11 de septiembre de 2022

PLAZA DE TOROS DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE SEVILLA 2022

Pues se acabó el verano, o al menos se acabaron las vacaciones, porque el verano en Sevilla, en lo que a temperatura se refiere, es bien sabido que se alarga y acaba fagocitando al otoño. No obstante, aunque siga haciendo calor, el tiempo de asueto estival sí está finiquitado. No me puedo quejar, porque este mes de agosto ha sido una maravilla, en lo que a planes se refiere. Sin embargo, ya toca pensar en la nueva etapa que se nos avecina, y en ella, el primer plan programado ha sido un concierto. Julio lo acabé hablando del show en vivo de Metallica, al que asistí en Madrid, y septiembre lo voy a comenzar haciendo referencia a otro recital, y también al escenario en el que tuvo lugar, que realmente es el objeto del post. El concierto en cuestión estuvo a cargo de Joan Manuel Serrat, y el sitio donde aconteció fue la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.


En este blog he hablado de los conciertos a los que he ido en los últimos años, y también de alguno anterior. Como consecuencia, está claro, desde hace tiempo, qué tipo de música me gusta, y es fácil deducir que Joan Manuel Serrat no está entre mis artistas favoritos. No obstante, no cabe ninguna duda de que el catalán es un mito viviente. Además, tiene un par de canciones que me suenan muy bien, no lo puedo negar. A María, por su parte, le atrae algo más. Tampoco es que se ponga sus discos, pero es un cantante que le mola. En vista de eso, en Navidades mis padres se enteraron de que este mes de septiembre iba a venir a Sevilla, en el marco de una gran gira de despedida que está llevando a cabo, y que culminará el próximo 23 de diciembre en Barcelona. Por ello, le regalaron una entrada a ella, y, de paso, otra a mí, para que la acompañara. Al final, también vino con nosotros mi suegra, que es de la quinta de Serrat. El espectáculo era en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería, que está incluida en el listado de los lugares que tengo que conocer, sí o sí, en Andalucía. Eso significa que es objeto de este blog, por lo que voy a hablar de cómo fue la experiencia. Antes, sin embargo, tengo que recordar que en noviembre de 2021, cuando recorrí la plaza como un turista, ya dije que no me agrada el toreo. En aquella ocasión dije algo así como que difícilmente iba a llegar el día en el que yo fuera a presenciar una corrida de toros a la La Maestranza, por lo que verla vacía era lo máximo a lo que podía aspirar. Me equivocaba, porque no se me había ocurrido que también existía la posibilidad de asistir allí a un concierto. Esa opción era remota, pero ha sucedido, y tengo que decir que ello me alegra, porque, si bien echarle un ojo al coso vacío y pasear por sus entrañas me gustó, contemplarlo lleno ha sido mejor. En realidad, las dos visitas están bien y son complementarias, por lo que ahora puedo decir que he visto el edificio en todo su esplendor.



Como he dicho, el pasado año realicé la visita turística a la La Maestranza. Vi el Museo Taurino, la Capilla de los Toreros, pude andar por el albero, meterme en los burladeros y sentarme en las gradas. Sin embargo, no vi el coso con público, por lo que la principal novedad, esta vez, fue que accedí al recinto taurino de una manera estándar, junto a otro montón de gente. La foto que pongo abajo está tomada nada más llegar. En ella sale la Puerta del Príncipe, que es la más importante de la plaza.


Antes de entrar, sin embargo, nos fuimos a cenar. Volvimos cuando ya había caído la noche y quedaba tan solo un rato para que empezara el concierto. En ese momento accedimos a la plaza por la puerta número 4.


Nada más atravesar el portón, subimos unas escaleras y salimos a una especie de terraza que tiene la plaza por el lado sur. En ese lugar no había estado la otra vez y la verdad es que me encantó.



Realmente, esa terraza es el tejado del Museo Taurino, que está abajo. Por un lado, da acceso a las gradas, pero por el otro se asoma al Paseo Colón desde arriba. Las vistas, en una noche de verano tan buena como la que hacía, me parecieron deliciosas.


Un rato después averigüé por qué en los espectáculos taurinos es normal usar almohadillas, que tengo entendido que son las que se tiran cuando el torero es un desastre. La verdad es que los asientos están hechos a mala idea.


En relación con el concierto, Joan Manuel Serrat, como dije antes, no es de mis artistas favoritos, pero disfruté mucho con su recital. Cantó 22 canciones, incluidas Mediterráneo y Hoy Puede ser un Gran Día. No se puede negar que ambas son dos clásicos de la música universal. Mi padre tenía el vinilo del álbum homónimo, donde está incluida la primera canción. Con respecto a la segunda, la frase que le da título me la repito en mi cabeza, y a veces la verbalizo de broma, cuando me levanto temprano, es decir, casi todos los días. De los demás temas, hubo muchos que no conocía. De ellos, me gustaron en mayor medida los que estaban más cantados que recitados. Serrat es un poeta, por lo que tiene canciones en las que, más que cantar, recita con música, alargando un poco las frases con su deje característico, para que se ajuste la voz a los sonido de los instrumentos. Esas son las que me hacen menos tilín. En otras, como las dos mencionadas, mete más melodía, lo que me atrae más. En cualquier caso, más allá del repertorio, me flipó ver como el cantautor se movía por el escenario como Pedro por su casa, con los 78 años que tiene, hablando mucho entre canción y canción, de una forma totalmente relajada. En ese sentido, el maestro demostró tener más tablas que un barco vikingo, dado que algunos de los interludios parecieron auténticos monólogos. Sus músicos también estuvieron muy bien y el sonido fue fantástico. Por último, el ambiente fue entrañable. 


La Maestranza estaba hasta la bandera. La edad media del publico era superior a la mía, como es lógico, pero allí todo el mundo se lo pasó de miedo. La cosa empezó más contenida, pero al final la gente se vino arriba y cantó con ganas Para la Libertad, Caminante No Hay Camino, o las otras dos canciones referidas. Serrat es un icono, y fue un honor haber podido verlo en vivo y en directo, en una preciosa velada.


Además, como he comentado, pude ver en uso la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería. La misma se empezó a construir en 1754, a partir de una estructura de madera que databa de 1733. Se erigió por partes, y no se acabó hasta 1881. No es, por tanto, un edificio muy antiguo, pero en Sevilla es uno de los más señeros. Por lo que a mí respecta, queda visitado a todos los efectos. 


Reto Viajero MARAVILLAS DE ANDALUCÍA
Visitado PLAZA DE TOROS DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE SEVILLA.
En 2021 (primera visita), % de Maravillas de Andalucía visitadas en la Provincia de Sevilla: 75% (hoy día 75%).
En 2021 (primera visita), % de Maravillas de Andalucía visitadas: 38% (hoy día 38'8%)


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