Este año estoy corriendo pocas carreras, en parte porque no estoy sintiendo demasiada necesidad de hacerlo. Lo habitual es que, para salir a rodar, yo no precise de la motivación de tener alguna cita especial en el horizonte. Normalmente, los objetivos ayudan a poner algo más de carne en el asador, pero la constancia la suelo mantener sin ayudas externas. Por eso, a veces atravieso rachas en las que apenas compito. Desde enero de 2024, he vivido una de esas fases, ya que solo he participado en una media maratón. Sin embargo, a principios de junio me apeteció volver al ruedo. Debido a ello, busqué opciones, y he marcado en el calendario tres o cuatro pruebas que me apetecen. Todas son cómodas, es decir, no tienen un kilometraje muy elevado, ni se celebran lejos de casa. La primera la disputé el viernes pasado.
En efecto, a última hora de la tarde del viernes de la semana pasada me fui hasta el Parque del Alamillo de Sevilla, y allí participé en una nueva edición de la Carrera Nocturna del Alamillo, que discurrió por el interior ese parque y por sus alrededores más inmediatos. Eso significa que la prueba fue prácticamente llana.
Hasta ahora, nunca me había planteado correr la Nocturna del Alamillo. Se celebró por primera vez en 2014, con el nombre de Carrera Noche de San Juan, y al principio me dio la impresión de que era la típica prueba organizada por no se sabe muy bien quién, conmemorativa de algo tan volátil como la Noche de San Juan, y con un recorrido de 9.500 metros que parecía diseñado, sobre todo, para que el evento pasara desapercibido para el que no fuera corredor. Yo no le auguraba demasiado futuro. Lo cierto es que, en Sevilla, ya había habido otra carrera similar, llamada exactamente igual. De ella, se habían disputado tres ediciones por el interior del Parque Miraflores, con motivo de la noche más corta del año. Yo participé en dos, y ambas experiencias las recuerdo con cariño, pero la cita no cuajó. En 2014, pensé que la del Alamillo iba a seguir el mismo camino. Me equivoqué.
Así pues, ha transcurrido más de una década desde la edición inaugural de la cita con la que se saluda al verano en el Parque del Alamillo, hemos salvado una pandemia, y la prueba no solo se sigue organizando, sino que goza de muy buena salud. Eso sí, para sobrevivir se ha tenido que reinventar, dado que ha dejado de llamarse Noche de San Juan, y ahora se denomina Nocturna del Alamillo. También ha reducido su kilometraje casi a la mitad. Efectivamente, en la cuarta edición, en 2017, la carrera ya incluyó el subtitulo Nocturna del Alamillo, en 2018 se introdujo otra sutil variación en el nombre, que se cambió a Nocturna del Alamillo "Noche de San Juan", y en 2019 el evento se rebautizó y desapareció cualquier referencia a la Noche de San Juan. Fue entonces cuando recortó su trazado, y el mismo se fijó en 5.000 metros. Con ese formato, se ha disputado cinco años seguidos.
El caso es que yo andaba buscando una carrera apropiada a mis circunstancias actuales, me topé con la Nocturna del Alamillo, y me pareció perfecta. Luego, me encontré con una cita que superó mis expectativas, en primer lugar porque estuvo muy bien montada, pero también porque el avituallamiento fue notable, porque tuvo una participación más que decente (entraron en meta 799 personas), porque lo de la recta final flanqueada por antorchas fue un puntazo, y porque el recorrido al completo fue atractivo, partiendo de la base de que era por dentro de un parque. Sin embargo, la organización supo sacarle todo el jugo al entorno, porque el circuito nos llevo por un sector del recinto que está pegado al Río Guadalquivir y que es menos conocido. De hecho, creo que fuimos por fuera del área vallada durante un tramo. Además, corrimos 5.000 metros sin repetir ningún camino, y sin que hubiera demasiadas revueltas. El evento me gustó.
Aparte, mi participación volvió a ser llamativa. Fui cómodo de piernas, y avancé con cierta soltura, pero el reloj no engaña, y en este caso dijo que mi media final fue de 4:21 el kilómetro. Estoy comprobando en mis carnes como se hace viejo un atleta aficionado, y eso resulta muy interesante. Podría pensarse que, al envejecer, los años empiezan a pesar cuando se corre, y que uno se va encontrando peor, hasta que tiene que abandonar la actividad atlética, pero tal cosa no es lo que yo estoy viviendo. Con casi 47 tacos, yo no he dejado de sentirme bien corriendo. No obstante, soy incapaz de ir más rápido. Puedo decir que, al darlo todo, las sensaciones son similares a las que experimentaba cuando iba a 4:00 el kilómetro, pero voy 20 segundos más lento, por mucho que haga.
Un ejemplo de como va menguando con los años la capacidad de respuesta del cuerpo, la tuve en último kilómetro de esta carrera. En él, iba avanzando junto a un tío bastante joven, que parecía que se iba a morir, por como jadeaba. Yo también iba al límite. En un momento determinado, a falta de unos 300 metros, intercambié unas breves palabras con el veinteañero, y comprobé que él a duras penas podía articular una frase. A mí, por contra, me salió un torrente de voz tremendo, alto y nada entrecortado. Cualquiera que nos hubiera visto, habría deducido que yo iba sobrado, y que el sprint final me lo iba a llevar de calle. Sin embargo, iba muerto, por lo que, pese a las apariencias, la realidad nos puso a los dos en nuestro sitio al encarar la recta de meta. En ella, a falta de 100 metros, tanto el chico como yo aceleramos, pero, de repente, él mutó en el Correcaminos, mientras que yo me tuve que contentar con no caerme de boca. El chaval daba la impresión de que iba KO, pero me sacó tal distancia en una simple recta, que ni siquiera llegué a verlo entrar. Fue flipante.
Total, que disfruté a tope del rato vespertino de carrera. Afortunadamente, no hizo demasiado calor, por lo que pude pelear los 5.000 metros sin impedimentos climatológicos. Entré en el puesto 160. Durante casi una década, no le había echado cuenta a esta cita, pero salí tan contento, que es muy probable que repita.
Reto Atlético 1.002 CARRERAS
Carreras completadas: 250.
% del Total de Carreras a completar: 24'8%.
Reto Atlético PROVINCIA DE SEVILLA 105 CARRERAS
Completada Carrera en SEVILLA.
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 37'1%).
En 2000 (año de la primera carrera corrida en Sevilla), % de Municipios de la Provincia de Sevilla en los que había corrido una Carrera: 0'9% (hoy día 37'1%).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres comentar algo, estaré encantado de leerlo