30 de agosto de 2020

PLAZA MAYOR DE SALAMANCA 2020

Antes de empezar a escribir este post he buscado en Internet artículos sobre las plazas más bonitas de España y he comprobado que la intuición no me falla, porque todos los que he encontrado incluían la Plaza Mayor de Salamanca entre ellas y, si en el artículo se hacía un ranking de belleza, la susodicha estaba siempre en el podio.


Queda corroborado, por tanto, que la Plaza Mayor salmantina es una de las plazas españolas por excelencia. 

Como comenté en el post anterior, yo había estado en Salamanca en ocho ocasiones antes de este verano y en todas, menos en una, pasé por la Plaza Mayor en algún momento. La misma ejerce de imán en la ciudad charra, tanto que es muy raro visitar esta y no asomarse al cuadrado casi perfecto que conforma ese grandioso espacio público. 

Yo la plaza la he visto casi siempre en tardes de agosto. En 1993, no obstante, fui un sábado de octubre, y en diciembre de 2008 estuve durmiendo a dos pasos durante varios días y pude ver su estado a horas distintas durante unas cuantas jornadas laborables.


Sin embargo, ninguna visita había sido tan atenta como la del otro día. En efecto, esta vez no me he limitado a atravesar la plaza ni le he echado un simple vistazo, sino que la he rodeado por debajo de los soportales y por fuera de ellos, prestando atención a los detalles, antes de irme a su centro para mirar en todas las direcciones. Además, he entrado por uno de sus costados y he salido por el opuesto.


La Plaza Mayor fue construida entre 1729 y 1755, y está compuesta de cuatro pabellones. El Pabellón de Petrineros es el del lado oeste y se une en la esquina noroeste con el Pabellón Consistorial.



El Pabellón Consistorial, por tanto, es el que está al norte. Se llama así porque alberga las dependencias del Ayuntamiento de Salamanca. Destaca por la espadaña de su fachada, que se hizo en 1852. En su extremo derecho, junto a la confluencia con el Pabellón Real, tiene una abertura que comunica la Plaza Mayor con la Calle Toro.



Precisamente es el Pabellón Real el que cierra la Plaza Mayor por el este. El mismo es el otro que cuenta con una espadaña en el centro, justo encima de la salida que da a la Plaza del Mercado. En el extremo que confluye con el Pabellón de San Martín tiene otro arco que da paso a la Plaza del Poeta Iglesias.



Finalmente, el Pabellón de San Martín es el que está al sur. Sus dos arcos abiertos comunican respectivamente con otro punto de la Plaza del Poeta Iglesias y con la Plaza del Corrillo.



Como se puede ver en todas las fotos, la homogeneidad es la nota predominante en los cuatro lados de la Plaza Mayor. La misma la diseñó Alberto Churriguera, que fue también el que empezó las obras. Estas fueron acabadas por Andrés García de Quiñones. En la construcción de todos los pabellones se empleó piedra de las canteras de Villamayor, por lo que el espacio quedó muy armónico con respecto al resto de la ciudad en lo que a color y a textura se refiere. Curiosamente, su diáfano aspecto actual, que para mí realza su armonía, no es demasiado antiguo, dado que hasta 1953 tenía un jardín central con bancos, arriates y árboles, así como un quiosco musical. Ese año se quitaron todos esos elementos y también los adoquines que los rodeaban. Así, la explanada quedó despejada y enlosada con baldosas de granito gris.

En cualquier caso, en esta última visita mi presencia en la Plaza Mayor de Salamanca no hubiera pasado de ser testimonial si no me hubiera propuesto lo contrario. En efecto, durante la tarde del sábado día 12 estuvimos dando un buen paseo por la ciudad y en el transcurso del mismo nos acabamos asomando a la plaza, que rebosaba gente. Todo el centro en general estaba bastante animado, pero allí la presencia humana era más elevada de lo recomendado, dadas las circunstancias en las que nos encontramos. Por ello, tan solo echamos un vistazo y nos fuimos. Para mí no era suficiente, de manera que el domingo por la mañana temprano, además de salir a correr mientras toda la familia dormía aún, como hago siempre que estamos en hoteles, madrugué un pelín más y lo cuadré todo para acabar la tirada en la Plaza Mayor. Gracias a eso pude verla con tranquilidad. A esa hora estaba casi desierta.


Lo primero que hice, tras abrigarme un poco para no coger frío, fue recorrer la plaza porticada por la parte exterior de los soportales, admirando la fachada de los pabellones. Todos tienen tres plantas y son muy parecidos, aunque no miden exactamente lo mismo, pese a que lo parece. Los cuatro se hicieron partiendo de una idea común y guardan una notable similitud. Tienen en total 88 arcos de medio punto, en cuyas enjutas hay 88 medallones, esculpidos en su mayoría con los bustos de personajes españoles de la realeza, la historia, la política o la cultura. Dado mi propósito, me paré a mirarlos todos. Gracias a eso vi que hay 64 medallones rellenos, dos lo estuvieron y se vaciaron después, y hay 22 que nunca han sido labrados. Los dos que se han vaciado son el de Manuel Godoy, en 1808, y el de Franco, en 2017. El aspecto de los medallones que no tienen a ningún personaje está más o menos disimulado.


En el Pabellón Real hay 19 medallones de reyes de EspañaFranco, que ya se sabe que era todo humildad, colocó su efigie junto a ellos. Aparte, es llamativo que Felipe V está tres veces (posee un medallón por cada una de las etapas de su reinado y otro por haber autorizado la construcción de la plaza). También tienen un lugar reservado Carlos IFelipe II, los Reyes Católicos, así como Juana I y Felipe I. Tanto Isabel y Fernando, como Juana la Loca y Felipe el Hermoso, se tallaron juntos.



En el Pabellón de San Martín están cincelados 20 grabados de conquistadores españoles y de militares. No falta, por ejemplo, la imagen de Hernán Cortés o la de Rodrigo Díaz de Vivar.



En el Pabellón de Petrineros la estructura iconográfica es bastante heterogénea. A diferencia de los otros dos pabellones, en los que se pusieron los medallones al hacer las obras (salvo el de Franco, que se añadió en 1937), en este los once medallones se incorporaron a partir de los años 70 del siglo XX. Algunos son de literatos como Cervantes o Fray Luis de León, pero también está, por ejemplo, Don Juan de Borbón.




El Pabellón Consistorial tenía los medallones vacíos (salvo el del conquistador Juan Vázquez de Coronado, que data de 1967 y el de los actuales reyes eméritos, que es de 1998), pero en 2005 se esculpieron doce más con motivo de la celebración del 250 aniversario de la plaza. Ahora tienen ya su medallón Alberto Churriguera y todos los monarcas españoles desde Carlos III (a excepción José I). Nuestro rey actual aún no está, pero, como he dicho, sí tienen un sitio Juan Carlos I y Sofía, que son otra pareja que aparece junta (se reconoció aquí el importante papel de la actual reina emérita, dado que es la única consorte que se halla en los medallones reales). También se tallaron sendas alegorías para no dejar de lado, entre tanto rey y tanta reina, a los periodos de república en España.



Tras recorrer la plaza contemplando los medallones la rodeé de nuevo por debajo de los soportales, observando sus negocios. Era temprano y solo unos pocos bares habían abierto. Otros estaban a punto de hacerlo.


Como se puede ver en las fotos, todo el perímetro exterior de la parte porticada de la plaza está llena de sillas y mesas, puesto que hay en ella un buen número de negocios de restauración. Yo no consumí nada en ninguno, pero sí pude presenciar una agria discusión entre los responsables de dos de los bares contiguos. Resulta que cada negocio tiene asignado un espacio concreto para poner en él su terraza y el mismo parece que está muy disputado, ya que los dos individuos discutían por una serie de centímetros de suelo que ambos consideraban suyos. Por fortuna el problema quedó, hasta donde yo vi, en una mera anécdota.



En definitiva, la Plaza Mayor de Salamanca es una preciosidad que merece ser contemplada con detenimiento. Este 2020 di allí por terminadas mis vacaciones veraniegas.


Reto Viajero MONUMENTOS DESTACADOS DE ESPAÑA
Visitado PLAZA MAYOR DE SALAMANCA.
En 1989 (primera visita), % de Monumentos Destacados de España visitados en Castilla y León: 11'8% (hoy día 58'8%).
En 1989 (primera visita), % de Monumentos Destacados de España visitados: 11% (hoy día 42%).


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