piernas para volver a acercarme a mi mejor nivel. De hecho, arranqué junto a la liebre que llevaba el globo de los 40 minutos y fui con ella, sin agonías, cerca de 2.500 metros.




Desde el primer momento me vi bien y me dejé llevar, hecho que acabé acusando, porque, tras correr los dos primeros kilómetros en 8:01, tuve que levantar el pie y empecé una lenta decadencia que pareció no tener fin (fui marcando sucesivamente 4:07, 4:14, 4:15, 4:18, 4:19 y 4:23).



No llegué a hundirme, de hecho la segunda mitad de la carrera la hice relativamente estable, ya que el kilómetro 9 lo hice en 4:18, de nuevo, y el último en 4:17. Aún así, es evidente que no estaba para correr con el globo de los 40 minutos, aunque tampoco hubiera acabado en más de 42 minutos si hubiera ido descansado y libre de toxinas. Dentro de tres semanas sabré cual es mi nivel real actual.

La carrera en sí, en cualquier caso, ha vuelto a recuperar el paso por los lugares más vistosos de la zona de Sevilla por donde discurre. Hace dos años, cuando la corrí por última vez, el tramo que bordea la Muralla de la Macarena lo habían suprimido, lo cual fue una pena, y en cambio había un montón de kilómetros por la SE-30 y por Pino Montano, un barrio que no es precisamente bonito. El presente año, sin eliminar del todo el paso por este, que tiene todo el derecho del mundo a acoger también la prueba, se ha vuelto a meter el recorrido por la avenida que circunda el casco histórico por el norte, y que permite correr junto al único trozo de muralla que queda en pie en la ciudad.

Por último, como en todas y cada una de las ediciones de esta carrera que he disputado, la meta volvió a estar dentro del Parque de Miraflores. La recta final, por dentro de este parque, es uno de mis momentos favoritos del circuito y la disfruté como está mandado. El año que viene intentaré recorrerla por décima vez, pero antes tengo una cita dentro de tres semanas en el Parque de María Luisa.


Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 221.
% del Total de Carreras a completar: 22%.

Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 35'2%).


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