El Parque Nacional de los Picos de Europa es el segundo Parque Nacional más grande de España, tras el de Sierra Nevada. Sus 67.127 hectáreas de superficie se reparten entre tres provincias, y en tres macizos. El macizo oriental está integrado por completo en Cantabria, pero es el menor, en altura y en extensión, por lo que queda totalmente eclipsado por los otros dos.
Por lo que respecta al macizo occidental, este se reparte entre Asturias y León, aunque la vertiente leonesa es inaccesible de una manera normal, mientras que el sector asturiano concentra gran parte de los highlights del espacio protegido, por lo que acapara toda la atención de esa zona del Parque.
El tercer macizo es el central, que se extiende por las tres provincias. Por la vertiente leonesa, de nuevo no hay forma de acceder con soltura. Por contra, por el lado asturiano el acercamiento vuelve ser mucho más cómodo, por lo que esa zona se lleva otra vez toda la fama. Sin embargo, en este caso la comparte con Cantabria, donde hay un enclave de gran afluencia, que también ejerce de puerta de entrada a las montañas, llamado Fuente Dé.
La tercera vía de acceso, que es la única que tengo pendiente, es la que va a parar al Desfiladero del Cares desde León. Como he dicho, desde Castilla y León es muy difícil penetrar en los macizos, pero sí se puede llegar hasta el cañón horadado por el Río Cares, partiendo de Posada de Valdeón. Por último, el cuarto camino de entrada es el que va a protagonizar este post. Me refiero al que sale de Fuente Dé, en Cantabria.
Fuente Dé es el pequeño núcleo habitado de la foto superior. En él, solo viven nueve personas de manera estable, según el Instituto Nacional de Estadística. En realidad, se trata de un lugar bastante recóndito, ubicado en un fondo de saco, que ya está inserto dentro de Parque Nacional de los Picos de Europa.
Como se puede ver en el mapa, la N-621, que viene de bordear por fuera el macizo oriental de los Picos de Europa, se va alejando de él hasta que atraviesa Potes. De este pueblo sale la CA-185, que se vuelve a meter en el Parque, siguiendo el curso del Río Deva, y que termina en Fuente Dé. Al llegar allí, ya no se puede seguir más por carretera, porque lo impide el murallón que forma el extremo oriental del macizo central de los Picos de Europa.
Lo que pasa es que, en Fuente Dé, se puso en funcionamiento en el año 1966 un Teleférico, que salva la pared rocosa, y que se ha convertido en toda una atracción turística. Desde su inauguración, más de 15 millones de personas han viajado en sus cabinas.
El Teleférico sale de la estación inferior, que está a 1.070 metros sobre el nivel del mar, y deja a los pasajeros junto al Mirador del Cable, que se ubica a 1.823, ascendiendo 753 metros en menos de 4 minutos. Ni que decir tiene, que la subida no es apta para gente con vértigo. Yo, la verdad es que no tengo un severo problema con ese asunto, pero, con los años, las alturas han pasado de no gustarme, a acojonarme un montón. Tengo claro que no me voy a achantar, y que no voy a renunciar a ciertas cosas, por mucho desasosiego que me produzca la altitud, pero en ocasiones sí he decidido que paso de aventuras, si el tema no me compensa (por ejemplo, en la noria grande de la Feria de Abril de Sevilla no me he montado las últimas veces que he tenido la oportunidad, porque ya lo he hecho antes y se que no me va a aportar nada nuevo). El caso es que, a mí, la parte inicial de la travesía en el Teleférico de Fuente Dé, en la que íbamos a una barbaridad de metros del suelo, no me causó demasiado trastorno, curiosamente. De hecho, me encantó ver detalles, como que hay un camino, por el que se puede superar andando la cresta de la muralla de roca.
Sin embargo, el rato en el que tuvimos que rebasar el pedazo de pared vertical, viendo la rocosa montaña a pocos metros, me dio un vértigo tal, que tuve que cerrar los ojos. De esa parte no hay fotos.
En cualquier caso, el Teleférico de Fuente Dé es realmente grandioso. No en vano, es el tercero más largo del mundo y el primero de Europa. Ahí es nada.
Por lo que a mí respecta, logré llegar arriba sin montar el número. Yo ya había subido en 1998, y no noté cambios significativos, más allá de que he sumado 27 años a mi edad desde entonces.
Podría ser peor. Sin embargo, el Teleférico sí que ha sido remozado en ese tiempo, afortunadamente. Para empezar, en 2006 se sustituyeron sus cabinas, y la capacidad de transporte de estas se redujo de 28 a 20 pasajeros, para adaptarlas a la normativa europea. Luego, en 2015 se cambiaron los motores, los frenos y los mecanismos de control de la maquinaria, por lo que ahora todo está nuevecito. Aparte, también hay arriba una plataforma de lo más escalofriante, que no existía en 1998. Yo llegué a situarme en ella unos segundos, para sacar la siguiente foto.
No me acerqué a los bordes de la plataforma, ni me eternicé en ella, pero la fotografía sí me la hice. Por lo demás, las vistas de la Dehesa de Fuente Dé desde el Mirador de El Cable son sensacionales.
Arriba, aparte del Mirador, solo hay una cafetería. Después, se sube una pequeña cuesta y ya todo lo demás es naturaleza.
Los aficionados al trekking usan el Teleférico de Fuente Dé para salvar la muralla de roca de una manera más liviana y segura, e iniciar arriba alguna de las rutas de senderismo que parten desde allí. A mí me encantaría, en el futuro, llevar a cabo ese plan, pero, tanto el otro día, como en 1998, subí como un simple turista. Por eso, en ambas ocasiones, tras dar un paseo por las inmediaciones de la estación superior del Teleférico, nos bajamos de nuevo en él.
Sin embargo, esta vez no abandonamos el Parque Nacional de los Picos de Europa, porque dentro de sus límites hay un establecimiento de la red de Paradores de Turismo. Yo soy muy aficionado a dormir en los hoteles de esa cadena, y el Parador de Fuente Dé no lo conocía, por lo que pensé en saldar esa cuenta pendiente. Como he dicho, quiero volver a Fuente Dé, para poner en práctica allí un plan que sea activo, pero en esta ocasión me centré en redondear la visita sosegada a la parte cántabra del espacio protegido. Lo hice, pernoctando en las instalaciones de uno de los Paradores más originales que hay.
Con respecto al entorno, tras bajar en el Teleférico pretendíamos hacer una pequeña ruta por la Dehesa de Fuente Dé, que se corresponde con la zona llana que queda cerca del Parador. Toda esa llanura, realmente es un antiguo circo glaciar, por lo que no es un lugar de interés menor.
Sin embargo, la Ruta Dehesa de Fuente Dé no está bien señalizada, porque nosotros fuimos desde el punto amarillo, que se encuentra situado junto al Parador, hasta el rosa... y se acabó, dado que no encontramos ningún indicador más. Anduvimos cerca, porque hicimos un recorrido muy parecido al que se muestra en la imagen, pero lo cierto es que no llegamos a ver ninguna otra señal. Pese a esto, no cabe duda de que nos pateamos la Dehesa a fondo, y de que la avistamos desde todos sus lados.
En definitiva, en esta ocasión mi objetivo era visitar la entrada al Parque Nacional de los Picos de Europa por su lado cántabro, y disfrutar de las atracciones turísticas que hay allí. Como he dicho, me falta calzarme las botas, para emular lo que hicimos María y yo en 2016, cuando nos pegamos dos preciosas rutas por el espacio protegido. Quiero hacerlo desde Fuente Dé, y desde Poncebos, pero en este caso tirando hacia arriba por el macizo central, en vez de recorrer el Desfiladero del Cares. También me gustaría patearme el tramo de la Ruta del Cares que va de Posada de Valdeón a Caín. Todo se andará, pero, de momento, me quedo con el buen sabor de boca de la subida en el Teleférico y de la estancia en el Parador.
Reto Viajero MONUMENTOS DESTACADOS DE ESPAÑA
Visitado PARQUE NACIONAL PICOS DE EUROPA.
En 1997 (primera visita), % de Monumentos Destacados de España visitados en el Principado de Asturias: 100% (hoy día 100%).
En 1997 (primera visita), % de Monumentos Destacados de España visitados: 20% (hoy día 43%).
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